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Aristoteles Y La Metafisica


Enviado por   •  14 de Julio de 2015  •  2.078 Palabras (9 Páginas)  •  224 Visitas

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La violencia sexual contra mujeres en el contexto del conflicto armado en un país marcado por la guerra y la pobreza, como es el caso del colombiano, se convierte en pan de cada día. Las organizaciones no gubernamentales, entre ellas la 'Ruta pacífica de mujeres' y 'Mujeres que creen', así como organismos internacionales entre los que se cuenta la ONU, denuncian en sus respectivos informes la violación de los derechos humanos de las mujeres en medio de la guerra.

De igual forma, en la presentación sobre la situación de los derechos humanos de las mujeres en Colombia realizada por el director adjunto de la Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones en octubre de 2004, se denunció el gran efecto negativo del conflicto armado interno sobre los derechos de las niñas y las mujeres colombianas. Entre los tipos de violencia ejercida por los grupos armados, guerrilla y paramilitares, se incluyen la violación y la esclavitud sexual, el uso obligatorio de los métodos anticonceptivos y abortos, la imposición de trabajos domésticos forzados y la marginación en la participación de las mujeres en la vida pública, como el establecimiento de códigos de conducta que refuerzan esteriotipos machistas y de poder por parte de los hombres que hacen parte de los grupos al margen de la ley. La mayoría de las mujeres y niñas que son afectadas por estas violaciones son campesinas, indígenas, afrocolombianas y desplazadas, discriminadas no sólo en razón de su sexo, sino también por su origen étnico7.

Las diferentes ONG y organismos internacionales han denunciado como posibles causas que ocasionan esta terrible situación la falta de información sobre el tipo de violencia que afecta a las mujeres y a las niñas; el desconocimiento de la gravedad de los hechos por parte de hombres y mujeres, el pudor, el miedo y la desconfianza hacia el sistema judicial por parte de las víctimas, y la ausencia de denuncia, información y reconocimiento por parte de las autoridades estatales frente a la gravedad de los hechos que genera, a su vez, la no judicialización de los mismos. Es así como los autores de estas violaciones gozan de completa impunidad, dejando a sus víctimas sin reparación por los daños y perjuicios sufridos. La invisibilización en los crímenes cometidos a mujeres y niñas en contexto armado explica la precariedad o ausencia de acciones y planes preventivos por parte de las autoridades del Estado8.

Ante este aterrador panorama, el silencio y el olvido se pasean en los cuerpos y rostros de mujeres y niñas agredidas y violentadas en la guerra. Como bien lo decía Cicerón, 'La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio' y es el silencio del Estado y de la sociedad que alienta a que esta verdad se corrompa, se disfrace y se olvide, dejando a las inocentes sin justicia y sin paz. Pero ¿por qué se guarda silencio ante estas atrocidades? ¿Por qué se produce la terrible invisibilización de estas acciones, acompañada por una deficiente presencia del Estado? Ante estos interrogantes el presente ensayo analizará esta problemática de la realidad colombiana. La descripción y el análisis tendrán como base la perspectiva de las feministas radicales9, y desde la misma postura se enunciarán algunas soluciones. En una segunda parte se evaluará lo descrito en la primera parte y se enunciaran algunas críticas desde los postulados del liberalismo clásico.

Para las feministas radicales, el poder del Estado se identifica con el poder masculino, impuesto en la forma de aprehender el mundo. Las normas y el derecho, como el Estado, son masculinos, por cuanto las realidades que se presumen objetivas son creadas a partir de lo masculino. Es así como el Estado trata y ve a las mujeres como lo hacen los hombres, y construye, sus sistemas jurídicos según los intereses de los hombres 'Lo masculino es la referencia implícita para lo humano, la masculinidad será la medida de la igualdad en las leyes contra la discriminación sexual'19.

Los abusos contra mujeres rara vez en cajan en las leyes y en las medidas coercitivas, puesto que son medidas construidas por hombres para perpetuar su dominio. 'En la guerra o en lo que se llama paz, en el país o en el extranjero, en privado o en público, de nuestro lado o del otro, la inhumanidad del hombre con la mujer es ignorada'20.

Se expone así que aunque exista una normativa que proteja a las mujeres de cualquier acto que las ponga en peligro, estas normas son poco efectivas y en la mayoría de los casos inoperantes.

En el ámbito de lo privado la supremacía masculina se impone. El maltrato, la explotación del trabajo de la mujer y la violación conyugal despojan a las mujeres de su autonomía, de su identidad, de su propia autodeterminación y control; es allí, en la esfera de lo privado, donde se evidencia mucho más la desigualdad entre hombres y mujeres. Cuando las mujeres son oprimidas y ofendidas en lo privado, la ley de la privacidad protegerá el derecho de los hombres21. Mackinnon enuncia al respecto:

Cuando no se ha declarado la guerra y sin embargo las mujeres son golpeadas por hombres cercanos a ellas, cuando las esposas desaparecen en los estacionamientos de los supermercados, cuando las prostitutas flotan en los ríos o aparecen bajo montones de harapos en edificios abandonados, todo tiende a pasar desapercibido en los archivos del sufrimiento humano porque las víctimas son mujeres y huelen a sexo22.

Estas prácticas que suceden en el ámbito privado se llevan a lo público, tanto en la guerra como en la paz, legales o no, son ampliamente permitidas como libertades de sus perpetuadores, expuestas como excesos de pasión o de ira, oficialmente ignoradas y legalmente racionalizadas y lastimosamente perdonadas. Cuando se intenta una reglamentación y protección del Estado a las mujeres víctimas, éste reproduce modelos de opresión masculina en lo público y someter, igualmente, las necesidades, no sólo individuales sino también colectivas de las mujeres, a la supremacía del hombre. En este orden de ideas, se puede afirmar que puede existir un conjunto de normas que protejan a las mujeres y niñas de los abusos cometidos contra ellas tanto en tiempos de guerra como de paz, pero aunque se cuenta con instrumentos legales no se ha hecho nada hasta ahora para frenar los abusos descritos o exigir responsabilidades a los autores.

No sólo se ignoran los llamados 'actos privados' de los hombres contra las mujeres; el poder para cuestionar los actos oficiales se deja exclusivamente en manos de los que cometen dichos actos. Ningún Estado garantiza de manera efectiva los derechos

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