Origen del Estado nacional en América Latina

Origen del Estado nacional en América Latina

En el siguiente informe nos propondremos realizar una breve descripción de un proceso histórico muy complejo, los objetivos serán conocer y analizar algunas perspectivas teóricas sobre el origen del estado nacional moderno así como también la situación en las décadas posteriores a la independencia del rio de la plata. En primera instancia aremos un recorrido teórico sobre cómo se da la formación de un estado nacional y como está constituido basándonos principalmente en los trabajos de Ozlak Oscar quien desde su formación en ciencias políticas e historia nos brinda los elementos teóricos y metodológicos para el estudio de la formación de los estados nacionales, y también los aportes de Anderson Benedict politólogo e historiador que desde sus amplios estudios sobre nacionalismos y relaciones internacionales nos describe su interpretación en cuanto a nación y nacionalismos. Una vez hechos estos análisis procederemos a explicitar como se fue conformando el estado nacional en los años posteriores a las revoluciones en América latina y específicamente en el territorio argentino como así también el papel que jugaron las relaciones sociales en el territorio basándonos en el trabajo del historiador Chiaramonte José quien realiza una breve descripción del contexto en el que se desenvuelven los procesos de gestación del estado nacional argentino con una mirada revisionista de cada provincia en particular.

La formación del Estado presupone la existencia o paralela constitución de una nación, es decir, el Estado-Nación. El Estado nace y se desarrolla en dos sentidos uno material, y el otro, abstracto. El material es el conjunto de instituciones que lo forman, condensan su poder y recursos de dominación política. Por otro lado, el sentido abstracto del Estado es la construcción de una Nación en sentido ideológico, creando una identidad colectiva que reproduce un sentimiento de pertenencia. Entonces “La formación del estado nacional es el resultado de un proceso convergente de constitución de una nación y de un sistema de dominación. La constitución de la nación supone el desarrollo de intereses diferenciados de relaciones sociales y de creación de símbolos y valores generadores de sentimiento de pertenencia” (Oszlak Oscar, 1978) . Para Anderson la nación es una comunidad política imaginada limitada y soberana. Es imaginada por que sus miembros no conocerán jamás a todos sus compatriotas; es limitada por que tiene fronteras finitas; y se imagina soberana por que surgió en un momento en el que la revolución destruía la legitimidad del reino dinástico divinamente ordenado.

El Estado en cada momento histórico de su formación presentaría distintos grados de desarrollo es decir de dominación social o “estatidad” que es el grado en que un sistema de dominación social ha adquirido el conjunto de propiedades expresado en esa capacidad de articulación y reproducción de relaciones sociales que definen la existencia de un estado. Según Nettl este conjunto de propiedades incluye tanto capacidades materiales para controlar, extraer y asignar recursos societales de una población dada, como así también capacidades simbólicas para evocar crear, e imponer identidades y lealtades colectivas entre ciudadanos o sujetos de una nación determinada. El desigual desarrollo de estas capacidades permite distinguir el grado y tipo de estatidad adquirido para esto autores como Schmitter proponen distinguir primeramente los atributos del estado y su capacidad de ser una unidad soberana garantizada por otras similares; de tener el monopolio de coerción; de institucionalizar una burocracia para extraer recursos de su contexto; y generar una identidad colectiva que aseguren el control ideológico de la dominación.

En América latina la ruptura con el poder imperial no significo la inmediata suplantación del estado colonial por un estado nacional, debido a que los movimientos emancipadores estuvieron limitados generalmente a las localidades de residencias de las autoridades coloniales. El fracaso se debió a la escasa integración territorial derivado de la precariedad de los mercados y las tendencias hacia la autonomizacion regional se vieron reforzadas por el debilitamiento de los antiguos ejes económicos y el creciente aislamiento de las ciudades entre sí, y a las faltas de articulación entre los intereses rurales y urbanos.

En el caso rioplatense la conformación del estado nacional estuvo estancado en el tiempo debido a que el escenario en el que se desarrollan los hechos están condicionados por el derrumbe de las viejas autoridades, el declive del cabildo y el deterioro de la iglesia. El resultado será la fragmentación política expresada en la existencia hacia 1826 de 14 provincias autónomas. Los límites de estos territorios efectivamente ocupados distaban mucho de las jurisdicciones políticas. Había un extenso territorio con islas de población diseminadas en torno de diversos centros

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