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Educación Etica A Ingenieros En Universidades


Enviado por   •  2 de Junio de 2014  •  1.988 Palabras (8 Páginas)  •  226 Visitas

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Educación ética en las universidades

Las universidades son uno de los ejes principales en distintos ámbitos de una sociedad. Son las encargadas de planeación y ejecución de programas educativos a nivel superior, y con esto, dar producción de diversos conocimientos, entre ellos: científicos, tecnológicos y culturales.

Estas instituciones han hecho que el mundo sea actualmente el que vemos en las noticias, con sus avances tecnológicos, pero en contraparte sus daños en puntos específicos para la humanidad, aunque al final han sido más gratificantes los triunfos que los fracasos. Y como opinan Rodríguez, Pantora y Salazar(2010): “Las universidades, al ser el escalón superior del sistema educativo, son una pieza clave para la sociedad, al asegurar que dicho sistema está contribuyendo a la formación de ciudadanos, es decir, personas no sólo con una sólida formación profesional, sino también cívica, cultural, social, ambiental y ética.”

Aquí es donde se encuentra el dilema: no siempre es impartida la ética en las facultades. Y esto no implica que sea innecesario que el estudiantado sea preparado con sabiduría ética. Por el contrario, al ser las universidades el techo del aprendizaje, deben enfocarse en esta área que no ha sido introducida en la educación básica o media, al menos no lo suficiente hasta el momento.

Y seria relevante, quizás, que en un futuro no muy lejano, los colegiales tengan la opción de recibir información acerca de la ética, desde una perspectiva general, para que luego, en las cátedras de su respectiva carrera universitaria, se les hablase de una ética profesional, también llamada deontología.

“La educación, incluso la universitaria, debe estar comprometida con valores éticos. Todo proyecto educativo que pretenda desentenderse de los valores se despersonaliza y está renunciando a su razón de ser.” Nelson (2007) propone que una formación universitaria que no incluya un desarrollo ético entre sus propósitos, no tiene la calidad que puede poseer uno que si lo incluya entre sus planes.

Un claro ejemplo sobre esto, lo encontramos en nuestro propio país, en donde hay dos grandes grupos de universidades, uno en el que hallamos a las llamadas “publicas”, que vienen siendo las universidades estatales (autónomas en sí, pero que dependen del estado para su financiamiento), estas se caracterizan por tener un gran prestigio, además de que la enseñanza ofrecida es, en general, de excelente calidad. El otro gran grupo, está constituido por las “U privadas”, las cuales no reciben ayuda económica por parte del gobierno, es decir, dependen de ellas mismas para su subsistencia. En estas, no es tan común encontrar esa buena reputación (esto no encierra que sean malas preparadoras de profesionales).

Lo que viene al caso, es que en la primera categoría, existe una preparación ética en los planes de estudio, que bien, puede o no ser la necesaria, pero existe. Mientras que en la segunda categoría, son pocas las facultades que transmiten conocimientos de esta índole. Lo que nos lleva a concluir que la instrucción ética que se les da a los alumnos tiene relación con la calidad de profesionales que serán en un futuro.

Rodríguez, Pantora y Salazar (2010) nos hacen analizar lo siguiente: “La ética en la Universidad requiere más que una discusión teórica, para ser plasmada desde la práctica en el reconocimiento y respeto de la diferencia individual, sustentada en relaciones dialógicas, en ámbitos de convivencia y solidaridad.”

Eso nos dice, que no se debe enseñar solamente la parte teórica, también es necesaria la práctica para que el mensaje sea percibido. Como se ve en algunos cursos teóricos universitarios, donde existen sus respectivos laboratorios (esto para que la información quede bien captada), se debe buscar una manera en que los cursos de ética logren impactar e influir en la mentalidad del estudiante, para que se dejen de ver este tipo de cursos como “solo un requisito para poder graduarse”.

Posiblemente, esta frase sea muy conocida en el ámbito ingenieril. Pues en muchas especialidades si se ven impulsadas las modificaciones de planes de estudio en una carrera, en donde se vaya a impartir alguna materia relacionada a la ética y a los valores, mientras que en las ingenierías, esto no ocurre.

Pero ¿Cuál es la razón para que esté pasando esto?

Uno de los determinantes para que se presente esta situación, es la poca capacitación que reciben los profesores del área técnica, en otras palabras, los ingenieros que ejercen como docentes. Asimismo, se encuentra el miedo que manifiestan dichos profesores al tener que enfrentarse ante algo que no saben cómo tratar, o como discutir.

De esta manera, se expresa el ensayo del Department of Philosophy and Department of Mechanical Engineering, publicado en 2006: “El problema presentado por este desarrollo es que la mayoría de los profesores de ingeniería no están preparados para introducir la literatura en ética de la ingeniería en sus aulas. Ellos se sienten más cómodos con conceptos cuantitativos, y con frecuencia, no creen que están calificados para dirigir los debates en clase sobre ética. Muchos miembros de la facultad de ingeniería no piensan que tienen el tiempo de introducir debates sobre la ética profesional, o el tiempo en sus propios horarios para preparar el material necesario.”

Entonces, de aquí se sale a buscar un personal mejor preparado en la materia, en este caso, un filósofo o un sociólogo puede desempeñar el cargo de mejor manera. Pero como piensa Belandría (2011):”…muchos de estos cursos son dictados por profesores con poca o ninguna relación con la ciencia y tecnología por lo cual no se pueden crear lazos inspiradores, reales o metafóricos, entre los espacios del humanismo, la ciencia y la tecnología los cuales podrían despertar entusiasmo e interés entre los alumnos.”

He aquí, uno de los factores por los que los estudiantes de ingeniería no presenten un elevado grado de interés hacia los temas congruentes a la ética. La noción de que es poca la relación que existe entre ética e ingeniería los hace en cierta forma rechazar el contenido brindado. Esto ha contribuido a formar un ingeniero incapaz de percibir que su obra debe concebirse dentro de la dimensión humana y social, respetando la cultura y la armonía de la naturaleza, por encima de las prácticas científicas, tecnológicas y económicas.

De esa manera piensa Grünberg (2013):

“Otra explicación para estas deficiencias en

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