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Poesias Mexicanas


Enviado por   •  5 de Septiembre de 2013  •  1.831 Palabras (8 Páginas)  •  270 Visitas

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EL GRITO DE LA INDEPENDENCIA

GUILLERMO PRIETO

Golpes suenan en la puerta,

en la puerta del cuarto,

golpes y voces que llaman

ansiosas al Cura Hidalgo.

Se hace luz, en las estancias

se pasean los caballos,

entran Allende y Aldama,

al cuarto del viejo cura.

Y sin más rodeos y preámbulos

dicen: "estamos perdidos:

¿qué resolución tomamos?"

Oye la nueva, tranquilo,

con calma y sosiego, Hidalgo. . .

"No estamos perdidos," contesta "

aquí no queda más que ir a coger gachupines"

Mientras se ajusta las armas,

y ordena que venga un criado

para que dé chocolate,

a sus valientes aliados.

Manda llamar a los serenos,

y a su hermano don Mariano;

se encendieron unas teas,

que agitaban unos cuantos.

Las veruquientas campanas,

despiertan al vecindario;

gentes a pie y de a caballo

acuden al llamamiento.

Y en una de las ventanas,

erguido, grande, sublime;

asoma su busto, Hidalgo. . . .

Y grita: ¡Muera el mal gobierno! . . .

¡Viva nuestra Madre Santísima de Guadalupe! ¡Viva América!

¡Viva México!! Viva México! ¡Viva México!

¡Viva Allende! . . . ¡Viva Aldama! . . .

¡Viva Abasolo! ¡Viva Jiménez!

¡Viva la Corregidora de Querétaro!

Doña Josefa Ortiz de Domínguez!

¡Vivan, vivan todos los que lucharon

y murieron por la Independencia Mexicana!!

¡Viva el Padre de la Patria Mexicana

don Miguel Hidalgo y Costilla!

LA CAMPANA DE DOLORES

JOSÉ SANTOS CHOCANO

(Fragmento)

En el bronce en que fundieron la Campana,

arrojaron sus sortijas los más nobles caballeros,

que probaron luego el timbre de aquel bronce con la ufana

vibración de un golpe dado por la cruz de sus aceros;

y tan cóncavo y sonoro

bronce, rico en plata y oro,

ha gemido muchas veces en las trémulas escalas

de un revuelo de palomas que lo harían con sus alas.

Una mano,

que persigna las tinieblas y conjura

las edades con espíritu cristiano,

una mano de buen cura,

una mano religiosa,

cierta vez, sobrecogida

por un santo horror, se posa

en la cuerda atada al bronce, que, agitándose nerviosa,

correr siente las primeras pulsaciones de otra vida;

y es así como, en la noche de los siglos misteriosos,

la Campana de Dolores

rompe a veces el silencio, desde el fondo del arcano,

balanceando en las tinieblas, al compás de sus clamores,

una cuerda que se estira con el peso de una mano…

¡No! la mano del gran cura

no sacude la Campana, cuyos sones

van, en de disiparse por la anchura,

a plegarse en el refugio de los buenos corazones.

piénsase que, de repente,

vibra el Águila en su escudo;

abre el pico: la serpiente

dócilmente

se hace un nudo…

rompe el Águila su vuelo:

con las alas cubre el cielo;

y, en un rasgo de soberbia poderosa

que la nimba y engalana,

va y se posa

sobre el bronce de la épica Campana…

tiende el Águila su noble y emblemático abanico;

cuelga, luego, largamente,

la cabeza…y en el pico

coge al fin la cuerda como cogió un día la serpiente…

¡Y así, el águila es ahora

la que, en triunfo, como un símbolo viviente,

sonar hace sobre el pueblo la Campana redentora!...

Presencia de Hidalgo

Ciudadanos de México:

Vengo a contarles este día

la pagina más grande de la historia…

Vengo a cumplir con un alto deber,

con el favor de la ciudadanía

de mi alma de maestra y mujer

La Patria mexicana en su pasado,

fue el suelo ensangrentado,

y en cuencas infinitas de dolor

corrió sangre a torrentes

de bravos, de inmortales insurgentes

que a México sirvieron con valor…

En los hechos, los más sobresalientes,

del primero de todos los valientes

fue el padre Hidalgo aquel anciano,

de alma de gigante y de cabello cano

quien se sacrifico por conquistar

LA LIBERTAD

LA INDEPENDENCIA

Y LA IGUALDAD

de nuestro amado pueblo mexicano

Con su ejemplo, su amor, su decisión,

hablo una vez con su palabra mágica

en una hora trágica,

de México la más divina,

y fue inacabable noche septembrina

llena de luz, de inmarcesible gloria

que nunca…! NUNCA MORIRÁ en la HISTORIA!

Movió la clásica campana

del humilde curato de Dolores,

y…su alma sensitiva, tan humana,

en esa insólita ocasión,

afrontando infinitos sinsabores,

fue solemne en su fe, su decisión,

por darnos esta Patria mexicana.

Su grande y noble sueño realizó

con un puñado de hombres valerosos,

sufridos, resueltos y afanosos,

que sus huellas siguió.

El luminoso espíritu sencillo

del héroe…inmenso del caudillo,

se agiganta en los tiempos de la historia,

por su amor a la causa independiente

de su pueblo, al que amaba intensamente…

Por eso perpetuamos su memoria…

aquí está del gran hombre la presencia

en la estatua que miramos a diario,

barro que el pueblo lleva en la conciencia;

en cada centenario, al visionario,

para siempre sea así: Hoy y mañana

la nación mexicana

viene a cantarle ¡Gloria!

¡Gloria! le cante aquí la patria agradecida

de toda la nación,

a su heroísmo y lucha enardecida;

al sacrificio inmenso de su vida

nuestra niñez entona su mejor canción

pues para todos es perenne inspiración.

¡Niños! en este luminoso y grande día

de paz espiritual y de alegría,

luchemos por el bien de la nación;

con nuestros actos –cada instante y ocasión-

hay que imitar del héroe venerable

sus virtudes y ejemplo incomparable…

¡Cantémosle con todo el corazón,

el contenido profundo, sin igual,

las estrofas más bellas, más airosas,

solemnes, inefables, belicosas,

de nuestro hermoso Himno Nacional!

HIDALGO

JUAN DE DIOS PEZA

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