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Movimientos Intelectuales De Simon Rodriguez


Enviado por   •  18 de Abril de 2015  •  3.333 Palabras (14 Páginas)  •  2.645 Visitas

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MOVIMIENTOS INTELECTUALES DE SIMÓN RODRÍGUEZ

Simón Rodríguez fue uno de los intelectuales americanos más importantes de su tiempo, destacando por su profundo conocimiento de la sociedad hispanoamericana, el cual posteriormente trasmitirá a Simón Bolívar al desempeñarse como su maestro y mentor. En cuanto a su vida familiar es poco lo que se sabe. En mayo de 1791 el Cabildo de Caracas lo admite para ejercer el cargo de maestro en la escuela de primeras letras para niños, lugar al que llegará al año siguiente Bolívar para iniciar su educación. En junio de 1793 se casa con María de los Santos Ronco, acto en el cual se declaró "Expósito de esta feligresía", término que se solía y se suele utilizar para designar a aquellas personas abandonadas por sus padres.

Dos años después, tras fugarse el niño Bolívar de la casa de su tutor, es enviado a casa de su maestro Simón Rodríguez quien se encargará definitivamente de su formación. Durante este tiempo Rodríguez fue ganado a la causa independentista debido a la lectura de los pensadores de la Ilustración; por lo que en 1797 se vincula al proyecto de emancipación inspirado por el pedagogo mallorquín Juan Bautista Picornell, en asociación con los venezolanos Manuel Gual y José María España. Luego del descubrimiento y fracaso de esta primera tentativa revolucionaria, Rodríguez es expulsado de Venezuela, adonde no regresará jamás. En 1797 luego de su salida del país, se traslada a Kingston (Jamaica) donde residirá por algún tiempo y en el que cambiará su nombre por el de Samuel Robinson. Posteriormente, viaja a Estados Unidos donde vive hasta fines de 1800.

Exilio y vida en Europa

En abril de 1801 se halla en Bayona (Francia), de donde pasa a París y allí traduce, ese mismo año, la Atala de Chateubriand. En esta ciudad se encuentra de nuevo con Simón Bolívar en 1804, convirtiéndose a partir de este momento en una figura decisiva en el rumbo que tomará la vida del futuro Libertador de América. En tal sentido, juntos parten en abril de 1805 a un viaje que los llevará a Lyon y Chambery para luego atravesar los Alpes y entrar a Italia. En Milán presencian la coronación de Napoleón Bonaparte como rey de Italia. Finalmente, la gira culmina en Roma, donde el 15 de agosto del mismo año, Bolívar, junto a Rodríguez y Fernando Toro, jura dedicarse por completo a la causa de independencia de Hispanoamérica. Gracias a que el texto quedó grabado en la memoria de Rodríguez, el mismo paso a la posteridad como sigue a continuación: "Juro delante de usted; juro por el Dios de mis padres; juro por ellos; juro por mi honor, y juro por mi patria, que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español". Luego de una breve visita de Bolívar a Nápoles retornan a París hacia fines de 1805, separándose tiempo después. En 1806 inicia un largo peregrinar por Europa, viviendo en Italia, Alemania, Prusia, Polonia y Rusia; que culmina en 1823 cuando llega a Londres donde se encuentra con Andrés Bello, emprendiendo ese mismo año el retorno a América

Dicen que el maestro Rodríguez fue un iluminado. Un loco, un audaz. Y, aunque fue el hombre que más influyó en la formación de Simón Bolívar, la historia latinoamericana lo tiene en la trastienda. Es posible que esto haya ocurrido porque se atrevió a amasar un revolucionario proyecto educativo para los americanos del sur. Aunque lo hizo, y bien, el proyecto no prosperó. Demasiados intereses encontrados. Y Rodríguez murió, como ocurre con los grandes, abandonado y pobre en la tierra que se empeñaba en educar e integrar. Pero el secreto del futuro americano quedó amarrado a sus palabras, a sus escritos, quedó flotando en el aire entre postergaciones y esperanzas. Aún está...

Simón Carreño Rodríguez caraqueño, nació en 1769 o 1771, es un dato impreciso, lo que sí coincide es su voluntad de quitarse el apellido paterno. Hijo de un clérigo, Alejandro Carreño, la mayoría de sus biografías lo tilda de “expósito” y poco se sabe de su infancia, excepto que lo “amamantó una india”. Por pregonar las ideas libertarias en su entorno, en una escuela de “primeras letras” en la que daba clases, y atreverse a elaborar un proyecto reformista que reflexiona sobre los defectos que “vician” la escuela, debió tomar prudente distancia de Caracas. Por entonces Caracas era capital de la Gobernación y Capitanía General de la Provincia de Venezuela. El exilio lo obligó a viajar varios años por Europa. Y a tenermuchos amores y amigos. Se encandiló con Rosseau y frecuentó asiduamente el Emilio y el Contrato Social. Sin embargo su método pedagógico es una elaboración propia. Fue un ecléctico que se alimentó de las mejores fuentes de la ilustración de los siglos XVII, XVIII y de las dos primeras décadas del XIX.

Simón Bolívar llegó a su escuela a los doce años. El futuro libertador era un púber huérfano y rebelde que había huido de la casa de su abuelo y tutor Feliciano Palacios. El niño Bolívar era propietario de una fortuna considerable por lo que la Real Audiencia, después de la escapada, tomó cartas en el asunto y decidió quien administraría sus bienes y quien se haría cargo de su educación. Alojó al niño en casa de Simón Rodríguez.

Escuela para todos

Cuando inició la educación del Libertador, Rodríguez era un joven entusiasmado e influído por la revolución francesa. La “soberanía popular”, la libertad, la igualdad y la fraternidad lo impulsaron a pergeñar un proyecto para superar el oscurantismo y despejar la ignorancia de su gente.

A fines del siglo XVIII y principios del XIX, las escuelas funcionaban en conventos o parroquias bajo la responsabilidad de curas legos, acólitos o cualquier vecino. Los ayuntamientos también proveían maestros y espacios para el dictado de clases. Estas escuelas públicas sólo admitían a niños blancos. El plan del maestro Rodríguez, rompía con los privilegios: abría las escuelas a blancos pobres, mulatos y niñosvagabundos. “Los pardos y morenos no tienen quien les instruya; a la escuela de blancos no pueden concurrir...yo no creo que sean menos acreedores de ella (la instrucción) que los niños blancos. Lo primero porque no están privados de la sociedad y lo segundo porque no habiendo en la Iglesia distinción de calidades para la observancia de la religión tampoco debe haberla en enseñarla”. Proponía maestros capaces y eficientes para asumir la responsabilidad de educar a los párvulos. Imaginaba una escuela que abriera sus puertas a la igualdad y a la equidad “Las artes mecánicas están en esta ciudad

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