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Roberto Por El Buen Camino


Enviado por   •  31 de Julio de 2013  •  7.264 Palabras (30 Páginas)  •  648 Visitas

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ROBERTO POR EL BUEN CAMINO

Justo Arosemena hace siglo y medio dijo…

“El sistema penal es más propio para empeorar que para corregir a un delincuente. Nuestros presidios son focos de infección física y moral, escuelas de perversidad, a donde el hombre todavía sano se corrompe, y el malvado se perfecciona en el crimen perdiendo el último resto de pudor”.

Esta frase del estadista Justo Arosemena representa una profecía de autorrealización que todos los días se cumple en nuestros jóvenes privados de libertad, y en la población carcelaria en general. En este sentido, la obra de la novelista Rose Marie Tapia, se convierte en una crítica social e individual, pues nos conecta con nuestros propios valores y nuestra responsabilidad como entes de cambio.

Las estadísticas del Ministerio de Gobierno y Justicia son frías y sin caras, y nos hablan que en el 2002 la tasa de incidentes policivos fue de 21.9 x 1,000 habitantes y que desde 1999 a 2002 hubo un aumento en 5,026 incidentes policivos. Lo que no dicen estas cifras es por qué mató, por qué robó, cuál fue su historia de vida, qué siente en cuanto a las oportunidades que le brinda la sociedad, cómo es su realidad social, su vivienda, su familia. Es esta realidad la que nos invita a escudriñar la autora, pero sobre todo nos introduce en los pensamientos y emociones de los personajes, sus dramas, sus pérdidas, sus ilusiones que inician o acaban con el sonido de un disparo y el correr de la sangre.

Nos propone entrar tanto en el sub-mundo de la delincuencia como en el de las víctimas, pero con una visión esperanzadora, y hasta a veces inocente, con el fin de realzar la plenitud humana y los valores sociales que subyacen en todos nosotros, que en condiciones favorables, puede ser la diferencia entre la perdición o el crecimiento personal. Trasciende las clases sociales, dejando claro que todos somos susceptibles a ser víctimas del flagelo de las drogas y la delincuencia, sumergiéndonos en convencionalismos sociales de poder y riqueza, dejando de lado los valores básicos que sustentan a la familia y la sociedad, volviéndonos esclavos de nuestros propios paradigmas.

Refleja en los personajes tanto la fuerza del odio y venganza como la capacidad de amar y perdonar, presentándolos a su vez como personas reales y no como seres idealizados, con sólo sentimientos nobles y puros. Incluso las personas que enfrentan los retos de promover la resocialización de los jóvenes delincuentes, tienen que viajar por esta montaña rusa de emociones con desalientos y frustraciones, así como también con discretos éxitos, que como a manera de peldaños, forman parte de la cotidianeidad.

“Roberto por el buen camino”, nos presenta una gran gama de personajes los cuales podemos identificar en nuestro diario vivir, unos viviendo del dolor ajeno por medio del sensacionalismo periodístico o como bandera política, otros lucrando a manera de mercenarios sublimando el odio y la violencia, otros con capacidad de dar de sí antes de pensar en sí y entregarse a sus ideales...en fin, todos estamos ahí, o por lo menos partes de nosotros. Incluso exalta la fuerza que hay en las personas anónimas, que consideramos hasta ignorantes, pero que en situaciones difíciles y con apoyo, pueden mostrar recursos emocionales y ser protagonistas de sus propias vidas y no una carga para la sociedad.

La obra nos lleva sutilmente por una metamorfosis de los personajes, que pasan por la ira hasta los deseos de redención, de sentimientos de culpa al de reconciliación con la vida, a reparar heridas por medio de cruzadas, pero sobretodo nos enseña que es cuando la vida nos estremece que sacamos lo mejor de nosotros mismos. La realidad deprivante de algunos sectores de la sociedad nos explota en la cara y nos lleva hasta avergonzarnos de nuestra indiferencia, racionalizando esta situación con frases vacías y sin sentido para el que sufre hambre, convirtiendo todo en un show para alimentar el morbo.

En fin, es una historia del redescubrimiento de la propia humanidad del joven delincuente en el contexto de la horda primitiva, en la que se refugia para lograr valorizarse y obtener reconocimiento. Es la fotografía del joven que vive un día a la vez, sin futuro, sin grandes expectativas, en busca de un disfrute rápido y fácil pues la vida es efímera y regida por el principio del placer, sin trabajar por metas u objetivos mediatos o remotos. Dibuja la dificultad de aceptar las consecuencias de sus actos y la falta de empatía con las víctimas o sus familiares, la pobre autoconcepción de su delito, la rebeldía y los antivalores.

Observamos una gran gama de temas que se mencionan, cual actores secundarios de la obra, y que matizan el contexto social de la delincuencia: la pobreza extrema, familiares con comportamiento antisocial, rigidez o sobreprotección parental, violencia intrafamiliar, deserción escolar, impulsividad elevada, amigos delincuentes, los tatuajes y el lenguaje propio de estos jóvenes, abuso de drogas, precocidad sexual, uso de objetos lesivos, en fin…el significado y simbolismo de todo lo que rodea a estos jóvenes y que le da un sentido a sus vidas, aunque sea para sentir que por sus malas acciones son tomados en cuenta por una sociedad cada vez más alienante, o sus fantasías de control por medio del miedo y la violencia.

Implícito en esto están juicios de tipo legal, que pone énfasis en lo represivo y estigmatizante, y no en lo preventivo, en la rehabilitación y resocialización. Nos deja entrever en forma general, como con la participación interdisciplinaria y de todos los sectores de la sociedad, podemos ir haciendo pequeñas contribuciones que repercutirán en nosotros mismos, cual seguro de vida.

Cuando analizamos el Censo de Población y Vivienda de 2000 encontramos que la pobreza extrema es de 26.5 %, que el 48.9 % de la población gana menos de $100.00 mensuales, y que el 54 % de la población total vive con menos de $2.00 diarios, lo que refleja los componentes multifactoriales que inciden en esta problemática y que la hacen compleja, revelando crisis de valores individuales - familiares - sociales, exclusión económica - política - sociocultural, e inequidad en la distribución de riquezas.

Esta obra nos obliga a ver una verdad que nos resistimos a internalizar, y es que nuestro mundo perfecto y hermoso puede ser un espejismo, que no tenemos un mundo privado sino que es compartido por casi 3 millones de habitantes, y que todos somos responsables de que ... Roberto ande por el buen camino.

Es pues, esta la filosofía de trabajo que trata de implementarse con el joven privado de libertad en el Centro de Cumplimiento para que de manera integral (familiar, laboral, educativa-fomativa, espiritual, socio-cultural,

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