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Actualidad Filosofia


Enviado por   •  20 de Marzo de 2014  •  2.268 Palabras (10 Páginas)  •  189 Visitas

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LA ACTUALIDAD DE LA FILOSOFÍA

Historia del pensamiento occidental

Por Manuel Guillén Compartir en Facebook Enviar a Twitter

En nuestros días existe una filosofía de la ciencia, de la literatura, de la psicología, de la antropología, del lenguaje, de las matemáticas, de la biología, etcétera. La labor principal de estas filosofías es dar un sustento racional, observar el modo de trabajar y ubicar histórica y conceptualmente el trabajo particular de cada disciplina que estudia.

1. No existe en el mundo más filosofía que la filosofía occidental.

Es decir, lo único que puede ser calificado como pensamiento filosófico es aquello que se inscribe en el modo de ser de la tradición de reflexión, argumentación y tratamiento de temas que se inició en la Grecia antigua, hace más de dos milenios y medio. Todo lo demás es otra cosa. Cosmogonías, mitologías, teogonías, son formas del pensamiento que intentan dar sentido al mundo y a la vida; cohesionan la convivencia y dotan de identidad a los grupos humanos. Muchas de ellas tienen una gran riqueza simbólica, poética y narrativa. Pero no son filosofía. La filosofía es ese discurso particular de Occidente que va del poema filosófico de Parménides de Elea (siglo V, antes de nuestra era) al último ensayo de Fredric Jameson o de Gilles Lipovetsky.

En ese largo trayecto del pensamiento y de la actividad filosóficos se ha ganado en aprendizaje acumulado. A través de los siglos, los problemas recurrentes de la filosofía se han mezclado con los problemas particulares del tiempo histórico. Ha evolucionado en sus respuestas, en sus planteamientos y en su modo de ser dentro de la estructura social. Pero, al mismo tiempo, ha mantenido una forma de trabajo permanente a lo largo de la historia, que se ha estabilizado desde los escritos de Platón y de Aristóteles: argumenta de manera coherente, racional e informada sobre los temas que le atañen, y los temas que le atañen son prácticamente todos, ya que incluye lo que pasa con el hombre, con la naturaleza y con el cosmos.

Así, en nuestros días existe una filosofía de la ciencia, de la literatura, de la psicología, de la antropología, del lenguaje, de las matemáticas, de la biología, etcétera. La labor principal de estas filosofías es dar un sustento racional, observar el modo de trabajar y ubicar histórica y conceptualmente el trabajo particular de cada disciplina que estudia. Contrario a lo que se podría pensar, la filosofía no es una disciplina en retirada ni un discurso de antaño que no opera más. No obstante, desde hace por lo menos una generación, un creciente número de personas identifica de esa manera a la filosofía: como el vestigio de un pensamiento que ha llegado a su fin.

2. Una de las consecuencias poco valoradas de la desintegración del mundo bipolar de la Guerra Fría

John Searle

fue la disolución del discurso filosófico como fundamento ideológico y conceptual para el público no especializado en la materia. Hasta antes de 1989, algunos nombres de filósofos tanto históricos como contemporáneos estaban en boca de muchos como referentes, apoyos o espectros de las contiendas ideológicas que se verificaban lo mismo en la prensa diaria que en revistas culturales y en charlas de café. Esto era particularmente notable en los países europeos y en Estados Unidos, aunque también ocurría en México y el resto de América Latina. Los indispensables fundadores del llamado comunismo científico, Karl Marx y Friedrich Engels, por supuesto, pero también los nombres de Hegel, William James y Bertrand Russell circulaban en el insumo informativo cultural de numerosas personas a lo largo y ancho del mundo.

En la actualidad eso no ocurre más y hay quienes incluso creen que el último filósofo occidental fue el francés Jean Paul Sartre. Sin duda sí que fue el último con inmensa popularidad y visión masiva, puesto que llevó su marxismo humanista a la plaza pública y su propia personalidad mediática lo llevó a la difícil línea entre el compromiso y la pose progresista. Pero la filosofía no terminó ni con Sartre ni con Russell (este último un poco menos conocido en el medio latinoamericano, pero muy popular en el anglosajón), dos indiscutibles eminencias del siglo pasado. Ha seguido su camino lo mismo por la especialización académica, labor a medio camino entre el anticuario y el científico, que en la exploración y dilucidación de los temas, problemas y particularidades de nuestro tiempo.

De la llamada filosofía académica (que algunos llaman, quizá con cierta razón, “academicista”) han surgido numerosas corrientes especializadas cuyo público es primordialmente gente del ámbito filosófico, ya sean estudiantes, profesores o investigadores del área. Allí tenemos a la hermenéutica, a la analítica, a la filosofía de la ciencia, a la epistemología, la filosofía de la cultura y el posestructuralismo, entre muchas subdivisiones más. Los creadores de este ámbito son prácticamente todos y cada uno de los profesores e investigadores alrededor del mundo que publican en revistas de corte científico, primordialmente universitarias, que asisten a coloquios, congresos y eventos académicos y que utilizan un lenguaje adecuado (críptico y rebuscado según algunos) para sus iguales en formación filosófica. Este conjunto es global y está compuesto por el sistema de investigación universitaria mundial.

Pero también existen filósofos que, partiendo de ese ámbito de especialización, han llamado la atención de un público más amplio al comunicar sus ideas en un lenguaje que, sin perder la rigurosidad conceptual, resulta más atractivo y comprensible para las personas cultas en general. Han intentado hacerse de un lugar en los medios masivos de comunicación, concediendo entrevistas y escribiendo en diarios y revistas y han enfocado parte de su trabajo a los problemas de la actualidad mundial. De entre los varios ejemplos que pueden ponerse (como fue el caso del estadounidense Richard Rorty y del francés Jean Baudrillard, fallecidos en la década que acaba de concluir), viene a la mente la figura de dos de ellos, ambos vivos y en activo: el estadounidense John R. Searle y el alemán Peter Sloterdijk.

De la llamada filosofía académica (que algunos llaman, quizá con cierta razón, “academicista”) han surgido numerosas corrientes especializadas cuyo público es primordialmente gente del ámbito filosófico, ya sean estudiantes, profesores o investigadores del área. Allí tenemos a la hermenéutica, a la analítica, a la filosofía de la ciencia, a la epistemología, la filosofía de la cultura y el posestructuralismo, entre muchas subdivisiones más.

La labor divulgativa del primero se centra en los aspectos esenciales de las ciencias neurobiológicas y su relación

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