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La Iglesia del Tercer Mundo


Enviado por   •  16 de Noviembre de 2019  •  Reseña  •  1.602 Palabras (7 Páginas)  •  122 Visitas

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La Iglesia del Tercer Mundo

“¿Miserable de mí! ¿Quién me libertará de este cuerpo de muerte?”

Romanos 7:24

Johann Baptist Metz 5 de agosto de 1928 es un teólogo alemán nacido en Welluck, ciudad de la región de Baviera. Fue profesor de teología fundamental de la Universidad de Münster en 1963. Cofundador de la revista Concilium. Asesor desde 1969 del pontificio Secretariado para los no creyentes. Fue ordenado presbítero en 1954. Padre de la Teología Política

Al comienzo de su texto el prólogo, nos quiere enseñar como la teología latinoamericana intenta seguir las huellas de lo histórico social, de la historia política y del sufrimiento de sus propios pueblos gracias a la teología de la liberación pero esta misma le han salido al paso muchas indiferencias no sólo por parte de la Iglesia sino también de la filosofía y el achaque de la teoría social se une a al ataque también contra la teología de la liberación todo ello por el tema de la salvación de la humanidad y también porque se ha quedado sólo con el hambre y la sed de justicia es por ello que nuestro autor quiere tratar de solucionar este meollo  del cual se encuentra Gustavo Gutiérrez y convertirla en una teología entre nosotros.

La teología debe abrirse paso ahora y para ello debe dejar a un lado la inocencia social y dar paso o agregar en ella la fe, para que juntas salgan flote y sean prácticas “como la libertad de los otros y, por tanto, con justicia “[1] Nuestro autor nos dice que la tradición bíblica nos habla de sed de justicia y hambre de paz es por eso que la fe cristiana  debe dejarse llevar  por el interés de una justicia indivisa conformada por  mística  y política.

Política porque su interés es velar por la justicia completa, la que obliga a buscar siempre la merecida paz y la justicia para todo ser viviente y racional, en cuanto a la mística no permite perder el interés y la expiación de los sufrimientos del pasado. La teología de la liberación propuesta por Gutiérrez es una propuesta a la liberta, fuera de cualquier culpa y siempre buscando la conversión, teniendo en cuenta que dentro de esta misma están aquellos objetivos primigenios los cuales son en tener siempre preferencia por los pobres, la salvación cristiana no puede darse sin liberación tanto económica, política, social e ideológica signos visibles del pueblo buscando entre las sombras a ese hombre cuya dignidad se encuentra oculta.

Esta teología está pasando de un asistencialismo de los pobres a otra, la cual es de liberación para los pobres “para no dejarlos en su infelicidad muda, de la que con frecuencia están ausentes los sueños y los deseos”[2] Debe decir adiós a la inocencia histórica ya que no es sólo un tema social o de la iglesia, es un tema de pensamiento común en donde todos entran en ella, pero especialmente es también un discurso sobre Dios cuyo tema es esencialmente cristiano. Debe decir adiós a la historia pues, aunque abarque todo no trata de un sujeto específico cuyo sujeto está ajeno a cualquier situación, ajeno a la infelicidad de los otros.

La teología política quiere inmortalizar los momentos de la teología cristiana la cual recuerda  los gritos y clamores de los prisioneros de la segunda guerra mundial, específicamente e aquellas desafortunadas almas cautivas y sacrificadas en los campos de concentración y la teología de la liberación quiere hacer de igual manera  que la cristiana, dar al mundo a conocer los gritos incesantes de los pobres no ajenos a nuestro tiempo, no distantes de nuestra realidad “ son pasos en el adiós  de la teología a un idealismo histórico sin contenido humano y sin rostro”[3] Debe también la teología abandonar la inocencia ético-cultural para así convertirse en una teología  para la iglesia universal ya que su principal mandamiento es el amor, pero no es un amor sólo cercano , sino un amor por el lejano, un amor por aquel que clama ser escuchado, pide ser tenido en cuenta y ruega ser amado.

Desde el descubrimiento del continente Latinoamericano se ha tenido una imposición de pensamiento, costumbres e ideologías negando al sujeto la libertad dueño de la tierra su propia libertad convirtiéndolo en un objeto más del terreno, dominando su pensamiento e inculcándole el pensamiento extranjero, despreciándolo aun en su propia tierra y es por ello la necesidad de una reparación aquí y ahora. Por esa razón la iglesia junto con la teología de la liberación debe abandonar las inocencias de la historia, de la ética-cultural y la inocencia social para que así no abandone las iglesias pobres de las cuales han adoptado la opción por los más pobres y dar una nueva hermenéutica junto con la mítica y l apolítica ya que “la iglesia no es principalmente una instancia moral, sino la transmisora de una esperanza”[4]

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