La Montana Magica

"LA MONTAÑA MÁGICA" (1924) (15/7/07-1/5/08) (4`5)

Ed. Edhasa (2005)

Trad. Isabel García Adanes

Pág. 1048

INTRODUCCIÓN

Hace un año, un compañero y yo formamos un club de lectura. Comenzamos con "El americano tranquilo" de G. Greene, a elección mía. El segundo libro que decidimos leer, a sugerencia de él, fue la presente novela. Tengo que decir que si de mi hubiese dependido no la habría elegido, pues se trata de una novela que me imponía mucho respeto y que sabía del esfuerzo que me iba a suponer leerla. Soy conocedor de la obra de Thomas Mann pues he leído varias obras suyas ("Muerte en Venecia", "Los Buddenbrook", "Alteza real" y "Señor y perro"), y de su compleja manera de escribir, si a eso le añadimos que "La montaña mágica" es su novela más ambiciosa, me podía hacer una idea de lo que me iba a encontrar; por ese motivo decidí que cada 300 paginas nos reuniríamos para comentarlas. Sabía decisión la mía pues, como la realidad siempre supera a la ficción, "La montaña mágica" ha sido todavía más compleja de lo que yo pensaba y si no lo hubiésemos hecho así dudo mucho que hubiese conseguido acabarla. A la vez este método de lectura me ha permitido ver cosas que de no haber compartido mis impresiones con las de otro lector nunca habría descubierto, así muchas de las ideas que plasmaré en esta opinión son de mi compañero, el "Nachete".

Hasta ahora esta es la novela más compleja que he leído -posiblemente "Ulises" de James Joyce me resultó más compleja pero como nunca he conseguido pasar de la página 80… Aunque "los demonios" de Dostoievsky también tiene tela- Me parece una novela ambiciosa por lo que intenta abarcar y casi experimental por la complejidad de su estructura a caballo entre la narrativa y el ensayo. Lectores familiarizados con el Umberto Eco de "El nombre de la rosa" o "La isla del día de antes" pueden intuir por donde van los tiros, pero sin lugar a dudas el referente más cercano es "El mago" de John Fowles, por lo ambicioso de su temática y por como está estructurada ésta. Pero la obra de Mann alcanza unas cotas de erudición y existencialismo que, al menos desde mi experiencia como lector, la hacen única e incomparable.

Al igual que escritores de la talla de Joseph Conrad o Dostoievsky, la forma de escribir de Thomas Mann es recargada con descripciones metículosas donde abundan los adjetivos y las frases subordinadas. Vamos, de esos libros donde de vez en cuando hay que leer varias veces el mismo párrafo para entenderlo.

Hablar de este libro me produce sensación de inmensidad y vacío. Si, la misma sensación que si estuviera mirando desde el pico más alto de una alta montaña hacia el horizonte; ya sabéis esa mezcla entre libertad e insignificancia ante la grandiosidad del mundo ¿Cómo describir esa sensación? Eso es lo que me ocurre al tratar de hablar de esta novela.

Me considero una persona analítica, capaz de encontrar, en general, la esencia de las cosas que observó o leo. En la literatura contemporánea me resulta (relativamente) fácil captar las ideas esenciales pues (en general y arriesgándome a caer en generalizaciones y tópicos) la trama tiene un lugar principal con respecto al contenido. El problema está cuando me enfrentó a libros donde el contenido es más prioritario que la trama, cuando son muchas los contenidos que trata de transmitir el autor con poca acción; en estos casos son tantas las ideas que me bullen y, me cuesta tanto simplificarlas, que me acabó haciendo la "picha" un lío" y no se por donde empezar.

ARGUMENTO Y PERSONAJES

Hans Castorp un ingeniero recién licenciado, acude a un sanatorio, situado en una montaña en Alemania conocido como "Berghof", recomendado por su médico para descansar durante unas semanas por una leve dolencia. En dicho sanatorio se encuentra el primo de Canstorp, Joachin Ziemssen, un soldado que lleva meses en el "Berghof" tratándose una enfermedad. La estancia, que en un principio iba a durar tres semanas, se convierten en 7 años pues lo que inicialmente era una leve dolencia se acaba convirtiendo en una grave enfermedad que lo mantiene aislado del mundo de "allá bajo". El libro cuenta todo lo que le acontece a Hans Castorp durante su estancia en el Berghof que es, básicamente, enamorarse y conocer gente que le irán aportando diferentes conocimientos y puntos de vista con respecto a temas universales como el amor, el sentido de la vida y la muerte. Aunque nunca se llega a especificar la época en la que transcurre la novela, intuyo que abarca el período histórico que va desde 1907 al comienzo de la primera guerra mundial (1914).

Todo lo que acontece en el balneario y alrededores es una metáfora de la sociedad convulsa previa a la gran guerra, donde el director del centro (Berhens) y, en menor medida la enfermera jefe, representan a seres omnipresentes, casi son dioses que están por encima del bien y el mal; ambos tienen la potestad sobre el destino de los hombres, casi son los que dan o quitan la vida, pues ellos deciden cuando uno está preparado para volver "al mundo de abajo". El resto de personajes que habitan, que tienen en común el hecho de estar enfermos, son representantes de las diferentes ideologías imperantes en la época:

- Settembrini, masón, un racionalista de corte liberal representante de la facción republicana y liberal de la sociedad.

- Naptha, jesuita, cuyos planteamientos filosófico de corte conservador están estrechamente ligados al nihilismo de Nitztche. Son la antítesis de los argumentos de Settembrini..

- Joachin Ziemssen, un soldado que ansia reincorporarse al ejercito, es el mártir necesario para el brazo militar de una nación para mantener la pasión en los jóvenes e ingenuos soldados. El devenir de este personaje durante todo el relato será clave para el destino de Hans Castorp.

- Clavdia Chauchat. Es la insolencia y el desparpajo del Balneario, su forma de actuar es imprevisible; es una mujer rusa joven y voluptuosa que, entre otros pacientes, es el amor platónico de Hans Castorp. Símbolo del movimiento político basado en la anarquía.

- Minher Pepperhorn. Un burqués holandes. Es "un hombre con una gran personalidad" que encandila por su porte y actitud, y aunque su discurso es vació, siempre es el centro de atención. A mi este personaje me recuerda a un político, en cierto sentido ejemplifica perfectamente a los futuros dictadores europeos

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