Metafísica

¿Es posible una Ontología latinoamericana?

Aunque es claro que la comprensión del ser es una cuestión de esas que Occidente llama “universal”, también es evidente que el sentido de esa comprensión depende del horizonte bajo el cual nos desplacemos en la investigación. Ya sabemos que el horizonte abierto por los griegos ha devenido en meramente racional y logocéntrico, pero igualmente sabemos que toda propuesta ontológica, actualmente, asume los saberes que a este respecto ofrece la tradición greco-occidental, en cuyo asunto Heidegger juega un papel preponderante. Respecto de la recepción de Heidegger en América Latina tenemos dos buenos estudios: “Heidegger-Latinoamérica” de Andrea Cortés-Boussac y “Crónica de la recepción de Heidegger en Hispanoamérica” de Armando Martínez Garnica, más todas las fuentes primarias que nos permiten reseñar, entre tantos otros, por ejemplo, a: Wagner de Reyna, Mayz Vallenilla, Cruz Vélez, García Bacca, etcétera. Sin embargo, quien tal vez asuma más críticamente el pensamiento ontológico heideggeriano sea el filósofo argentino Rodolfo G. Kusch. Toda su obra parte de la diferencia ontológica explicitada por el filósofo alemán, pero asumida desde la realidad del ser humano latinoamericano, indígena y popular. Empezamos a interesarnos académicamente de su obra en Argentina, Uruguay y Colombia e inicia a publicarse la crítica sobre sus aportes a la Filosofía. Kusch ha propuesto el estar y el estar siendo como categorías ontológicas existenciales de nuestro ser latinoamericano. Y aunque ello no es suficiente para una propuesta de Ontología, indudablemente nos ha llevado hasta las puertas de su realización. El ser se nos ha vuelto problema filosófico en América Latina. ¿En cuánto estar?, ¿y desde nuestro estar-siendo? De todas maneras ya no como una imposición cultural eurocéntrica, sino como problema de comprensión de nuestra propia existencia. Ahora, también, para nosotros los latinoamericanos, el ser tiene sentido y nos ofrece un sentido de ser.

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