ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Poemas De Pablo Neruda


Enviado por   •  12 de Diciembre de 2014  •  967 Palabras (4 Páginas)  •  401 Visitas

Página 1 de 4

Poemas de pablo Neruda

Poema 1

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,

y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.»

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.

La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.

Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.

Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.

La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.

Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.

Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.

Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.

Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.

Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.

Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,

Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,

y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

Poema 2

Pensando, enredando sombras en la profunda soledad.

Tú también estás lejos, ah más lejos que nadie.

Pensando, soltando pájaros, desvaneciendo imágenes,

enterrando lámparas.

Campanario de brumas, qué lejos, allá arriba!

Ahogando lamentos, moliendo esperanzas sombrías,

molinero taciturno,

se te viene de bruces la noche, lejos de la ciudad.

Tu presencia es ajena, extraña a mí como una cosa.

Pienso, camino largamente, mi vida antes de ti.

Mi vida antes de nadie, mi áspera vida.

El grito frente al mar, entre las piedras,

corriendo libre, loco, en el vaho del mar.

La furia triste, el grito, la soledad del mar.

Desbocado, violento, estirado hacia el cielo.

Tú, mujer, qué eras allí, qué raya, qué varilla

de ese abanico inmenso? Estabas lejos como ahora.

Incendio en el bosque! Arde en cruces azules.

Arde, arde, llamea, chispea en árboles de luz.

Se derrumba, crepita. Incendio. Incendio.

Y mi alma baila herida de virutas de fuego.

Quien llama? Qué silencio poblado de ecos?

Hora de la nostalgia, hora de la alegría, hora de la soledad,

hora mía entre todas!

Bocina en que el viento pasa cantando.

Tanta pasión de llanto anudada a mi cuerpo.

Sacudida de todas las raíces,

asalto de todas las olas!

Rodaba, alegre, triste, interminable, mi alma.

Pensando,

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (6 Kb)  
Leer 3 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com