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Corrientes Filosoficas


Enviado por   •  28 de Noviembre de 2014  •  4.503 Palabras (19 Páginas)  •  198 Visitas

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EL REALISMO PEDAGÓGICO.

Es en el siglo XVII, como ya he comentado, cuando surge el realismo pedagógico propugnador de una educación basada en el conocimiento de contenidos y prácticas. Se basa en los métodos de la inducción y la intuición como base de todos los saberes ya que “El valor pedagógico de las distintas disciplinas formales depende prioritariamente de su aplicación práctica a la vida.” (Diccionario de las ciencias de la educación, volumen II) Se preocupan ahora, y de forma pionera, por el modo de transmitir los conocimientos y el orden en el que deberán presentarlos para lograr mayor efectividad a la hora de ser usados. Se centran en el contacto con la naturaleza, directamente con el objeto de estudio no con textos al respecto.

El realismo supone romper con el sistema de enseñanza que venía dándose hasta entonces: el humanismo, “centrado en el saber de los antiguos y con finalidad de carácter moral y filosófico.” (Gutiérrez Zuluaga, 1972) Dan más importancia al valor del texto y a la cultura que, como sucede en el realismo, a los hechos observados desde la realidad en el contacto con la naturaleza.

Pero el surgimiento del Realismo no implica el olvido del humanismo, a lo largo de la historia se han ido alternando, llegando incluso a coexistir ambos vértices en el mismo periodo. Es más, según J. M. Moreno no podemos ni siquiera afirmar que el único Realismo habido en las ciencia de la educación haya sido el surgido en el citado siglo XVII. Pero a nivel general, y a lo largo de la Historia de la educación, el humanismo y el realismo se han ido turnando en lo que a importancia se refiere: la educación primitiva tenía un claro matiz realista, más adelante le sacará ventaja el humanismo con la llegada del mundo clásico. En el renacimiento ambas coinciden y actualmente podemos afirmar que, al igual que en el renacimiento, el humanismo y el realismo coinciden en el mismo periodo porque “son dos fenómenos educativos que necesitan el uno del otro para que pueda existir la armonía” ( Moreno,1978)

A mi modo de ver, las palabras de J. M. Moreno que acabo de citar son totalmente acertadas. Por un lado me parece necesario el humanismo puesto que, a fin de cuentas, no todo lo que nos es vital aprender lo podemos tener al alcance de la mano y los libros son un instrumento de lo más apropiado en estos casos. Por el otro lado, creo que es totalmente necesario el activismo al que tiende el realismo, muchas veces el ver un objeto que va a ser estudiado es una lección más preciada que el leer varios textos sobre él . Me parece que el palpar, el ver... el sentir un objeto que se va a estudiar provoca en el educando una reacción más positiva, educativamente hablando, que el leer sobre él o el limitarse a estudiar sus característica sin dar pie a la experiencia con el objeto, lo cual sería caer en el simple y tan criticado memorismo. Por todo esto creo que la postura que adopta J. M. Moreno es la más idónea. Lo ideal para el aprendizaje ya sea de un objeto, de un proceso o de cualquier lección es el de compaginar el contacto con la naturaleza (realismo) y con los textos (humanismo).

COMENIO

El más grande educador y pedagogo del siglo XVII y uno de los más grandes de la historia, Juan Comenio, nació en Moravia en 1592. Ha sido el fundador de la didáctica y en parte de la pedagogía moderna. Pero además ha sido un pensador, un místico, un reformador social. Su nombre figura a la altura de los de Rousseau y Pestalozzi, es decir, de los más grandes de la educación y de la pedagogía.

La pedagogía de Comenio es una conjunción de ideas religiosas e de ideas realistas. Continúa en cierto modo la corriente religiosa de la Reforma y la empirista del Renacimiento. El fin de la educación para él es la salvación, la felicidad eterna.

En realidad, los fines de la vida y por tanto de la educación son para todas las cosas, artes y lenguas; la virtud o buenas costumbres, que incluye no sólo las buenas maneras sino el dominio de las pasiones, y la piedad o religión, por la que entiende la interna veneración por la cual el alma del hombre se une al Ser supremo.

Asimismo considera como uno de los objetivos de la educación la humanidad; el hombre no puede llegar a ser hombre si no es educado. "Nadie puede creer que es un verdadero hombre a no ser que haya aprendido a formar su hombre". Y esto ha de hacerse pronto, en la infancia. Por esto la educación ha de aplicarse a todos. En las escuelas debe admitirse "a todos por igual, nobles y plebeyos, ricos y pobres,

Se le conoce como el Padre de la Pedagogía, ya que fue quien la estructuró como ciencia autónoma y estableció sus primeros principios fundamentales. En su obra ¨Las nuevas realidades¨, Peter Drucker realza la posición de Comenio como el inventor del libro de texto, en un intento (exitoso por cierto) de incentivar la autonomía del proceso formativo para evitar que el gobierno católico eliminara del todo al protestantismo en la República Checa. «Si la gente lee la Biblia en casa, no podrán confundirse» fue el pensamiento de Comenio.

Comenio es muy conocido por sus contribuciones a las técnicas de enseñanza que, junto con sus principios educativos, se desarrollan en su gran obra Didáctica Magna. En ella señala cuál es su concepto de la enseñanza que se resume en una frase suya: "enseña todo a todos". Fue el primero en instruir lenguas tradicionales mediante el uso de pasajes de la misma y de la traducción correspondiente en la lengua moderna.

Su Orbis Pictus (1658) muestra un mundo visible en dibujos, un libro para el aprendizaje del latín, que parece ser el primer libro ilustrado para niños. Hoy en día podemos encontrar muchos libros ilustrados y deberíamos tener en cuenta a Comenio, de quien podemos claramente decir que fue su inventor. Incluso Goethe, cuya niñez transcurrió cien años después de la publicación del Orbis Pictus, considera, con el mayor agradecimiento a este librito como uno de sus primeros tesoros. Durante todo el siglo siguiente, fue imitado con ediciones cada vez más lujosas.

Pero quizá su obra más personal sea El laberinto del mundo y el paraíso del corazón, una incisiva sátira social en la que propone que el filósofo debe refugiarse en el interior de sí mismo, en el que llama «el paraíso del corazón»

Locke, John (1632-1704).

Filósofo inglés, en Locke confluyen las inquietudes de pensamiento propiciadas por el racionalismo de Europa, el desfogue empirista (véase Empirismo) que se venía apuntando en Inglaterra desde la Edad Media y que en él encontrará un trampolín definitivo, y las inquietudes del filósofo humanista en lo tocante

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