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Ensayo Del Libro El Príncipe De Nicolas Maquiavelo


Enviado por   •  18 de Mayo de 2012  •  2.786 Palabras (12 Páginas)  •  3.582 Visitas

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COLEGIO DE BACHILLERES

PLANTEL COZUMEL

Materia:

Filosofía

Trabajo:

Ensayo del libro El Príncipe de Nicolás Maquiavelo

“EL PRINCIPE”

NICOLAS MAQUIAVELO.

Introducción.

Representar a un pueblo, proveerlos de justicia y tranquilidad, mantener contenta a la aristocracia y una segura independencia frente a otros reinos, son algunos de los deberes de quien se encuentra al frente de un estado. El príncipe es un libro escrito por Maquiavelo para Lorenzo de Médicis, en muestra de su apreciación. Puesto que la amplia experiencia acumulada por Maquiavelo en las cortes europeas como representante de la cancillería florentina, su contacto con príncipes y su observación de las decisiones gubernamentales, le ofrecieron una visión excepcional sobre el carácter de los hombres de Estado y los alcances de sus actos políticos. Con el tiempo Maquiavelo colocó este juicio en el auténtico corazón de su análisis sobre el caudillaje político en “El Príncipe”.

Este libro habla de las distintas formas de obtener el poder, de cómo conservarlo y acrecentarlo, bajo una ética muy particular. Contraria a la ética que nos inculcaron desde niños; que nos habla del respeto, el equilibrio y que tiene como bien superior la felicidad. Maquiavelo considera correcto de una manera muy opuesta una ética fría y más que un ideal; es un día a día expresado en su máxima “El fin justifica los medios” es decir; no importa cómo se logre mientras se logre.

Contenido.

En esta obra se plantea una necesidad de cambio en la política del gobierno de Lorenzo de Médicis, el cual para conseguir una Italia unida, debería seguir los consejos de los 26 capítulos de “El Príncipe”. El autor, intuye que los valores y la moral tradicionales no se ajustan a la cambiante e inestable Europa. Por eso muestra al gobernante: “El arte de conquistar el poder”, al que identifica como Estado. Así el Estado podrá articular las relaciones sociales, garantizando que los hombres vivan en libertad a través de sus leyes. Solo así se logra el bien común, y todo lo que atente contra él puede ser rechazado.

De este modo podemos dividir el texto en diversos bloques atendiendo al contenido de cada uno de ellos. Así tendríamos, un primer bloque que iría desde el capítulo I hasta el XI, donde se analiza la naturaleza y los diferentes tipos de principados, así como las condiciones para crearlos. Maquiavelo empieza describiendo, los diferentes tipos de principados y de cómo se adquieren, aunque su objetivo en sí es hablar del príncipe nuevo, del hombre que llega a dirigir un estado por factores como la virtud, la buena fortuna, el favor del pueblo o la colaboración militar de otros príncipes. Maquiavelo nos dice que es más fácil conservar un estado hereditario, puesto que está acostumbrado a una dinastía. Ya que basta con no alterar el orden establecido por los príncipes anteriores y así el príncipe podrá mantenerse siempre en su Estado.

Ahora bien, las dificultades existen en los principados nuevos. Y si no es nuevo del todo, sino como miembro agregado a un conjunto anterior, puede llamarse así mixto, en donde sus incertidumbres nacen de una natural dificultad, que se encuentra en que los hombres, cambian con gusto de señor, creyendo mejorar. Y esta creencia los impulsa a tomar armas contra él. De modo, que le príncipe se ve obligado a ofender a sus nuevos súbditos, con tropas o mil vejaciones que el acto de la conquista lleva consigo. Aunado a esto, hablemos sobre los Estados, que al adquirirse, se agregan a uno más antiguo, o son de la misma provincia y de la misma lengua, o no lo son. Cuando lo son, es más fácil conservarlos, sobre todo cuando no están acostumbrados a vivir libres; y para afianzarse en el poder, basta con haber borrado la línea del príncipe que gobernaba, porque, por lo demás, y siempre que se respeten sus costumbres y las ventajas de que gozaban, los hombres permanecen sosegados, y aun cuando hay alguna diferencia de idioma, sus costumbres son parecidas y pueden convivir en buena armonía. Y para quien los adquiera, si desea conservarlos, debe tener dos cuidados, nos dice Maquiavelo: “… Primero que la descendencia del anterior príncipe desaparezca, después, que ni sus leyes ni sus tributos sean alterados. Y se verá que en brevísimo tiempo el principado adquirido pasa a constituir un solo y mismo cuerpo con el principado conquistador…”. Pero cuando se adquieren Estados en una provincia con idioma, costumbres y organización diferente, es entonces cuando surgen las dificultades, puesto que se ha de precisar de mucha suerte y mucha habilidad para conservarlos; y uno de los remedios más eficaces, según el autor, sería que la persona que los adquiera fuese a vivir con ellos. Porque, de esta manera, ven nacer los desórdenes y se les puede reprimir con prontitud. Y además, el príncipe que logre anexar provincias de esta tipo a sus estados, debe convertirse en defensor de los vecinos menos poderos he ingeniárselas para debilitar a los de mayor poderío, y cuidarse de que, bajo ninguna circunstancia, entre en su Estado un extranjero tan poderoso como él.

Ahora bien, hablemos de los principados que solo se adquieren por armas y fortuna de otro, los que sólo por la suerte se convierten en príncipes y poco esfuerzo necesitan para llegar a serlo, ya que o compraron un estado o se los regalaron. Estos no sufren dificultades en su camino, pero una vez instalados es cuando surgen las dificultades. Estos príncipes solo se sostienen por la voluntad y la fortuna. Pero, el florentino explica que hay otros dos modos de llegar a ser príncipe, que no se puede atribuir eternamente a la fortuna o la virtud y estos son los que se adquieren por un camino de perversidades o por el favor de los ciudadanos.

Un segundo bloque serían los capítulos del XII al XIV que en ellos se aborda los riesgos inherentes a las tropas mercenarias tan habituales en su época y sobre las obligaciones del príncipe. Maquiavelo da mucha importancia al arte de la guerra como medio para lograr mantener un Estado íntegro y próspero, al igual que insiste en la importancia de que el pueblo respete y tema a su señor. Él cree que un príncipe ha de dar una buena imagen de sus atributos, aunque en realidad no los tenga. Y alaba la virtud de los gobernantes que son crueles con unos pocos y así mantienen el Estado, mientras critica

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