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LA IGNORANCIA COMO PIEDRA DE TOPE DE LA LIBERTAD


Enviado por   •  17 de Agosto de 2016  •  Ensayo  •  1.507 Palabras (7 Páginas)  •  204 Visitas

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Ensayo Individual:

LA IGNORANCIA COMO PIEDRA DE TOPE DE LA LIBERTAD

Nombre

Miguel Sepúlveda

Docente:

Dr. Jean-Paul Grasset B.

Fecha:

 9 de junio de 2016

Abstract:

        Rousseau (1762:4) plantea que “El hombre ha nacido libre y en todas partes se encuentra encadenado.”. A continuación el lector se encontrará con este ensayo, el cual se propone refutar lo  dicho por Rousseau. Esto, mediante la propuesta de que el hombre nace ignorante, por lo cual es encadenado, y encuentra la libertad mediante el conocimiento y la asociación a una  sociedad, aceptando el pacto social. Entonces, ¿es necesario pensar que el hombre nace libre y que la sociedad lo encadena?

La ignorancia como piedra de tope de la libertad

        Jean Jacques Rousseau es un destacado filósofo francés quien defiende la idea de que el hombre nace libre y, sin embargo, es la sociedad quien le entrampa hasta el encadenamiento coartando sus expresiones. Extrañamente, es la misma sociedad la que constituye a partir de situaciones convencionales la vida normada y con reglamentación a su parecer idónea o que responde a una vida en comunidad. Así puntualiza al menos, el autor: “Sin embargo, el orden social es un derecho sagrado que sirve de base a todos los restantes. Mas este derecho no procede de la  naturaleza, sino que se fundamenta en convenciones”  (Rousseau, 1988:4).

        Pero, entonces si entendemos que la sociedad en su estado de aparente libertad escoge y elige regirse por derecho consuetudinario, ¿es posible acusar o culpabilizar a la sociedad misma del encadenamiento?, ¿por qué entonces no decir que los hombres somos quienes nos auto-encadenamos a un sistema que auto-mutila el actuar o intención de hacer y crear?,  ¿somos sinceramente libres? Es por estas interrogantes que prefiero no avalar la lógica social de responsabilizar a otros y no hacer un análisis introspectivo de quiénes hemos sido y de quiénes somos.  

        El hombre no puede ser libre si decide encadenarse, o no se le considere digno de libertad si es capaz de otorgarla al momento de firmar el descanso en las normas. Esa sencilla elección desde un inicio ya lo hace imposibilitado de gozar la libertad  entendida como:

“de acuerdo con el significado propio de la palabra la ausencia de impedimentos externos, impedimentos que con frecuencia reducen parte del poder que un hombre tiene de hacer lo que quiere; pero no pueden impedirle que use el poder que le resta, de acuerdo con lo que su juicio y razón le dicten.” (Hobbes, Thomas. El Leviatán: 106)

El hombre no puede nacer libre, pues a cambio de ello, el hombre es un naciente ignorante. Sí, el hombre nace ignorante y a causa de eso suele equivocarse una y otra vez, sus aciertos en definitiva son producto del instinto de sobrevivencia, pero en ningún caso alardea o re busca su derecho a la libertad. Creo, a diferencia de Rousseau, que si una sociedad es capaz de entrampar a un sujeto a someterse a un conjunto de normativas que se hallen por sobre ellos mismos, entonces no estamos sino frente a un grupo de aquellos que no superan el estado de ignorancia.

        Ahora bien, entendiendo que muchas de las normativas subsisten y existen por dar seguridad a los habitantes que deben someterse a la conflictual necesidad de vivir con otros en un solo lugar es necesario definir los parámetros mínimos de convivencia, pero esta respuesta social también debe entenderse como la primera barrera que tenemos para ser libres. Es decir, el problema no es intentar vivir con otros, el  problema o la problematización como tal radica cuando creemos ser algo o poseer algo que no somos ni tenemos. En otras palabras: vivir con otros y sostener normas mínimas con estos, me hace construir una sociedad, mas es el ejemplo vivo de que soy prisionero de las buenas costumbres. Rousseau al menos, lo puntualiza

En una palabra, es una convenci6n vana y contradictoria el reconocer, por una parte, una autoridad absoluta y, por otra, una obediencia sin límites.  ¿No está suficientemente claro que no se está obligado a nada respecto a quien se puede exigir todo, y esta única condici6n, sin equivalente, sin reciprocidad, no conlleva la nulidad del acto?         (Rousseau: 9)

        En este sentido, sostengo que: la libertad sólo puede ser alcanzada cuando se invierte tiempo y ánimo en nutrir el conocimiento de cada sujeto más allá de la experiencia. Esto, puesto que muchas veces atribuimos a lo empírico un lugar privilegiado para declararnos como sabios o sujetos colmados de sabiduría, sin embargo si no se dialoga esta vivencia con el conocimiento prescrito e inclusive desarrollar los nuevos resultados, es ilusorio tener la puerta abierta a la libertad.

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