Política Y Civilidad: El Camino Para Llegar Al Bien Comun

Dos mundos en dos palabras, unidos van, pues uno complementa al otro; la política es un tema de interés para algunos, pero también de indiferencia para muchos otros. En los últimos años, este concepto ha causado mucha polémica, su aplicación se confunde y se degenera su reputación, para todo hay un límite y es en este punto donde se involucra al político corrupto, es una línea imaginaria que representa la tolerancia de las personas hacia lo incorrecto, que al ser rebasada desata varios conflictos de origen social y político. La moral y el sentido de la ética de cada hombre es distinta, pero por un solo hombre se puede arruinar la reputación de toda una organización, es el caso de los políticos; pero no hay que culpar de todo solo a un hombre, imaginemos a un político corrupto, éste desde pequeño ha crecido en una sociedad demacrada por la ausencia del reconocimiento del bien y el mal, por lo que desde sus primeros años ha ido adquiriendo las “mañas” que exige la sociedad para sobrevivir; este personaje llega a un buen puesto político y es por falta de valores que llega a cometer abusos de poder, a ser corrupto, etcétera.

Es aquí donde entra la civilidad, un punto de vista de la ética, más que nada un valor, un valor que debió de haberse inculcado desde pequeño a nuestro personaje para que en el futuro no se vuelva un político corrupto, para que tenga sentido de empatía y pueda distinguir los diferentes puntos de vista de sus asociados y determinar si las acciones realizadas son las de mejor provecho para el bien común.

La civilidad también se presenta con el acuerdo pasivo pero reflexivo de distintos ideales, de reconocer las diferencias y superarlas mediante las reglas o acuerdos que mantengan como objetivo los principales proyectos. Es necesario el sentido de la civilidad para formar parte de un mundo tan complejo como es el de la política, tan exigente como sólo los que forman parte de él lo saben. Todo problema tiene una solución y ésta no es la excepción, la solución está –como ya lo había mencionado–, en inculcar los valores correctos desde la infancia de un individuo, no se me ocurriría un proyecto mejor que el que ya se está realizando en las escuelas y otras instituciones con la “Escuela para padres”, tuve la fortuna de asistir a uno de estos cursos y me di cuenta de que una sociedad en armonía, justa y firme, únicamente se logra estableciendo buenos valores y principios en una familia. Las generaciones que se avecinan se están formando en estos cursos,

que son una iniciativa de parte de la Dirección General del Desarrollo Social y que pretende formar una mejor relación entre padres e hijos. Desde un inicio este curso es impartido por profesionales en la materia, se trabaja con los principales problemas de comunicación en la familia, para resolverlos sin utilizar ningún tipo de agresión. Al momento de inscribir a un estudiante, se está solicitando el reconocimiento otorgado al final del curso. En caso de no contar con el reconocimiento, se exige a los padres tomar el curso de manera inmediata, con esto la civilidad se forma día con día y hay esperanzas de que los futuros políticos, al llegar a puestos de importancia e influencia, recuerden que las personas necesitan representantes honestos, con principios y objetivos y que esta reputación con la que cuenta la política actual se transforme y se vea más inclinado a

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