Ensayo El príncipe Maquiavelo

Ensayo el príncipe

Por: Nicolás Gahona

Profesor Guía: Maximiliano Figueroa.

Nicolás Maquiavelo fue un diplomático, filósofo político y escritor italiano que,

además, es considerado como el padre de la ciencia política actual. Nació en 1469,

en Florencia, Italia, y se desempeñó como canciller de la República desde el año

1498 hasta 1512. El le escribió una serie de cartas al príncipe Lorenzo de Medici para guiarlo en su rol de príncipe.

Maquiavelo le da muchos consejos a Lorenzo, unos más destacables que otros, y centrándonos en estos últimos los más destacados serían, en primer lugar, el consejo que da sobre la liberalidad que debe poseer un príncipe en el capítulo 16, donde concluye, después de varios ejemplos, que “Por tanto, es más sabio tener fama de tacaño que genera una infamia sin odio que, por desear la fama de liberal, verse obligado incurrir en la de rapaz, que alumbra una infamia con odio.” (pág. 123) A pesar de esto, Maquiavelo dice que “sería bueno ser considerado liberal” (pág 121) pero que serlo realmente o que todos te consideren por tal terminaría siendo perjudicial.

En segundo lugar, otro consejo es que un gobernante debe ser realista, adaptarse a las circunstancias de su tiempo, sin aferrarse ciegamente a un programa rígido o a estándares morales. En este contexto, es más seguro para el gobernante ser temido que querido tal y como Maquiavelo lo dice: “el príncipe debe hacerse temer de modo que si no consigue ganarse el amor evite el odio, porque es perfectamente posible ser temido y no odiado al mismo tiempo.” (pág. 125) y también cuando dice: “concluyo, pues, volviendo a lo de ser temido y amado, que, dado que los hombres aman cuando es su voluntad y temen según la voluntad del príncipe, un príncipe sabio debe apoyarse en lo que es suyo y no en lo que es de otros; tan solo debe ingeniárselas, como he dicho, para evitar el odio.” (pág. 126) Como se puede extraer de las citas y del capítulo 17 en general, es mejor que posea una fuerza propia que le ayude a mantener el orden definido por él, que depender de mercenarios, que no se matarán por él o le apoyarán en momentos adversos.

Por último, otro consejo importante, de acuerdo con Maquiavelo, es si un gobernante no está dispuesto a renunciar a la moral cuando las circunstancias lo exijan, es mejor que se dedique a otra cosa. “Un príncipe que quiera mantenerse como tal debe aprender a no ser necesariamente bueno, y usar esto o no según lo precise”. La política exige mancharse las manos, no es compatible con una visión de la realidad en la que la acción moral siempre ofrece una alternativa a lo que parece necesario.

Como conclusión, en estos consejos se sostiene la concepción política según Maquiavelo, de el “fin justifica los medios”, que si bien no es una frase directamente suya, se puede ver claramente en el mismo capítulo 18 de El Príncipe, el que dice “Digamos primero que hay dos maneras de combatir: una, con las leyes; otra, con la fuerza. La primera es distintiva del hombre; la segunda, de la bestia. Pero como a menudo la primera no basta, es forzoso recurrir a la segunda. Un príncipe debe saber entonces comportarse como bestia y como hombre. Esto es lo que los antiguos escritores enseñaron a los príncipes de un modo velado, cuando dijeron que Aquiles y muchos otros de los príncipes antiguos, fueron confiados al centauro Quirón para que los criara y educase. Lo cual se interpreta de la siguiente manera: como el preceptor es mitad bestia y mitad hombre, un príncipe debe saber emplear las cualidades de ambas naturalezas, y que una no puede durar mucho tiempo sin la otra”. (pág. 122)

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