Quien Se Llevo Mi Queso

¿Quién se ha llevado mi queso?

Hoy en día el mundo está lleno de cambios, tanto en las tecnologías como en el modo de administrar los negocios, la competencia nos obliga a todos a estar a la vanguardia en los movimientos del mercado, debemos de estar preparados a los cambios que nos ayuden a ser más competitivos para poder seguir subsistiendo en este laberinto, donde el que no busca la salida no encontrara el éxito, en pocas palabras movernos hacia donde el queso se mueva.

El autor nos muestra una fábula simple e ingeniosa que nos enseña que todo cambia, y que las fórmulas que sirvieron en su momento pueden quedar obsoletas. Sus enseñanzas se aplican a todos los ámbitos de la vida: el “queso” del relato representa cualquier cosa que queremos alcanzar (la felicidad, el trabajo, el dinero, el amor, etc.) y el laberinto es el mundo real, con zonas desconocidas, callejones sin salida, habitaciones llenas de queso etc.

El relato empieza con un rencuentro de amigos ex universitarios, que al pasar los años perdieron todo tipo de comunicación, así como cada quien hizo su vida, se casaron, tuvieron hijos, cumplieron sus sueños etc. En el rencuentro ellos platicaron sus metas, vivencias, logros, trabas pero al parecer no todos se sentían conformes en donde se encontraban en ese momento, no tenían el éxito ni la felicidad necesaria, uno de sus compañeros se acerco y decidió contarles una breve historia, en el cual estaba seguro de que les iba a cambiar la vida y su manera de pensar.

La narración:

Un día inesperado se les terminó el Queso a los ratones Fisgón y Escurridizo y a los liliputienses Hem y Haw, seres del tamaño de los ratones que poseían un aspecto y un modo de actuar muy semejante al de los humanos.

Fisgón y Escurridizo fueron en busca de un nuevo Queso, recorriendo todas las centrales queseras que encontraban en su camino, mientras las personitas Hem y Haw seguían discutiendo lo que debían hacer.

Los ratones Fisgón y Escurridizo, después de una larga aventura, llegaron a una zona de laberinto en la que nunca habían estado: la Central Quesera N. Al ingresar hallaron lo que estaban buscando: una gran reserva de Queso.

Era la cantidad más grande de Queso que los ratones hubieran visto en toda su vida. Los liliputienses Hem y Haw seguían en la Central Quesera Q reflexionando y evaluando la situación. Los liliputienses sufrían los efectos del hambre por falta de Queso. Cuando Haw invitó a Hem para ir en busca del nuevo Queso, este se negó diciendo que estaba muy bien en la Central Quesera Q porque era un lugar confortable y conocido, además salir era peligroso; pero Haw le dijo que no debía temer, ya que antes habían recorrido muchas zonas del laberinto y podían hacerlo otra vez.

Ellos tuvieron muchas indecisiones para emprender la búsqueda del nuevo Queso, inclusive estaban muy débiles, debido al hambre y al estrés. El inquieto Hem comenzó a aburrirse de esperar que la situación mejorase.

Después de muchas penurias y reflexiones estériles dijo, un día, con voz decisiva: “¡Ha llegado el momento de volver al laberinto!”; Hem no reaccionó. Haw decidió salir en busca del nuevo Queso. Entonces se adentró en el laberinto, avanzando con paso veloz hacia lo desconocido. Haw durante los días sucesivos, halló un poco de Queso aquí y allá; pero no eran cantidades

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