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Analisis Historia De La Restauracion


Enviado por   •  20 de Agosto de 2013  •  3.186 Palabras (13 Páginas)  •  700 Visitas

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ANÁLISIS HISTORIA DE LA RESTAURACIÓN

Se dice que cuando el hombre comenzó a apreciar su patrimonio heredado, comenzó la historia de la restauración y que esta puede ser tan antigua como la historia de la humanidad.

En la antigüedad, los gobiernos se preocuparon por cuidar los edificios representativos. Se dio el caso de que persiguieron a quienes intentaban destruirlos, tal como nos ha llegado la “LEX COLONIA GENITAVE JULIA URSONENSIS” del año 44 A.C.; en la que nos habla de un misterioso “EDICTUM DIVI VESPASIANI”, el mismo que prohíbe retirar los mármoles, revestimientos, relieves, columnas, etc., y derribar edificios, verdaderas creaciones del Arte Helenístico-Romano

El hombre tiene contacto con su historia antigua por los rastros que han quedado en la percepción de la divinidad. Pues construían estatuas y diversas estructuras para representar a quienes consideraban dioses.

Es en el Renacimiento en que se sitúa, de manera continua, profunda y sustancial, aquel contacto con la antigüedad que determina el vasto conocimiento cultural de la historia del hombre moderno.

Los artistas del Renacimiento vuelcan sus miradas a lo antiguo y a los restos de los monumentos romanos, a la escultura decorativa y figurativa, al testimonio pictórico, en búsqueda de inspiración para transmitir un lenguaje de renovada clasicidad.

Sin embargo, en esa época existía una gran contradicción entre los mismos artistas y en modo particular en los arquitectos, que mientras utilizaban como modelo, la arquitectura antigua, no les importaba la destrucción del original, arquitectura testimonial de una época y lo más grave, en muchos casos, esta destrucción era por propia iniciativa, cuando tenían que sustituir el edificio antiguo por uno moderno. Las exigencias de la vida social imperante determinaban la función de su arquitectura, no conciliándose la civilización renacentista con aquella propia de la antigüedad.

Los edificios que no servían para su fin original, eran transformados o utilizados como cantera de construcción, tal fue el caso, por ejemplo, del mármol que era transplantado y utilizado para las construcciones de aquella época.

La iglesia católica debido al poder que tenía, en aquella época, es la gestora de los trabajos que se realizaban en las edificaciones de la antigüedad; Es así como promueve la valorización de los monumentos clásicos, tal es el caso del Panteón Romano, transformado en la Iglesia de Santa María “ad martyres”, que gracias a la gestión del Papa Eugenio IV fue liberado de las construcciones que se le habían adosado. Este mismo monumento fue intervenido, gracias a la gestión de la misma iglesia católica, por Bernini en 1665, con la construcción de los campanarios; los mismos que en la actualidad han sido demolidos.

En esta parte podemos notar un poco de contradicción, pues la iglesia protegía ciertas edificaciones, pero luego, ella misma se hace responsable de destruirlos.

En el Renacimiento los arquitectos imponían su personalidad cuando tenían que intervenir en las construcciones antiguas; Donato Bramante propone ampliar la iglesia gótica de Santa María de la Gracia, en Milán, conservando las tres naves de la iglesia pre-existente, pero destruye el ábside para restituirlo con el diseño de una tribuna tri-absidal. Entendible es entonces como Bramante, años Después en Roma, acepta del Papa Julio II, a principios del quinientos, la construcción renacentista de la nueva San Pedro, cuya cúpula y ábside pertenecen al ingenio de Miguel Ángel Buonarrotti, a expensas de la total destrucción de la antigua Basílica Constantina de San Pedro, y no sólo ella sino también el monumental Coliseo que no fue perdonada su degradación, ya que su travertino (recubrimiento calizo) sirvió para la construcción de la nueva Basílica, como también para la construcción del palacio Venecia y la Cancillería.

León X nombra a Rafael Sanzio, en 1517, Comisario de la Antigüedad de Roma, nombramiento muy significativo por cierto para aquella época, tan necesitada de la salvaguarda de las edificaciones antiguas, sin embargo a pesar de dicho cargo las demoliciones de los monumentos continuaban en pleno avance y la consecuentemente pérdida de las piezas originales de la obra primigenia.

Paulo III, trata de salvaguardar los edificios históricos y emite en 1538, una Bula Papal para la conservación del monumento romano pero no logro nada, pues prevalecía el interés de los elementos artísticos de las edificaciones de la antigüedad.

Es así como Sixto V encarga a Domenico Fontana, en el año de 1588, intervenir en la columna Trajana y en la columna Antonina, en las cuales se rehace la base y el capitel, restaurando el fuste, grandioso ornamento en el que se encontraba el exquisito grupo escultórico, que hacían admirables estas columnas. Así se entiende como el mismo Sixto V, al año siguiente, consiente en “desnudar” el mausoleo de Cecilia Metilla y que un movimiento popular que encabezó el estudioso y amante de los monumentos, Paolo Lancellottti, lo hace detener.

Algunos monumentos clásicos sirvieron de cubierta para la arquitectura del Renacimiento, tal es el caso de las Termas de Diocleciano, donde Miguel Ángel atraído por la grandiosidad del ambiente, crea en su interior la iglesia de Santa María de los Ángeles, restituyendo al monumento su magnificencia, aunque no se trataba evidentemente de una restauración con el actual significado, ni era tampoco el momento para comprenderlo.

Este período deja en claro la teoría de conservar lo antiguo, construyendo sobre el monumento la nueva obra de acuerdo al siglo, lo que se sintetiza en las palabras de Scaramozzi, en 1577: “Juntar tantas partes en un todo armónico, muestra el ingenio del gran maestro en el despejar con valor y decoro, en circunstancias difíciles, y es de todo admirable la maestría con que se continúan los estilos”.

Con el transcurrir del tiempo los hombres de fines del siglo XVI se proyectaron hacia nuevas conquistas, cerrándose el pasado como un capítulo lejano, pobre, elemental y privado de toda fantasía.

La importancia cultural y científica del arte antiguo con el descubrimiento de las ruinas de Herculano y de Pompeya, ciudades destruidas en el año 79, de nuestra era, por una erupción del volcán Vesubio, trajo como consecuencia dirigir las miradas hacia la investigación de las obras de los arquitectos Vignola y Palladio, despertando el interés por el estudio de la antigüedad clásica, resurgiendo un clasicismo que se le conoce en la historia con el nombre de Neo-clasicismo, corriente que invadió todo el mundo occidental, a fines del setecientos.

La ciudad de Roma, muy rica en monumentos clásicos, se encontró

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