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Respuestas De Filosofos


Enviado por   •  21 de Agosto de 2014  •  2.912 Palabras (12 Páginas)  •  208 Visitas

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La respuesta de John Stuart Mill.

Los primeros exponentes de la democracia liberal fueron Jeremy Bentham y James Mill. Ambos Supusieron que el hombre era un consumidor incesante que buscaba aumentar al máximo las satisfacciones o utilidades que le aportaba la sociedad y que esta, a su vez, no era sino una suma de individuos con intereses que entraban en conflicto entre sí, sobre todo, por el poder.

Para esa sociedad se necesitaba un sistema político que protegiera a cada individuo respecto de los otros, pero también que protegiera a los ciudadanos del gobierno; de ahí la importancia del derecho al sufragio, individual. Suponían que, al ser los hombres diferentes entre sí en lo referente a capacidad y esfuerzo, unos debían tener más que otros y que, de ninguna manera, se debía tender a igualar a los seres humanos sino más bien incentivarlos a la productividad.

John Stuart creía firmemente que era esencial en el hombre su capacidad para desarrollar y ejercer las facultades que poseía, y que era menos importante su capacidad de consumir y apropiarse de objetos. La sociedad era una suma de individuos y egoístas, no debía ser así. La buena sociedad permitía al hombre desarrollarse adecuadamente y lo estimulaba a hacerlo.

Por una parte debía proteger a los ciudadanos, pero además, debía colaborar en el desarrollo del ser humano. Puede decirse que el modelo de democracia de J. S. Mill era un modelo moral.

Betham y James Mill aceptaban la sociedad capitalista existente y consideraban que los rasgos que ellos atribuían al hombre y a la sociedad eran permanentes y no históricamente condicionados. John Stuart Mill, por el contrario cuestionaba la sociedad capitalista en que él vivía y creía que correspondía a una etapa histórica determinada. No rechazaba el capitalismo, le parecía inaceptable las consecuencias sociales. Pero, al mismo tiempo, reconocía Mill que el asalariado iba teniendo, cada vez en mayor medida, conciencia de clase.

¿Cómo se podía lograr una sociedad más feliz?

Debemos señalar otra diferencia entre Bentham y Jon Stuart Mill. Mientras el primero consideraba que la mayor felicidad se ligaba a la riqueza material y que la diferencia entre placeres era meramente cuantitativa, para J. S. Mill los placeres variaban entre si y se los podía ordenar jerárquicamente. Para llegar a los placeres más elevados, era necesario haber recibido una buena educación y resultaba imprescindible que esta se extendiera a todos los sectores de la población. ¿Cómo lograrlo en la situación miserable en que se encontraba la clase obrera, con niños que en vez de ir a la escuela trabajaban en las minas o en las fábricas el día entero?

Esta situación debía modificarse. Pero antes de proponer como modificarla debían buscarse cuales eran sus causas.

Hemos dicho previamente que J. S. Mill no las encontraba en el principio capitalista en sí; pensaba que residían en las circunstancias históricas en que se había distribuido la propiedad.

La propiedad privada le parecía aceptable en tanto garantizaba a los individuos “los frutos de su propio trabajo y abstinencia”, pero se tornaba cuestionable cuando resultaba fruto del trabajo y la abstinencia de otros; una excepción la constituía la propiedad recibida por herencia, a la que Mill sostenía se debía poner ciertos límites, que él, sin embargo, no llego a precisar.

Le aparecía equitativo que el propietario del capital recibiera una parte del producto, puesto que el capital era trabajo acumulado y encontraba más probable que esa acumulación fuese resultado de un contrato libremente aceptado o de un regalo, que de una apropiación violenta. No obstante, no veía justa la relación entre capital y trabajo que se daba en su época. Confiaba que, en el futuro, se difundiera cooperativas de producción, mediante las cuales los trabajadores, con mayores incentivos que antes, trabajarían más y mejor para producir beneficios para ellos mismos y se convertirían en sus propios capitalistas.

Sostenia además que esas cooperativas debían competir en el mercado porque solo así abaratarían los precios de sus productos y mantendrían altos los salarios.

La respuesta de Hobbes

Thomas Hobbes nació en Gloucestershire, Inglaterra, en 1588. Al Salir de Oxford fue designado preceptor del hijo mayor de un noble, el conde de Devonshire. Esto permitió conocer personas influyentes. Una vez en Inglaterra fue perfilando su concepción del hombre y del estado.

Hobbes empieza por analizar como son los hombres, y en particular como serian si desaparecieran las leyes y otras restricciones sociales.

Hobbes no propone el estado presocial como si hubiera existido históricamente en todo el mundo sino que se trata de una ficción para ayudar al análisis aun cuando pudiera darse en casos aislados como entre los pueblos salvajes de muchas partes de América. En esas condiciones los hombres solo viven, o Vivian solo sujetos a las leyes de la naturaleza. De este modo las leyes naturales corresponden a esos impulsos básicos que conocemos, sobre todo en el mundo animal, como instintos de supervivencia del individuo y de conservación de la especie.

Sintetizando, en su estado natural, el hombre “es un lobo contra el hombre“. Una constante guerra de todos contra todos llevaría a su destrucción como individuo y la razón muestra que, para que cada uno pueda preservarse a si mismo así como preservara la especie, debe poner un límite a sus propios derechos y alcanzar la paz social.

El problema que se plantea a continuación es: ¿Cómo lograr que se cumpla ese contrato?

Luego de introducir la nación de Estado, Hobbes distingue entre los “Estados por institución” y los “Estados por adquisición”. Los primeros son instituidos “cuando una multitud de hombres convienen en conferir poder soberano a un hombre o asamblea de hombres”. En los segundos en cambio, el poder soberano ha sido adquirido por la fuerza; también aquí hay un pacto, pero entre el soberano y el súbdito.

A continuación enuncia los derechos y facultades del soberano, asi como algunos deberes de los súbditos:

1- Los súbditos no pueden cambiar la forma de gobierno, porque no pueden romper los lazos de fidelidad establecidos con el soberano.

2- El poder soberano no puede ser revocado, ya que ningún súbdito puede, por decisión individual, dejar de serlo.

3- Ningún hombre puede, sin injusticia, protestar contra la institución del soberano declarada por la mayoría, porque le mismo

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