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La visión marxista-socialista


Enviado por   •  17 de Noviembre de 2013  •  Ensayo  •  1.887 Palabras (8 Páginas)  •  296 Visitas

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está organizada económicamente según la ideología liberal

capitalista: lucro, competencia, propiedad privada. De ahí

resulta, inevitablemente el abuso de los fuertes sobre los dé11

biles [...] Mientras esta explotación permanezca, los derechos

humanos de millones de pobres en nuestro continente no podrán

encontrar su vigencia real”5.

Para la visión marxista-socialista, la concepción de los derechos humanos

está relacionada con la vigencia de los derechos sociales. Para los seguidores

de Carlos Marx.

“la clase trabajadora es explotada por un sistema que le

quita los derechos. El pecado original de todo esto sería la

propiedad privada de los medios de producción. La única

manera de lograr que todos tengan acceso a los derechos

que poseen sería mediante una profunda revolución social

donde mediante la eliminación de la propiedad privada se

iniciará un proceso de cambio hacia la sociedad sin clases”6.

Esta concepción reivindica como derechos, por vez primera, el derecho al

trabajo, a la salud y a la educación.

“El Estado tiene un papel activo en la sociedad. Hay un fuerte

énfasis sobre los derechos del ciudadano; si es necesario sacrificar

las libertades individuales para garantizar los derechos

sociales, hay que hacerlo. Los valores más importantes

son la igualdad, la solidaridad y la justicia”7.

Desde esta visión se impulsó la lucha por los derechos económicos, sociales y

culturales, no solo en occidente sino también en el resto del mundo (Asia,

África y América Latina), logrando incluso reconocimiento formal de estos

derechos en la Constitución Mexicana (1917), en la ex Unión Soviética, en la

Declaración de los Derechos del Pueblo Trabajador Explotado (1918) e

incluso en la Constitución de Venezuela (1961).

4. RICE, Patricio: Curso Introductorio para el trabajo de defensa y promoción de los Derechos

Humanos. Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, 1985.

5. OLASO, Luis María: Derechos Humanos, Pensamiento comunitario y otros temas.

Centro de Investigaciones Jurídicas, Universidad Católica Andrés Bello, Caracas, 1988.

6. RICE, Patricio: op. cit.

7. Ídem.

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El lado más débil y la limitación más importante de la concepción socialista

de los derechos humanos surge al negar unos derechos (las libertades

individuales) para alcanzar otros (derechos sociales). Esto sucedió en la

mayoría de los países socialistas, donde se relegaban ciertos derechos

civiles y políticos (libertad de expresión y de pensamiento, de asociación

política, de manifestar), en el entendido de que no podía haber contradicción

entre los ciudadanos y que el Estado representaba y garantizaba

todos sus intereses.

Evidentemente, ambas concepciones, con sus virtudes y defectos, no parecen

representar una alternativa para la realidad latinoamericana o venezolana

en particular.

Mientras haya desigualdad, discriminación e injusticia habrá necesidad de

utopías, de sueños, de valores que orienten la conquista de un mundo de

igualdad. Utopías que deben cuestionar permanentemente a los sistemas

políticos, económicos y sociales, exigiendo la ética que permita justificar su

existencia. Desde esta perspectiva, los derechos humanos serán una propuesta

permanente en el tiempo.

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Características

de los Derechos Humanos

Cuando alguien nos pregunta ¿cómo es Venezuela? o ¿cómo es su gente?,

luego de pensar un rato todos tenemos respuesta. Por ejemplo, Venezuela

es tropical, rica en recursos naturales, multirracial y multiétnica. La gente

venezolana es amable, rebelde, rumbera.

Todas estas son cualidades o atributos que nos caracterizan como país.

De la misma manera podemos identificar las características de los derechos

humanos, que nos permiten entender mejor qué son y cuáles son los elementos

que los identifican.

Los Derechos Humanos

son innatos o inherentes

Todas las personas nacemos con derechos que nos pertenecen por nuestra

condición de seres humanos. Su origen no es el Estado o las leyes, decretos o

títulos, sino la propia naturaleza o dignidad de la persona humana. Por eso

cuando una ley viola los derechos humanos se la considera nula (sin valor),

porque va contra la misma naturaleza humana.

Los derechos humanos

son universales

Todas las personas: independientemente de su condición u origen tenemos

derechos. Por eso no importa la raza, el sexo, la tendencia política, la orientación

sexual, la cultura o la religión que tengamos; tampoco importa la

nacionalidad o el lugar en que se viva. Cada persona tiene la misma dignidad

y ninguna persona puede estar excluida o discriminada del disfrute de

sus derechos. Es así que tienen los mismos derechos tanto un niño como una

niña, un indígena como un campesino, una mujer como un hombre, un árabe

como un chino, un simpatizante del gobierno como adversario de ese gobierno,

un musulmán como un cristiano, un negro como un blanco, un pobre

como un rico, un delincuente o corrupto como una persona honesta.

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Los derechos humanos

son inalienables e intransferibles

La persona humana no puede, sin afectar su dignidad, renunciar a sus derechos

o negociarlos. Tampoco el Estado puede disponer de los derechos de

los ciudadanos. Se entiende que en situaciones extremas el ejercicio y la

garantía de algunos derechos pueden ser limitados o suspendidos, pero

nunca alienados (eliminados, extinguidos).

Ejemplificaremos esto con dos situaciones. Cuando se suspenden las garantías

constitucionales, por ejemplo, ello no implica que desaparezcan o estén

extinguidos los derechos, sino que por un lapso limitado y dentro de las

razones que originaron la suspensión, las formas de protección están sujetas

a restricciones; además, algunos derechos como el derecho a la vida a no

ser torturado ni incomunicado, aún en estas condiciones extremas no pueden

ser objeto de restricción alguna.

Por otro lado, el derecho a la participación política que contempla la

elección de nuestros gobernantes, el control de sus acciones, la participación

en la toma de decisiones, entre otras cosas, no implica que negociemos

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