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Invasion Norteamericana A La REpuçblica DOminicana


Enviado por   •  6 de Agosto de 2012  •  2.169 Palabras (9 Páginas)  •  718 Visitas

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Primera Invasión Norteamericana (1916-1924)

El poder legislativo del país designó un gobierno provisional bajo la presidencia del Dr. Francisco Henríquez y Carvajal. Se tenía como objetivo evitar la pérdida de la soberanía dominicana y llegar a un entendido que posibilitara el reembarque de las fuerzas de la infantería de marina. Pero a este gobierno se le hicieron exigencias exorbitantes, mucho más inaceptables que las contenidas en la nota numero 14, razón por la cual no se llegó a acuerdo con el gobierno norteamericano.

A fin de presionar y obtener una aprobación que legalizara los designios imperialistas sobre nuestro país a los pocos días de su instalación el gobierno norteamericano a la Receptoría de Aduanas suspender la entrega correspondiente de fondos al gobierno dominicano por pretextos jurídicos leguleyos; esta medida fue posteriormente ampliada cuando los marines se apoderaron de la administración de las rentas internas del país y pudo decir así Francisco J. Peynado, Ministro de Hacienda, que él era el único ministro del mundo encargado de los fondos del Estado que no manejaba un solo centavo. Todas esas presiones no dieron por resultado la aceptación de las diversas exigencias norteamericanas, lo cual se consideraba importante a fin de neutralizar plenamente el siguiente paso en la subyugación política y económica del pueblo dominicano. En consecuencia, el 29 de noviembre de 1916, el Contralmirante H. S. Knapp, leyó a bordo del vapor de guerra Olimpia la proclama que ponía a la República Dominicana bajo la soberanía del gobierno norteamericano, siendo el mismo Knapp gobernador militar, en tanto la autoridad política quedaba confiada en manos de la Secretaría de Marina de los Estados Unidos.

Ocupación Militar Norteamericana

Los Estados Unidos, tras Jiménez asumir la Presidencia, comenzaron a trazarle pautas impartiéndole instrucciones tales como reducción del ejército a la mitad, exigencia a los medios de comunicación de lo que podían y debían publicar, disponer que de todas las actividades fiscales del país estuviesen bajo la dirección de un contralor norteamericano, y las comunicaciones a cargo de un funcionario de esa nación que estaría autorizado para remover y nombrar empleados.

Sin embargo, el presidente Jiménez rechazo las imposiciones y logro que durante todo el 1915 se desarrollaran negociaciones sobre el particular. Además, de las presiones que recibió Jiménez de los norteamericanos, se unió también las ambiciones por cargos públicos que mantuvieron a los jimenistas y horacista. La rebelión fue sofocada unos meses después, pero fue utilizada por los Estados Unidos para recordarle a Horacio Vásquez sus intenciones de intervenir militarmente el país.

La política intervencionista norteamericana ya había sido practicada en Haití el 28 de julio de 1915, por lo que el próximo paso sería la República Dominicana. Las presiones Norteamericanas en este sentido se pusieron nuevamente de manifiesto con la llegada al país el 19 de octubre del nuevo ministro de la Nación norteña, William Russell.

El funcionario trajo la famosa Nota 14 , cuyo nombre se debió a que las exigencias estadounidenses se consignaban esta vez en una nota diplomática presentada en la Cancillería Dominicana. La misma exigía al Gobierno Dominicano lo siguiente:

• Aceptar el nombramiento de un experto financiero.

• Disolución de la Guardia Republicana.

• Creación de dos cuerpos de policía y guardia, bajo el mando de oficiales norteamericanos nombrados por el Gobierno de Estados Unidos.

Estados Unidos también facilitó la penetración de las compañías azucareras norteamericanas, al través del régimen de los marines Norteamericanos, el cual propició una campaña intensa de acumulación del capital humano que en el momento provocó un crecimiento de las fuerzas productivas; esto particularmente tuvo como punto nodal despojar de sus tierras a campesinos y terratenientes que residían en las zonas de plantación azucarera o de reservas próximas. Para ello se adoptaron dos grandes instrumentos: la ley de impuesto a la propiedad territorial y la ley del registro de tierras de 1920 (sistema Torrens), complementadas con la creación del tribunal de Tierras.

El presidente Jiménez y los líderes oposicionista se pusieron de acuerdo para rechazar las pretensiones de Estados Unidos, pero no por ello descontinuaron sus rebatiñas en el plano interno lo que facilito los planes intervencionistas de los norteamericanos.

Inicio

Tres días después que Arias abandonara el país, el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos desembarcó y tomó el control del país dentro de dos meses, y en noviembre los Estados Unidos impuso un gobierno militar bajo el mando del contraalmirante Harry Shepard Knapp. Los marines restauraron el orden en la mayor parte de la república, con la excepción de la región oriental; el presupuesto del país fue equilibrado, su deuda había disminuido, y el crecimiento económico se reanudó; los proyectos de infraestructura produjo nuevas carreteras que unían todas las regiones del país por primera vez en su historia; una organización militar profesional, la Policía de la Guardia Dominicana o Guardia Nacional, sustituyó a las fuerzas partidistas que habían librado una lucha interminable por el poder.2

Las intrigas en medio de las presiones norteamericanas se incrementaron, y el presidente Jiménez fue acusado en la Cámara de Diputados de estar negociando en secreto con los estadounidenses. El general Desiderio Arias, Ministro de Guerra, y Jacinto Peynado, Ministro de lo Interior, incrementaron sus diferencias, dejando prácticamente solo al mandatario de la Nación frente a las presiones que recibía.

La influencia que ejercía el general Arias en la región Noroeste, La Línea, constituyo para el gobierno norteamericano un dolor de cabeza, por lo que maniobro, con la intención de que Jiménez actuara en contra de su principal Ministro, a quien se consideraba como el responsable de los rumores de levantamiento armado en el territorio nacional.

El mandatario de la nación, que sospechaba que Arias daría un Golpe de Estado en su contra envió entonces por este, sin embargo el caudillo nordestano resistió el arresto y ocupo la fortaleza proclamando lo que hacía en interés de la paz que fue perturbada por Jiménez al ordenar la detención de los dos altos oficiales.

El ministro Velásquez estuvo consciente del interés de los norteamericanos por salir del general Desiderio Arias, por lo que se mantuvo neutral durante el conflicto. Sin embargo, los demás jefes políticos apoyaron a Arias en su enfrentamiento con Jiménez, contra quien se establecieron denuncias en el Congreso de supuestas negociaciones ilícitas con los norteamericanos.

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