La quinta copla de las Coplas por la muerte de su padre de Jorge Manrique

La quinta copla de las Coplas por la muerte de su padre de Jorge Manrique es una de las más representativas de la obra del autor y también de la visión de la muerte en la literatura medieval castellana. En ella, la expresión es clara y contundente.

En esta composición, la vida terrenal se describe como un lugar de paso hacia el mundo definitivo: el de los muertos. La vida es fugaz. Siguiendo el tópico carpe diem. En ésta copla, la vida es un camino que se empieza al nacer, se recorre mientras se vive y acaba al morir.

Hay concepción cristiana post mortem, al entender el la muerte como el descanso eterno. En esta misma línea, se puede entender que el autor aconseja al lector con el consejo de hacer bondad, de no errar en el camino. El hecho de que la muerte se presente como descanso deja entrever que se entiende la vida como un duro recorrido.

La contundencia del mensaje denota, además, la impotencia de no poder cambiar el destino de las vidas. La muerte se presenta como el horizonte, como el punto de llegada para todas las personas, que consciente o inconscientemente se acercan cada día que pasa un poco más a ella. La muerte llega sin más, los ciudadanos no pueden hacer nada al respecto.

Con estos elementos, se puede afirmar que la quinta copla de Manrique es una composición clave para entender la visión de la muerte en la literatura del autor y de su época. La muerte es el fin para todas las personas, que hagan lo que hagan, recorran el camino que recorran, acabarán de la misma manera. La muerte llega sin más, los ciudadanos no pueden hacer nada al respecto. La razón por la que he elegido esta copla es porque me sorprende como reciben a la muerte, de una manera plácida y digna, sin queja alguna todo lo contrario que en la danza general de la muerte, que la reciben como un castigo y es macabra.

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