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Lilus Kikus


Enviado por   •  28 de Mayo de 2015  •  486 Palabras (2 Páginas)  •  262 Visitas

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toda güera y toda tostada como un pan recién salido delhorno. No es de esas niñas que van a la playa con palas, toallas, baldes,moldecitos y trajes para cambiarse, que estropean el paisaje marino contodo su equipo de bestezuelas mimadas. Lilus se divierte con lo queencuentra en la playa, conchas, estrellas de mar, agua y arena... Y conesas cosas que el mar deja a la orilla, que parecen tan bellas, y que noson más que un trozo de madera esculpido por las olas...Lilus camina con un pie en el agua, y un pie en la arena seca... En laciudad también camina así... Un pie arriba y otro abajo de la banqueta.Por eso anda siempre algo desnivelada. Mientras así se menea, Lilussueña, y la arrulla ese modo de caminar como un barco...

6. ...Sueña que posee un castillo. "La Castellana lejana." Por primera vezpiensa en señores; hay muchos en la playa. Unos flaquitos como ratonescon apretados trajes de baño. Otros gordos y colorados, brillantes deaceite. No le gustan a Lilus. Parecen grandes pescados rojos, en sudesnudez escandalosa. Le recuerdan "Los romanos de la decadencia",un cuadro de carnicería que vio en el museo. Lilus sueña que se paseacon los perros de Ivar. Ivar es su marido. Ella anda descalza y oye elruidito de la arena que cruje bajo sus pies. Está sola y tiene muchasganas de revolcarse en la playa y de saltar muy alto e indecorosamenteentre las olas. No puede resistir. Si su marido lo sabe, dirá que le hacefalta ser más seria y más digna... (es un poco funcionario), y tal vez laamenace con encerrarla en un convento... Pero ella no le dejará acabarel regaño, le echará sus brazos de agua y de sal al cuello; le enseñarásus collares de conchas azules pequeñísimas, tan tiernas que se parecena los párpados de los niños dormidos y los de conchas duras queparecen dientes de pescados sanguinarios... o le dirá que Dios ha hechola naturaleza no solamente para verla sino para que vivamos en ella, yque cada quien tiene su ola y que por favor él escoja la suya, y quedesde lo alto del cielo, Dios está viendo a sus hijos bañándose en el mar.Igual que una pata mira nadar a sus patitos... Y le dirá... Y lo dejará sinaliento y sin protestas...Lilus se despierta. Le acaban de gritar: "¡Ay, mamacita, quién fuera trenpara pararse en tus curvas!" Eso le da en qué pensar. ¿Cuáles curvas? Lode mamacita no le preocupa mucho, al fin y al cabo, ella no es la mamádel gritón.Lilus se va muy contenta meneando la cola. ¡Qué éxito junto al mar!¡Qué sol en el agua! ¡Qué agua en el cielo! ¡Qué arena en el calor! ¡Quérevuelo de alas blancas en el aire! Ya ni pensar puede, y prefiere cantar.Pero lo único que se le ocurre es el Cafetal: Porque la gente vive criticándome, me paso la vida sin pensar en na...Lilus tiene motivos para sentirse bonita.

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