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CONFLICTO ÁRABE ISRAELI


Enviado por   •  3 de Octubre de 2014  •  8.476 Palabras (34 Páginas)  •  345 Visitas

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA

UNIVERSIDAD ALEJANDRO DE HUMBOLDT

MATERIA: GEOGRAFIA ECONOMICA GENERAL

SECCION: DCN504CI

PROFESOR: HUGO GUEDEZ

CONFLICTO ARABE-ISRAELI

Junio, 2014

INDICE

INTRODUCCIÓN III

RESEÑA HISTÓRICA DEL CONFLICTO 1

ACTORES DEL CONFLICTO 6

FECHAS IMPORTANTES, CRONOLOGÍA Y FECHAS MÁS RESALTANTES. 13

IMPORTANCIA DE LOS RECURSOS NATURALES EN EL CONFLICTO 18

INCIDENCIAS DE CONFLICTO EN EL ESCENARIO INTERNACIONAL POLÍTICO. 20

CONCLUSION 27

INTRODUCCIÓN

En tantas ocasiones, cuando se plantea la solución al problema palestino-israelí, políticos de diversa índole o medios de comunicación acuden a simples llamados para "acabar con el terrorismo" —como una obligación de los palestinos—, a los israelíes que deberían congelar la construcción de sus colonias —lo que no suena como una obligación—, a "reiniciar la cooperación en seguridad", a "hallar un período de enfriamiento", a "construir confianza" o, como figura en las declaraciones del nuevo ministro de relaciones exteriores de Israel a finales de abril de 2009: "La solución del problema está en Irán", etc. Todos estos llamados no son sino embelecos que prolongan el conflicto pero no tocan los grandes problemas de fondo.

El texto que presentamos es descriptivo que cuenta con una secuencia cronológica y su contenido se enmarca dentro del marco geopolítico internacional del conflicto.

Se presenta en primer lugar la reseña histórica del conflicto, pasando por los actores del conflicto y las fechas más destacadas del mismo y para finalizar se señalan los recursos naturales que detonaron el conflicto y que aún lo mantienen, y para finalizar se exponen las diferentes incidencias políticas internacionales que ha tenido este conflicto a lo largo de la hitoria hasta nuestros días.

RESEÑA HISTÓRICA DEL CONFLICTO

La partición hecha en 1947 por la ONU otorgó a los judíos el 56% del territorio del Mandato y a los palestinos el 42 %. Durante la primera guerra árabe israelí (1948–1949), conflicto que iniciaron los países árabes vecinos al invadir al recién fundado Estado de Israel, éste se expandió, conquistando y anexando el 78% del Mandato, de manera que el plan de partición dejó de existir.

Esta guerra se convirtió en un punto de quiebre, en la primera gran victoria de los judíos (ellos la llamaron su guerra de independencia), en la primera gran derrota árabe y palestina, y en el trauma nacional árabe (ellos la llamaron la nakbaj, la tragedia). Para completar males, Jordania se anexó la parte que acababa de invadir durante la guerra, mostrando así intereses propios, la desunión árabe y un mínimo interés por la independencia palestina. Invadió el territorio que hoy llamamos Cisjordania, una parte del territorio en donde debería haberse fundado el Estado palestino y también la parte oriental de Jerusalén.

La Franja de Gaza quedó bajo la administración de Egipto, zona que había invadido durante la primera guerra árabe-israelí. En 1967, Israel conquistó cinco territorios a saber, Cisjordania, Gaza, Jerusalén oriental, los Altos del Golán que pertenecían a Siria y la Península del Sinaí que era egipcia. Israel prácticamente triplicó su territorio y mostró quién era la potencia militar de la región. De esta época data su alianza con los Estados Unidos. Si en un momento los británicos fueron sus protectores a partir de ahora lo fueron los estadounidenses. Israel conquistaba así la totalidad del otrora Mandato Británico.

En las zonas invadidas, Gaza y Cisjordania, se inició una administración militar israelí, la paulatina fundación de colonias, confscación de tierras palestinas, expulsiones, construcción de infraestructura exclusiva para las colonias, apropiación del agua, y se combatía a la resistencia palestina de forma brutal (Pappe 2006, 194–202). Aunque oficialmente Israel decía que la ocupación era benéfica, ya que por ejemplo, miles de palestinos de estas zonas trabajaban en Israel ganando mejores salarios que en Cisjordania y Gaza; sin embargo, en 1987 estalló la segunda revuelta palestina (1987–1993). Mejor dicho, la tesis de la "ocupación benéfca" se desvanecía ante la explosión de la revuelta: la respuesta israelí fue excesivamente violenta.

En 1988, el Consejo Nacional Palestino reunido en Argel y teniendo como telón de fondo la revuelta, reconoció la coexistencia de dos Estados basado en las Resoluciones 242 y 338 de las Naciones Unidas reconociendo así no sólo el derecho a la existencia del Estado de Israel sino, sobre todo, la soberanía judía sobre el 78% del otrora Mandato y se aceptó así que tan solo les quedaba el 22% del territorio. Vale la pena recordar que la Resolución 242 de la ONU (1967) establecía el principio del intercambio de paz por tierra o intercambio de territorios, instaba a que Israel se retirara de las zonas invadidas en 1967 y "…al reconocimiento de la soberanía, integridad territorial e independencia política de cada Estado en el área…" (Reich 1995, 101–102).

El proceso de paz que se inició con un cierto optimismo en 1991, aceptaba el principio de "paz por tierra" pero no produjo grandes resultado. Los temas más importantes, se dejaron de lado para una futura negociación sobre el llamado estatus final. Esto fue un error; por ello, la total independencia palestina no se manifestaba por ningún lado, además, empeoró la situación socio-económica, apareció la violencia religiosa islámica, los judíos contraatacaban, la mayoría de muertos, como siempre, eran del bando palestino, e Israel se retiró formalmente sólo del 40% de Cisjordania. Al mismo tiempo, construía con ahínco más colonias y más carreteras de uso exclusivo judío; construyó más colonias durante la primera década del proceso de paz que en las anteriores. La situación era espantosa en Gaza y Cisjordania.

Para salir de este impasse se celebró la conferencia de Camp David II, en donde se negociaría el estatus final. Al iniciarse la cumbre los palestinos pidieron que se aceptara como punto de partida el principio de "intercambio de territorios" de acuerdo a la Resolución 242, petición que fue rechazada.

Madeleine Albright, ministra de relaciones exteriores del entonces presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, quien formuló que "Los palestinos no expresan claramente sus reivindicaciones y que nadie obtendrá el 100% de lo que se está planteando" (Ender-lin 2002, 189–190). Insistiendo sobre este punto, Abu Ala, negociador palestino, expresó que "para los palestinos la legitimidad internacional significaba una retirada israelí a las fronteras del 4 de junio de 1967", es decir, de acuerdo con lo redactado en la Resolución 242; a lo anterior Clinton, en un tono bastante fuerte, replicó: "Usted está obstaculizando la negociación… Usted no está presentando una contrapropuesta." (Enderlin 2002, 205). En otra ocasión, Shlomo Ben Ami, por la parte israelí, objetó que los palestinos no merecían un Estado porque no eran capaces de estar a la altura del momento histórico y porque no supieron aprovecharse de la oportunidad que se les estaba presentando (Enderlin 2002, 212). Ya en una reunión preparatoria en Estocolmo entre Shlomo Ben-Ami y Ajmad Qorei, presidente de la asamblea legislativa palestina, los israelíes habían insistido en que los palestinos deberían ser más moderados en sus peticiones y que, además, no tenían la sufciente fortaleza para que estas tuviesen éxito y, por lo tanto, deberían aceptar las propuestas de Israel (Kapeliouk 2000a, 93). Clinton y su ministra de relaciones exteriores fueron enfáticos: según ellos, Arafat debía ceder ya que los palestinos nunca cedían; no proponían nada e insistían en que ninguna de las partes obtendría el 100% de lo que solicitaba (Enderlin 2002, 190, 253–254). Clinton sin embargo, había abierto las sesiones hablando de soluciones equitativas para ambas partes (Enderlin 2002, 183). Esta fue la posición que los norteamericanos en numerosas ocasiones han calificado de "intercesora".

El problema de las fronteras y soberanía del Estado palestino no quedaba resuelto. El 10% de Cisjordania que consistiría en dos bloques de colonias judías se anexaría a Israel y el 10% a lo largo del río Jordán quedaría alquilado durante 20 años también a Israel, por "razones de seguridad" (Gresh 2002, 148), de tal manera que el Estado palestino no tendría una frontera con Jordania, ni acceso al Mar Muerto y la frontera con este país estaría controlada por Israel. Es decir, el Estado quedaría rodeado por Israel en su totalidad. Israel tendría cinco posiciones en Cisjordania unidas entre ellas por carretera que en caso de urgencia serían controladas por los judíos (Enderlin 2002, 210). Con la anexión de los bloques de colonias, el Estado palestino quedaría prácticamente dividido en cuatro partes, cortadas por bloques de colonias israelíes y carreteras de uso exclusivo que impedirían un Estado con un territorio contiguo, viable, en donde no existiera el control de fronteras a mano de terceros.

Es decir, del 22% restante en el que Yasser Arafat, presidente de la OLP (Organización para la Liberación Palestina), proponía un Estado, Israel quería ceder aún menos. Es importante recordar que Israel ya había conquistado en la primera guerra árabe-israelí (1948–1949) el 78% de lo que fue el Mandato Británico de Palestina, de tal manera que a los palestinos tan sólo les quedaba el 22%. En Camp David II, Israel no estaba dispuesto a ceder ni siquiera ese 22% sino que quería anexarse aún más tierra palestina: quería tomar para sí el 20% de ese 22% restante.

Esa fue la famosa "oferta generosa" que circuló en los grandes medios del mundo después del fracaso de la negociación. Al finalizar la conferencia el presidente Clinton y el primer ministro de Israel, Ehud Barak, organizaron una rueda de prensa, sin participación palestina, en donde culparon a los palestinos del fracaso, relatando al mundo que Arafat había rechazado su "oferta generosa", que había rechazado el ofrecimiento de un territorio que abarcaba el 90%. Cuando los negociadores palestinos se enteraron de dicha declaración al ver la televisión llamaron a Dennis Ross, quien había hecho parte del equipo de Clinton, y quien les explicó que no había otra opción, que era la única manera de conservar la coalición del gobierno en Israel (Enderlin 2002, 260). La "oferta generosa" consistía en el 80% de Cisjordania, pero para ser más exactos y desde una perspectiva histórica, la oferta consistió en que a los palestinos se les estaba ofreciendo el 17,6% de la Palestina mandataria (Aruri 2003, 175).

Durante la cumbre, Clinton presentó ciertas propuestas que sorprendieron a todos menos a Barak. Edward Walker, uno de los consejeros de Madeleine Albright, afrmó que la delegación estadounidense siempre consultó con la judía antes de hacer cualquier proposición (Kapeliouk 2000b, 175). Es decir, de un lado estaba la delegación palestina y del otro, la de Estados Unidos e Israel, aliados de vieja data; una negociación bastante asimétrica. Clinton culpó a Arafat por el fracaso de las negociaciones traicionando las promesas hechas a éste de que en ningún momento lo culparía del fracaso. Para apoyar a su esposa, Hillary Clinton, en las elecciones al senado expresó públicamente que transferiría la residencia de la embajada de Te l Aviv a Jerusalén y prometió más ayuda militar a Israel (Aruri 2003, 171).

La dupla estadounidense-israelí planteó que el Estado palestino sería desmilitarizado e Israel tendría la soberanía aérea. Tal medida, tiene un signifcado doble: por un lado, sería el único estado plano del mundo y, por el otro, los agentes hegemónicos estarían arriba y los subordinados abajo; sería la continuación de la hegemonía de Israel. Camp David II fracasó y estalló la tercera revuelta palestina (2000): la situación en las zonas invadidas se hacía intolerable.

ACTORES DEL CONFLICTO

PALESTINA

Organización para la Liberación de Palestina (OLP)

La representación oficial del pueblo palestino la ostenta actualmente la OLP, cuyo máximo representante es Mahmoud Abbas. Esta organización ha sido tradicionalmente la base del nacionalismo palestino. Aunque habla con una sola voz, se compone de un gran número de partidos y grupos laicos con una amplia variedad de intereses y pensamientos políticos, siendo los más importantes:

 Movimiento para la Liberación Nacional de Palestina (FATAH). Partido dominante.

 Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP)

 Frente Democrático para la Liberación de Palestina (FDLP)

 Frente para la Liberación de Palestina (FLP)

 Frente Árabe de Liberación (FAL)

 Unión Democrática de Palestina (UDP)

 Partido del Pueblo Palestino (PPP)

La mayoría de los miembros son refugiados cuyo principal interés, a pesar de las diferencias en cuanto a medios y métodos, a lo largo de muchas décadas y en la actualidad, es el regreso a sus hogares y tierras en territorio palestino. El objetivo común de todos estos grupos, que les hizo agruparse en la OLP, es el establecimiento de un estado palestino independiente con capital en Jerusalén. La OLP tradicionalmente no ha mezclado religión y política, por ello, los principales grupos islamistas no pertenecen a dicha organización.

Movimiento de resistencia islámico (HAMAS)

La diáspora palestina, la vida en campos de refugiados, al absentismo occidental, la falta de apoyo real de los países árabes, que han visto a los refugiados como una fuente de problemas, han provocado el radicalismo hacia tendencias islamistas y terroristas, como única salida hacia su supervivencia. De esta situación nace Hamas, el mayor grupo fundamentalista islámico palestino y la mayor oposición a Mahmoud Abbas. Desde su fundación se ha opuesto a una posible paz entre israelíes y palestinos.

Hamas combina el nacionalismo palestino con el fundamentalismo islámico y con el recurso al terrorismo. Según su carta fundacional, Hamas busca a través de la lucha armada, destruir a Israel y establecer un estado islámico en Palestina.

Esta organización despliega una extensa red de servicios sociales, de salud y educativos que, en muchos casos, suple las carencias de la ANP. Este aspecto, unido a la corrupción generalizada en el seno de la OLP, es el principal motivo de la gran acogida que en los últimos años ha tenido este grupo entre los palestinos, llevándole a ganar las elecciones legislativas en enero de 2006.

Desde entonces, Hamas está inmersa en una encrucijada entre dos vertientes: la radical islamista, con la que ha conseguido llegar hasta esta situación; la más moderada, que se inclina por cambiar el radicalismo anterior hacia una posición más moderada que pueda compaginarse con las aceptación de la comunidad internacional, haciéndole ver que son capaces de gobernar un país.

Hamas recibe ayuda económica fundamentalmente de refugiados palestinos, de ciudadanos de países árabes y de organizaciones caritativas musulmanas.

ISRAEL

El principal interés nacional de seguridad para Israel es garantizar la existencia de su propio estado y la seguridad individual de sus ciudadanos. Para ello, Israel desarrolla una política de defensa basada en el mantenimiento de fuertes capacidades disuasorias.

Las debilidades estructurales de Israel son la falta de profundidad de su territorio y su escasa población. Esto obliga al estado judío a establecer una estrategia de defensa que evite los combates en su propio territorio, lo que le ha llevado a lo largo de la historia a ocupar en sucesivas ocasiones territorios en los países árabes vecinos y actualmente a continuar con la política de asentamientos israelíes en Cisjordania y, especialmente, en Jerusalén.

MOVIMIENTO SIONISTA

El sionismo es una doctrina política que surgió a finales del siglo XIX y cuyo objetivo fundacional era conseguir la unión de todos los judíos de la diáspora y la creación de un hogar nacional judío. Su nombre proviene de Sión (Jerusalén), la ciudad de la sagrada Biblia.

LA ORGANIZACIÓN SIONISTA MUNDIAL

Creada En el primer Congreso Sionista, operaba como un gobierno en camino hasta la creación de Israel a través de la agencia Judía. Sus actividades se dirigían a conseguir el resurgimiento de la conciencia nacional del pueblo judío y a conseguir su inmigración y asentamiento en Palestina.

FONDO NACIONAL JUDIO

Fundado en 1901 con la función de adquirir terrenos en Palestina para su colonización. Tuvo un papel fundamental durante la primera mitad del siglo pasado en la inmigración legal e ilegal y en el establecimiento de los kibutz.

EL CONGRESO JUDIOMUNDIAL

Organización judía fundada en 1936 para asegurar la supervivencia y la unión del pueblo judío con presencia en 65 países. Dispone de cuatro oficinas principales en New York, Jerusalén, Paris y Buenos Aires. Su finalidad es proteger los derechos de los judíos, luchar contra el antisemitismo y contra el movimiento nazi. Luchan por la devolución de las riquezas judías que fueron robadas por el régimen nazi.

ACTORES REGIONALES

SIRIA

En el régimen sirio del presidente Assad se presume incierto, en un futuro no muy lejano. La economía del país continúa deteriorándose, las reformas iniciadas por el presidente han llegado a un punto muerto. Con esta situación interna, el presidente Assad busca mantenerse en el poder consiguiendo lo que no pudo conseguir su padre: "Los altos del Golán".

Además del conflicto con Israel por los Altos del Golán y del conflicto histórico con Líbano, Siria continúa apoyando a los grupos radicales islamistas como Hezbollah, en Líbano y Hamas, en los territorios palestinos. Con el apoyo a este último grupo es como Siria se convierte en actor de importancia en las relaciones internas palestinas.

LIBANO

Muy relacionada con Siria, la situación interna de Líbano, tras la última guerra con Israel, todavía se encuentra muy deteriorada e incierta. Líbano se encuentra políticamente dividido en dos: aquellos, que apoyan al actual primer ministro Siniora, que orientan su política a un acercamiento con Occidente ; y otros , que forman un frente determinado a resistir la influencia de Occidente, con Hezbollah a la cabeza y con apoyo de Siria.

Debido a su explosiva situación interna y a la determinación todavía reciente guerra con Israel, Líbano no tendrá una influencia importante en la zona, más que la que pueda ejercer a través de su conflicto con Israel y Siria, ya que la situación interna de estos dos países si afecta grandemente a la situación en los territorios palestinos.

Jordania y Egipto

Tanto Jordania como Egipto están llamados a ser actores claves en la resolución del conflicto palestino-israelí. Debemos recordar que en Jordania existen millones de refugiados palestinos, que se encuentran perfectamente integrados en la sociedad jordana con la que conviven. Además ambos países son fronterizos con los dos territorios palestinos Gaza y Cisjordania y ambos territorios han pertenecido respectivamente a Egipto y Jordania. Ambos países han reconocido oficialmente el Estado de Israel.

Irán

Junto con Siria, Irán es el país más crítico con Israel y los países occidentales. Considera a Israel como su gran enemigo al que hay que eliminar, en lo que coincide con los grupos islamistas radicales palestinos Hamas y Jihad Islámica a los que apoya. Este apoyo está consiguiendo que su influencia en el mundo árabe sea cada vez mayor en perjuicio que Arabia Saudí.

Irán es un país que influye decisivamente en la actitud de Hamas y en su política. Mientras esta influencia continúe será difícil que se pueda crear un estado palestino independiente.

ARABIA SAUDITA

Al igual que ocurre con Jordania y Egipto, Arabia Saudí mantiene buenas relaciones con los países occidentales y siempre es escuchado por los países árabes, ya sean sunitas o chiitas, por su posición de líder espiritual del Islam y guardián de los lugares sagrados.

Con este último éxito diplomático en La Meca, Arabia Saudí consigue restarle protagonismo e influencia a Irán, su gran enemigo en el Golfo Pérsico. Arabia Saudí está muy interesada en una resolución pronta del conflicto, ya que sus propios ciudadanos saudíes lo ven como una humillación para el pueblo árabe y podrían crear problemas internos en el país si ven que el Rey Abdulah continúa manteniendo buenas relaciones con EE.UU. y los países occidentales.

Si a esta situación se le une la influencia cada vez mayor que está consiguiendo Irán, Arabia Saudí puede empezar a perder liderazgo en el seno del mundo árabe. Por ello, si la resolución del conflicto palestino se consiguiera bajo los auspicios de Arabia Saudí, se aseguraría el liderazgo del mundo árabe que empieza a ver peligrar.

ACTORES INTERNACIONALES

Estados Unidos

Aliado fiel y máximo defensor de Israel, los EE.UU. son vistos por la mayoría del pueblo palestino como el gran enemigo. Por otro lado, los palestinos saben que será muy difícil la existencia de un estado palestino independiente sin el beneplácito de los EE.UU.

Actualmente los EE.UU. mantienen una política respecto al conflicto palestino-israelí acorde con los otros tres miembros del llamado "Cuarteto para la paz", la unión europea, Rusia y la ONU. Por lo tanto, su solución al conflicto pasa por la "Hoja de Ruta" y la convivencia de dos estados, judío y palestino.

Unión Europea

La UE es vista por Israel como un actor favorable a Palestina. Es el mayor donante económico a la ANP pero continúa sin tener un peso resolutivo en las negociaciones.

Junto con EE.UU., Rusia y la ONU mantiene una política común hacia el conflicto, que pasa por la "Hoja de Ruta" y los dos estados, judío y palestino.

Rusia

Rusia ha sido históricamente un aliado de los países árabes y por ello es visto actualmente del lado palestino. Sin embargo, Rusia ahora busca fundamentalmente intereses económicos y comerciales en la zona, en la que residen gran cantidad de rusos judíos.

Tras el desmoronamiento de la antigua U.R.R.S., la influencia rusa en Medio Oriente se fue perdiendo hasta la actualidad. En los últimos años Rusia parece haber vuelto a darles importancia a la zona más peligrosa del mundo como es el Oriente Medio.

Como miembro del Cuarteto, la estrategia rusa en el conflicto es la misma que la del resto de los miembros del Cuarteto.

Naciones Unidas (ONU)

El cuarto miembro del Cuarteto es el mayor en número y potencial pero a la vez el menos influyente. Naciones Unidas ha sido incapaz de solucionar el conflicto a lo largo de toda su historia por lo que la credibilidad ante los países árabes es prácticamente nula.

Su falta de exigencia a Israel ante el permanente y continuo incumplimiento de las resoluciones aprobadas por el Consejo y la asamblea de la ONU hacen que sea un mero invitado al conflicto y únicamente utilizado para dar cierta legalidad internacional a las negociaciones que se llevan a cabo entre el resto de actores del conflicto.

FECHAS IMPORTANTES, CRONOLOGÍA Y FECHAS MÁS RESALTANTES.

Una vez terminada la Segunda Guerra Mundial, el mundo se preparó, quizá de manera muy ingenua, para iniciar una etapa de paz y avenimiento entre las naciones. Los sentimientos encontrados entre vencedores y vencidos dificultaron la tarea desde el comienzo. La Guerra Fría, que enfrentó entre sí a las potencias triunfantes, fue una de las consecuencias no deseadas. Otra fue el conflicto desatado en el Medio Oriente, donde las aspiraciones y derechos del pueblo judío se oponen a las aspiraciones y derechos del pueblo palestino. Las razones de cada uno, expresadas primero con argumentos y negociaciones, dieron paso a una forma de expansionismo avalado por las armas y la fuerza.

Algo que sí ha quedado en claro es que, desde su origen, el conflicto trascendió el aspecto religioso y se ubicó en el campo político, económico y militar.

La creación del Estado de Israel

Los judíos que habían sido expulsados de su patria en el siglo 1 después de Cristo (Diáspora), se encontraban repartidos por el mundo. Desde el siglo XIX, comenzaron a expresar el anhelo de crear un estado propio en Palestina, que era el lugar que históricamente les había pertenecido.

El 2 de noviembre de 1917, Inglaterra, que tenía el protectorado (semicolonización) sobre la región de Palestina, se comprometió al establecimiento de un hogar judío en ella, ya que desde hacía varios años que la región estaba siendo poblada por muchos hebreos que se instalaron comprando tierras a los árabes.

Después de la Segunda Guerra Mundial y de los asesinatos cometidos por el nazismo contra el pueblo judío, había un ambiente propició para la creación del Estado de Israel.

En 1947 las Naciones Unidas decidieron dividir Palestina en dos Estados, uno árabe y otro judío.

Los Estados árabes rechazaron el plan de la ONU, que se había comprometido a respetar sus derechos.

El 15 de mayo de 1948, tras la retirada de las tropas británicas, se proclamó el Estado de Israel (judío). Los palestinos (árabes) residentes en las nuevas tierras judías no deseaban abandonar sus hogares, con lo que los enfrentamientos entre judíos y árabes, que siguen hasta hoy en día, comenzaron de inmediato. Ese día se inició el llamado éxodo (migración) palestino.

En mayo de 1948 los judíos, enfrentándose a sus vecinos árabes y echando a miles de palestinos del territorio, declararon la independencia y proclamaron el Estado de Israel en el centro del territorio palestino.

La creación del estado de Israel fue patrocinada por la Organización de Naciones Unidas. Los ejércitos árabes de Jordania, Egipto, Siria, Irak y Líbano atacaron este territorio y empezaron las guerras entre ellos.

Desde entonces, entre los principales enfrentamientos entre árabes e israelitas, se cuentan:

La ya mencionada guerra de 1948: permitió a los israelitas rectificar las fronteras dadas por las Naciones Unidas, añadiendo nuevos territorios y expulsando a los palestinos.

Canal de Suez. En 1956 el nuevo líder egipcio Gamal Abdel Nasser adoptó una política nacionalista, cuya primera medida fue nacionalizar el Canal de Suez, donde tanto los franceses como los británicos tenían grandes intereses económicos. La región fue ocupada por Israel, Inglaterra y Francia. La presión ejercida por la Unión Soviética, aliada de Egipto, y las negociaciones diplomáticas de Estados Unidos, hicieron fracasar la acción. Egipto, a pesar de su derrota, sale fortalecido estableciéndose como el líder del mundo árabe.

Hasta 1967 Israel continuó defendiendo sus fronteras, pero fue atacado y se inició la Guerra de los Seis Días cuando Egipto impide el paso de los barcos israelitas al Estrecho de Tiran, cerca del Canal de Suez, Israel lanza una gran ofensiva militar.

Esta guerra terminó con la ocupación de la totalidad de Palestina, las mesetas sirias de Golán y el desierto egipcio del Sinaí por tropas israelitas. Debido a esto el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas exigió a Israel retirarse de los territorios ocupados, sin embargo, Israel desoyó la petición. Con este hecho, Egipto perdió poder frente a los árabes.

Una nueva fuerza de resistencia palestina reagrupada en la OLP (Organización Palestina para la Liberación Nacional), al mando de Yasser Arafat, comenzó desde ese momento a liderar los intereses árabes.

La Guerra de Yom Kipur 1973. Andwar Sadat, que reemplaza al fallecido Nasser en Egipto (1970), inicia una guerra contra Israel para devolver confianza y dignidad a su pueblo.

El 6 de octubre de 1973, día del Yom Kipur o del Gran Perdón para los judíos, los egipcios junto a los sirios inician invasión en contra de las posiciones israelitas en Canal de Suez y en el Golán.

En 1977 el Presidente de EE.UU., J. Carter auspició una reunión para llegar a un acuerdo de paz. Asistieron a dicha reunión Andwar el Sadat (Egipto) y Menahem Begín (Israel). Ambos países firmaron el acuerdo de Camp David, que restableció la paz entre El Cairo y Tel Aviv junto con la devolución del Sinaí a Egipto.

Desde entonces el tema ya no es la seguridad fronteriza de Israel sino la situación de los palestinos, quienes han ganado apoyo en la comunidad internacional, sobre todo después de que Israel acentuara su postura al declarar como capital a Jerusalén en 1980, medida que agudizó las tensiones en la zona.

Dos años más tarde, Israel comenzó una campaña militar conocida como Paz para Galilea. Para ello invadió el Líbano y arrasó su capital, argumentando actuar en legítima defensa ya que con esta acción podría detener la infiltración guerrillera palestina, cuyos campamentos (Sabra y Shatila) fueron arrasados. Estas acciones no contaron con el apoyo de todos los judíos.

Guerra de Beirut-Libano. l982: desde l975, El Líbano comenzó a tener serias dificultades internas que provocaron una Guerra Civil entre 1os cristianos maronitas que querían mantener una buena relación con Israel y los musulmanes que apoyaban a los palestinos.

El conflicto se agravó con la intervención de Siria, la OLP (Organización de Liberación Palestina) e Israel.

Dentro del Líbano habitaba una gran población palestina que desde el sur del país y con ayuda de la OLP atacaban constantemente a Israel.

El 6 de junio de 1982 el ejército hebreo entró en Beirut, evacuando a los palestinos que se encontraban en ella. Después de diversos enfrentamientos, Israel se apoderó del sur del Líbano y parte de Beirut. La situación, que era muy tensa, recién se solucionó cuando Israel en febrero de 1985 accedió a evacuar el área en tres etapas.

La intifada. El 6 de diciembre de 1987, la población palestina que habitaba la región ocupada por los israelitas en Cisjordania y en la franja de Gaza, iniciaron un movimiento de protesta violenta conocida como "la rebelión de las piedras o intifada" (Sublevación), movimiento árabe insurreccional que con precarios medios se enfrentó a las bien equipadas fuerzas judías.

La Intifada ha sido la más larga y dura de las guerras en el conflicto árabe-israelí. Sin embargo, a raíz de ella, surgió la necesidad de negociar una salida al enfrentamiento.

Egipto lanzó en 1988 un plan de Paz donde, mediante la celebración de una Conferencia Internacional, los países árabes se comprometieron a aceptar la resolución 242 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. En él se comenzaba el camino de la negociación en el que Israel, aunque considerara que la OLP era un movimiento terrorista, se comprometía a reconocer su existencia e importancia como líder de la causa palestina.

Asimismo, la OLP, en vez de seguir planeando la destrucción del Estado de Israel, debía reconocer su existencia.

Recién en 1991, mediante la Conferencia de Madrid, Israel y la OLP aceptaron públicamente la existencia mutua. En Washington 1993 y más tarde en El Cairo 1994 se puso fin al estado de guerra entre Israel y la OLP, estableciéndose las bases para la creación de un futuro Estado Palestino en Gaza y Cisjordania.

La pacificación de la zona continuó luego de que el primer ministro Yitzhak Rabin, después de nuevas negociaciones con Arafat, líder de la Autoridad palestina, llegó a proponer la autonomía de siete ciudades de Cisjordania. Este proceso ha tendido a paralizarse luego del asesinato del Rabin cometido por un judío ortodoxo en noviembre de 1995. Tras las elecciones celebradas en junio de 1996, que le dieron el triunfo a un nacionalista, Benjamín Netanyahu, pareció más dificultoso alcanzar la paz simbólica sellada con el otorgamiento del Premio Nobel a Yitzhak Rabin, Yasser Arafat y Simón Peres en 1994.

Este problema aún está presente, la controversia no está dilucidada y día a día ocurren hechos de sangre entre árabes e israelitas en una sucesión que parece no tener fin.

IMPORTANCIA DE LOS RECURSOS NATURALES EN EL CONFLICTO

El recurso natural principal que desencadenó el conflicto es el territorio, a raíz de la adjudicación de territorio palestino a la comunidad judía en 1948.

Antes de llevarse a cabo el plan de Desconexión de Israel en 2005, los asentamientos israelíes en la Franja de Gaza y Cisjordania —con origen en la Guerra de los Seis Días— eran más de 140. Unos 200.000 colonos judíos entre más de tres millones de palestinos. Aunque oficialmente ocupaban el 1,8% de estos territorios, los límites reales de las colonias se extendían hasta el 6,8% del terreno.

A pesar de que gran parte de la comunidad internacional siempre ha considerado ilegales estos enclaves, los distintos gobiernos israelíes han defendido a ultranza su permanencia, alegando que esto respondía a su afán por garantizar “la seguridad del Estado de Israel”.

Se origina en los acuerdos de Oslo que dieron origen a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) como ente reconocido para administrar los territorios que Israel fuera evacuando en Gaza y Cisjordania. En la actualidad, posee estatus de observador en la ONU, aunque su reciente intento de ser reconocida como Estado se hundió en el Consejo de Seguridad.

Cisjordania está dividida en tres zonas: zona A, con el control absoluto de la ANP; zona B ,bajo control administrativo de la ANP y control de seguridad de Israel, y zona C, controlada por Israel. Hay 125 asentamientos judíos. Jerusalén Oriental, con sus lugares sagrados, fue anexada por Israel en 1980, acción condenada por el Consejo de Seguridad y no reconocida por la comunidad internacional.

Gaza, evacuada por Israel en 2005, se encuentra desde 2007 bajo control del grupo islamista Hamas. Israel y Egipto controlan los pasos fronterizos y el ejército hebreo mantiene un bloqueo marítimo. Adicionalmente controla la comunicación de Gaza con Cisjordania y con los mercados internacionales, así como los espacios aéreo y marítimo y el suministro de combustible y agua, provenientes en su totalidad de Israel debido a que Gaza no cuenta con recursos propios.

Por lo anteriormente señalado, se puede decir que el agua es el segundo recurso natural que juega un importante papel dentro de este conflicto. La escasez de recursos ha llevado a Israel a seguir el dicho “Al enemigo, ni agua” al pie de la letra y racionar el preciado líquido, vendiéndolo a los palestinos a precios desorbitados. Los expertos estiman que en Israel el consumo de agua anual por habitante es de 600 metros cúbicos, un 40% menos del nivel considerado óptimo. Por otro lado, según la Oficina Estadística Palestina, esta cantidad es casi ocho veces superior a la consumida por los palestinos. Por ello, para satisfacer las necesidades agrícolas, económicas y las demandas de la población, los judíos requieren controlar las fuentes de abastecimiento: el río Jordán y los acuíferos subterráneos de Gaza y Cisjordania. Esta es una de las principales razones para no devolver a los palestinos los territorios ocupados.

Históricamente, el agua ha sido una constante fuente de conflicto en la zona. La Guerra de los Seis Días (1967) comenzó cuando Siria quiso desviar el río Hasbaya, e Israel construyó un nuevo acueducto para llevar agua del Jordan al desierto del Neguev. Y en 2001, los trabajos en El Líbano para modificar el cauce de Hasbani dieron lugar a un nuevo foco de tensión en la zona.

INCIDENCIAS DE CONFLICTO EN EL ESCENARIO INTERNACIONAL POLÍTICO.

Uno de los grandes temas de actualidad en cualquier discusión de foro o negociación internacional debe ser la cuestión del Estado palestino, de sus fronteras definitivas y de su soberanía. El problema no es si va a existir o no, ya que las más diversas tendencias políticas, locales, regionales e internacionales, están de acuerdo en que va a existir uno, como la solución más justa y viable al conflicto palestino-israelí. Las preguntas son, ¿en dónde se localizará, qué tan soberano será y bajo qué condiciones se establecerá?

El Consejo de Seguridad de la ONU la acogió en sus resoluciones 1397 y 1515, la Liga Árabe en sus reuniones en Beirut, 2002 y Riad, 2006 y el Cuarteto –Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea y la ONU– en la Hoja de Ruta. La mayoría de los estados del mundo reconocen a Israel y a Palestina.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha emitido numerosas resoluciones tanto en la Asamblea General como en el Consejo de Seguridad respecto al conflicto. La más relevante quizás es la 242 de noviembre de 1967, como consecuencia de la guerra de los Seis Días, que establece el principio de “tierras por paz”; las tierras que Israel ocupó en esa guerra se deben canjear por una paz verdadera y justa.

Esta resolución sirvió de base para los acuerdos de paz que firmó Israel con Egipto y Jordania. Sin embargo, para el tema del conflicto palestino-israelí no ha sido efectiva, tanto por cuestiones interpretativas como prácticas.

Sólo en 1991, con la conferencia de Madrid, se inician los acercamientos formales entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), y dos años después, gracias a las negociaciones secretas en Noruega y Suecia, se firman en la Casa Blanca, en un ambiente de optimismo, los acuerdos de Oslo.

No obstante, tales acuerdos colapsaron en el año 2000 en un mar de sangre, en la llamada segunda intifada, con los terroristas suicidas de Hamas como protagonistas. Todo lo que se había logrado en los años de Oslo se deshizo en muy poco tiempo. Israel volvió a ocupar zonas que había entregado a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y la dinámica de paz se transformó en un desbordado ciclo de violencia y terrorismo, que desembocó en un completo estancamiento del proceso de negociación.

Los acuerdos de Oslo tenían desde el punto de vista conceptual dos graves problemas; una implementación gradual que los convertía en rehenes de los extremistas de ambos lados y un aplazamiento de los temas más álgidos para ser negociados al final.

Posteriores intentos de alcanzar la paz, como la hoja de ruta o la conferencia de Annapolis, terminaron igualmente en sonoros fracasos.

Los temas que se deben resolver en la negociación de dos estados son:

• Fronteras entre los dos estados

• Estatus de la ciudad de Jerusalén

• Seguridad de Israel

• Refugiados palestinos

• Asentamientos judíos en Cisjordania

En la fracasada cumbre de Camp David, celebrada en el año 2000, donde participaron Bill Clinton, Yaser Arafat y Ehud Barak, se establecieron los llamados “parámetros de Clinton”, propuestas concretas para cada uno de los puntos anteriores, en mala hora rechazados por Arafat en lo que constituyó un trascendental error histórico por parte del líder palestino.

Uno de los mayores obstáculos que enfrenta la solución negociada es la división palestina entre el islamista Hamas, que controla la franja de Gaza, y Fatah, movimiento laico que gobierna Cisjordania, división que se agrava y se profundiza cada día más.

Hamas –abreviatura en árabe que significa “movimiento de resistencia islámica”– se ha negado reiteradamente a reconocer a Israel y a renunciar al terrorismo, además de estar instaurando una agenda islamista en la franja y donde las libertades individuales son seriamente restringidas.

Fronteras entre los dos estados

Las fronteras del Estado palestino en Cisjordania y Gaza serían las del 4 de junio de 1967, con unas leves modificaciones que permitan a Israel mantener una cadena de asentamientos cercanos a Jerusalén.

El statu quo podría, empero, degenerar en una revuelta popular palestina, la cual Israel no tendría mayor margen de maniobra para reprimir por su fragilidad ante la opinión pública mundial. En tales circunstancias, Israel podría proceder con una acción similar a la desconexión de Gaza de 2005. En este caso, Israel definiría unilateralmente las fronteras demarcándolas con el muro o valla de seguridad.

Al otro lado de la valla quedaría el “Estado” palestino, acudiendo seguramente a instancias internacionales por todo tipo de asuntos, convirtiendo el conflicto en una interminable disputa jurídica y política, sin avances reales en un acuerdo de paz. Este desenlace podría degenerar en enfrentamientos militares esporádicos, aunque podría tener larga sostenibilidad en el tiempo.

En caso de un evento cataclísmico en la región, una guerra regional, o una guerra entre Israel y Hezbolá, o entre Israel e Irán, o entre Israel y un radicalizado Egipto, o un derrocamiento de la dinastía hachemita en Jordania o cualquier otro, podría la comunidad internacional, hastiada del conflicto y sus consecuencias desestabilizadoras, intervenir militarmente en la región y forzar un acuerdo de paz estilo Dayton entre las partes.

Entre Israel y Palestina, sea ya Estado o no, se establecería bajo el capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas una fuerza multinacional con un mandato de separar a las partes y bajo tutela de las potencias se forzaría un acuerdo con los lineamientos de dos estados sobre las fronteras de 1967.

También se habló de una propuesta de Estado Binacional, hecha en el informe minoritario de UNSCOP en 1947, se debatió ampliamente durante los años del mandato británico.

En la actualidad es más un marco teórico que una posibilidad práctica, puesto que implica un cambio radical en los paradigmas que han caracterizado el conflicto en los últimos 60 años. Es desechar conscientemente la solución de dos estados y buscar a través de una negociación entre los pueblos una acomodación en el interior de un solo Estado.

Para Israel, significa deshacerse del sueño sionista. Para los palestinos es más digerible, pues no tendrían que ceder territorio de manera formal, manteniendo la unidad geográfica de Palestina.

La nefasta experiencia de estados plurinacionales en la región y la hostilidad entre las partes hacen de este esquema casi un imposible.

Jerusalem.

Es un problema más emocional que práctico. Para los judíos es su ciudad santa, donde se encuentran las ruinas de su pasado: el Muro de las Lamentaciones (resto del Templo de Salomón), la tumba de sus profetas y personajes bíblicos, etc. Tras la anexión de la parte árabe de la ciudad en 1967 se declaró a Jerusalem como ciudad judía para siempre, y se llevó a cabo una dura política para reducir el número de árabes en la parte este de la ciudad, a través de confiscaciones, destrucciones de casas, sentencias judiciales, remodelación administrativa de la ciudad para que los árabes queden en minoría en su zona.

Para los árabes es la tercera ciudad santa del Islam, tras La Meca y Medina. Su lugar más sagrado es la mezquita de Al Aqsa. En Jerusalem se apareció Mahoma en un viaje nocturno, y su huella está en la mezquita de la Roca. Los palestinos consideran irrenunciable la capitalidad de Jerusalem Este en un futuro Estado palestino independiente.

Como podemos suponer, en una población cada vez más radicaliza en ambos bandos la cuestión levanta pasiones.

La propuesta actual es dividir a Jerusalén, que sería la capital de ambos estados, y se asignarían soberanías simbólicas a los barrios y lugares sagrados de cada religión.

La Seguridad de Israel

La seguridad de Israel se garantizaría a través de un desmantelamiento de las organizaciones terroristas palestinas y un Estado palestino desmilitarizado, además de otras garantías técnicas.

El problema de los refugiados.

Es fundamental, desde el inicio de la guerra viven fuera de Palestina casi cuatro millones de palestinos que huyeron del conflicto. Viven hacinados en campos de refugiados en Siria, Egipto, países del Golfo, Jordania (donde son la mitad de la población), Líbano... El regreso de esos refugiados está presente en cualquier tratado de paz, y cuenta con el respaldo de varias resoluciones de la ONU. Pero en la práctica es imposible, Israel nunca aceptará el retorno de esos refugiados, en primer lugar porque los escasos seis millones de israelíes (de los cuales un millón son árabes) serían una minoría en la zona, y la identidad y el Estado hebreo correrían el riesgo de desaparecer. En segundo lugar estos refugiados reclamarían la tierra de sus antepasados que hace decenios que están ocupadas por los israelíes. Como vemos la solución no es fácil.

El tema de los refugiados palestinos toca el corazón de las narrativas del conflicto y presenta una serie de dilemas humanos, jurídicos e históricos que hacen que este debate sea casi inverosímil. La Naqba (catástrofe), como denominan los palestinos la creación de Israel, es precisamente el nacimiento del problema de los refugiados. Para Israel, los refugiados son consecuencia de la guerra que le declararon al naciente Estado los países árabes, por lo que la responsabilidad recae sobre los agresores. A juicio de los palestinos, se trató de un proceso de limpieza étnica. Para llegar a la solución de dos estados y por razones eminentemente prácticas, el retorno de los refugiados debe ser al Estado palestino y de ninguna manera a Israel.

Asentamientos judíos en Cisjordania

Los asentamientos judíos en Cisjordania, donde residen unos 300.000 colonos, ha de resolverse con el desmantelamiento de aquellos que queden dentro de las fronteras del Estado palestino.

Otro gran tema de discusión es el futuro de las colonias judías en las tierras palestinas de Cisjordania y Jeru-salén. Su construcción se inició como resultado de la victoria de 1967 en las zonas invadidas. Igal Allon planteó por aquel entonces la tesis de la seguridad según la cual las colonias conformarían una red de apoyo en caso de una invasión externa, teniendo en cuenta lo pequeño del territorio israelí. En la década de los setenta Gush Emunin (el Bloque de la fe, fanáticos religiosos que, según ellos, obraban por mandato divino), tomó la iniciativa en su construcción, posición reforzada con la llegada al poder en 1977 del partido de derecha Likud, de tal manera que a la tesis de la seguridad se unía la religiosa: la tierra ya no tenía una función estratégica sino además un valor en sí.

Pero el argumento de la seguridad se debilitó con los tratados de paz con Egipto (1979) y Jordania (1994), países que cubren el 80% de la frontera terrestre con Israel. Entre 1991 —año en el que se inició el proceso de paz— y 2000 se duplicó la cifra de colonos. Israel no mostraba así una política de paz sino que presentaba hechos cumplidos. Hoy por hoy no está dispuesta a abandonar la mayoría de esas colonias. En la actualidad hay en Cisjor-dania 240.000 colonos y en Jerusalén 200.000. Muchos en Israel las consideran necesarias porque son espacios estratégicos y zonas nuevas para los habitantes de Israel. Israel teme además, un enfrentamiento con sus colonos, que podría ser complicado.

Las colonias se retiraron de Gaza en 2005. Aunque el retiro se mostró en ciertos medios israelíes, norteamericanos e internacionales como una acto generoso y producto de una voluntad de paz, la retirada se produjo en contravía del proceso de paz, es decir, de forma unilateral, sin la participación palestina y además, se hizo con el gran proyecto de anexarse a cambio, ciertas zonas de Cisjordania y de Jerusalén. Esa acción unilateral era parte del plan de Sharon de acabar con el proceso de paz. Vale la pena mencionar que por la retirada de Gaza los EE. UU. le dieron a Israel una fuerte suma de dinero —alrededor de USD 2.000 millones— además de ayuda financiera para reubicar las bases militares que debían ser trasladadas, lo que fortaleció una vez más a Israel.

Tengamos en cuenta que según la organización judía Paz Ahora, aproximadamente el 40% de las colonias en Cisjordania se originaron como confiscaciones ilegales a propietarios palestinos. Según esta organización, la tesis oficial de que las colonias han sido construidas en tierras de dominio público, de forma legal, no es cierta (Le Monde 2006). Israel está presentando hechos cumplidos y se basa en la presencia de sus colonos en las zonas invadidas para rechazar la 242 o el retorno a las fronteras de 1967.

CONCLUSION

La actualidad del conflicto nos impide ver desde la lejanía; si el conflicto hubiese terminado siglos atrás, tal vez, podríamos ser más "objetivos". La cercanía hace que, de una u otra manera, defendamos algún campo en la actualidad.

Luego de haber realizado la investigación documental del conflicto y valuado las diferentes reseñas y argumentos que existen del mismo, por ambas partes, podemos observar que el conflicto requiere de madurez de las partes y de menos participación del ámbito internacional, ya que interfieren los intereses económicos y políticos, cuando en realidad debería ser una negociación objetiva y que busque el bienestar de ambas poblaciones, palestina y judía.

Como bien se indicó en esta monografía, el conflicto se mantiene en gran parte por la ocupación por Israel de los territorios palestinos que le suministran recursos energéticos y naturales para mantenerse económicamente, los cuales controla también para los territorios palestinos.

Es importante resaltar que dentro de una generación va a haber más palestinos que judíos al oeste del río Jordán (sumando a los palestinos de Israel con los de Cisjordania, Gaza y Jerusalén) y si no hay una paz más justa que lo que se ha planteado hasta el momento el problema alcanzará dimensiones mayores.

La demografía apremia: hoy en día hay 5,5 millones de judíos en Israel y las tierras ocupadas. Se calcula que para el año 2020 habrá 6,7 millones. Igualmente, en los mismos territorios hay casi 5 millones de palestinos[9] y para la misma fecha habrá 8,1 millones. Por eso va a existir tarde o temprano un Estado palestino.

Es vital que las fronteras establecidas entre los dos Estados sean seguras, definidas, aceptables y reconocidas dentro de las cuales ambas poblaciones puedan vivir y sentirse como en casa.

Se darían por satisfechas las expectativas de millones de árabes: la cumbre árabe de marzo de 2002 en Beirut planteó el regreso a las fronteras de 1967 a cambio de que los 22 Estados árabes reconociesen a Israel, propuesta rechazada por Sharon. Majmud Abbas persiste, como Arafat en su momento, en el regreso a las fronteras de 1967, el reconocimiento de Jerusalén oriental como capital, y en una "solución justa y negociada" de los refugiados.

En los últimos 25 años la comunidad internacional ha estado a favor del Estado palestino, basado en la retirada de Cisjordania, la Franja de Gaza y el reconocimiento de Israel dentro de las fronteras anteriores a 1967. La asamblea general de las Naciones Unidad ha aprobado de forma reiterada esa propuesta. En 1989 la aprobó con 151 Estados a favor y tres en contra y en 2004 por 160 contra seis.

También es importante resaltar que a favor de todo esto hay millones de musulmanes en el mundo, otros tantos millones, que tal vez se podría calificar de izquierda porque han sido críticos de las políticas por ejemplo, de la confiscación de tierras por parte de Israel. No hay que olvidar incluso, que muchos judíos creen que la solución debe de ser más equitativa.

En cuanto a Jerusalén, innumerables resoluciones de la ONU han declarado ilegal medidas tomadas por Israel como la anexión unilateral de la ciudad, la ampliación del casco urbano que ocupó tierras palestinas y la construcción de colonias judías. La comunidad internacional, hoy por hoy, no reconoce a Jerusalén como capital: la mayoría de embajadas están en Tel-Aviv. Una solución más equitativa aliviaría tensiones con una buena parte del mundo musulmán, es decir, aplacaría los ánimos de millones de musulmanes y de palestinos musulmanes que, además, hacen parte de su población.

En cuanto a los refugiados, aunque hay sectores que creen que se fueron por su cuenta, el gran hecho incuestionable es que no se les permitió regresar. Si uno abandona su hogar siempre tiene el derecho a regresar (Chomsky y Achcar 2007, 217). Ellos no han olvidado su herencia, se identifican con las aldeas en las que vivieron y que ahora son parte de Israel, aunque las nuevas generaciones no las han visto jamás. Sus vínculos con sus tierras no han desaparecido a pesar de su situación, las tensiones y las guerras. Siguen cuestionando la legitimidad de Israel, muchos tienen las llaves de sus casas —que estaban ubicadas en lo que es hoy Israel— y las entregan a la generación siguiente. Sus campos son considerados como una etapa de transición y solucionar su problema legitimaría a Israel. Ya líderes palestinos aceptaron un acuerdo pragmático que no modifique el carácter demográfico de Israel, es decir, aquí ya cedieron, se ha reconocido un regreso simbólico a Israel y que el resto tendría derecho a asentarse en el Estado palestino.

En cuanto a las colonias judías en tierras palestinas, hay que tener en cuenta que son un foco de tensión que permanece dentro de territorio palestino, son ilegales según el Tribunal Internacional de Justicia y son una vulneración del párrafo seis del artículo 49 de la Cuarta Convención de Ginebra (1949), relativa a la protección de personas civiles en tiempo de guerra (Chomsky y Achcar 2007, 216, 318). Su congelamiento mostraría un respeto por la parte judía de las tierras palestinas, mostraría que Israel no es expansionista y daría pie a un Estado palestino más homogéneo.

La región sería más estable. Si se negocian estos problemas de forma más equitativa seguramente el campo radical, como el de Hamas, se fsura-ría, es decir, se lograría el apoyo de sus facciones más moderadas. Así, con los estadounidenses convertidos en verdaderos intermediarios, probablemente disminuiría la violencia y el antiamericanismo en la región y, tal vez, más allá de ella.

Sin desconocer otros graves problemas regionales el conflicto aquí tratado es, sin lugar a dudas, uno de los más importantes; después de todo ha causado siete guerras regulares y una violencia constante de baja intensidad, con todas las calamidades que eso ha suscitado.

Dieciocho años después del inicio del proceso de paz, los palestinos tan sólo controlan parcialmente el 40% de Cisjordania. El tiempo apremia.

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