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Cardenas (historia)


Enviado por   •  7 de Marzo de 2015  •  2.022 Palabras (9 Páginas)  •  269 Visitas

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Cárdenas llego a la presidencia con más elementos que sus antecesores para desempeñar el cargo, pero pocos pensaron que pudieran liberarse de la influencia conservadora de Calles en poco tiempo. El presidente era menospreciado por su capacidad intelectual y se auguro un destino similar al de Ortiz Rubio, los datos políticos estaban efectivamente cargados en su contra.

Los grupos opositores eran los Callistas, y otros, sin ser callistas furibundos estaban lejos de compartir la idea política de Cárdenas, Sáez y Porte Gil.

El cardenistas era un grupo minoritario dentro del gabinete, y lo que sucedía en el gabinete repetía en el PNR, en el Congreso y en los gobiernos de los estados. Finalmente estallaron debidos en gran medida a la ola de huelgas tras la toma de posición de Cárdenas. En diciembre de 1934 Calles rompió su silencio y advirtió frente a la “agitación innecesaria”; el ambiente no se calmó y en 1935 había problemas con ferrocarrileros, electricistas, telefonistas, petroleros y cañeros, entre otros

El Congreso desarrollo con rapidez dos alas políticas: una minoría identificada con la izquierda y con Cárdenas; otra mayoritaria, no adherida abiertamente a ninguna tendencia ideológica pero identificada con Calles. En Junio, el Jefe Máximo ataco con declaraciones a Cárdenas, por lo tanto esté actúo con rapidez ejerciendo el poder que le quedaba en tanto jefatura del ejercito recogiendo el sentimiento anticallista y apoyándose en las organizaciones obreras que atacaban al Jefe Máximo. Obtuvo respuestas positivas y entonces publico una replica a las declaraciones del Jefe Máximo. El ala izquierda en el congreso se fortaleció instantáneamente por la renuncia del Jefe Máximo y Calles abandono la Capital, en dos oportunidades, primero por decisión propia y luego por exilio físico y político. El maximato había tocado a su fin y se iniciaba la era Cardenista.

Portes Gil dejó la presidencia del PNR, desgastado por las muchas animadversiones y por la acusación de no estar poniendo el partido enteramente al servicio del presidente sino de si mismo. Cadenas lo sustituyo por un hombre de su mayor confianza, Silvano Barba González. Lo significativo de todos esos cambios es que, a partir de la salida de Portes Gil, la dirección del partido oficial quedo enteramente subordinadas a las decisiones del presidente. A este control presidencial del partido del Congreso y las gubernaturas, debe añadirse el de otra pieza clave: el ejército. Con el correr del tiempo, por temor a la política obrera de Cárdenas, surgiría una corriente anticardenista dentro del ejército, personificada por Almazán pero la institución pertenecía hasta el final obediente a las órdenes del presidente, y el secretario de Guerra, Camacho, seria el sucesor de Cárdenas

Cuando Cárdenas decidió deshacerse de Calles no le quedo oto camino que fortalecer a la presidencia allegándose la fuerza de los sectores populares.

Con calles, los grandes terratenientes habían tenido una posición privilegiada, gracias a la tolerancia del nuevo régimen. Con Cárdenas, la tolerancia llego a su fin. La alianza de vastos núcleos campesinos debía ser pagada, y el pago solo pudo hacerse a costa de la hacienda. La Reforma Agraria se acelero notablemente, no tocó solo la periferia sino el corazón mismo de la agricultura comercial.

La alianza de los obreros con el nuevo régimen se fortaleció a raíz del conflicto entre el presidente y Calles.

El pago de la renovación de la alianza de los obreros con el régimen corrió básicamente a cuenta de las grandes empresas industriales: minería, petróleo, tranvías, etc.

La CTM organizada a principio de 1936 , junto con la CNC se convirtió en un pilar del cardenismo, aunque la base no llego a mostrar la incondicionalidad del movimiento campesino.

La preocupación del gobierno cardenista giro en torno al desarrollo económico del país. A raíz de los acontecimientos políticos y económicos, Cárdenas lego a considerar que estaba en la posibilidad de optar entre dos alternativas para ese desarrollo: imitar la estrategia del modelo capitalista seguido por las sociedades industrializadas o intentar un camino diferente que combinara el crecimiento de la producción con el desarrollo de una comunidad más integrada y más justa. La utopia propiamente cardenista consistía en tratar de ir más allá del keynesianismo o del fascismo, sin desembocar en el gobierno soviético.

El deterioro repentino de la economía en 1938 fue resultado de la crisis petrolera. La expropiación petrolera de ese año no solo afecto a las exportaciones de combustibles sino que, por la represalia internacional, arrastro las ventas de minerales y creo un clima de desconfianza que, prácticamente detuvo las inversiones en buena parte del sector privado de la economía.

El gobierno de Cárdenas llevo a la reforma agraria muy lejos, pero la destrucción de la hacienda tuvo un efecto económico negativo.

Los ejes de la economía tradicional mexicana se vieron sometidos a una dura prueba. El país asistió a un principio de sustitución de importaciones a la vez que al uso intensivo de la capacidad instalada. Entre 1934 y 1940, el estado asumió nuevas funciones y ahondo las que ya tenia: se convirtió en un “Estado activo”, involucrado directamente en la producción y creación de infraestructura.

Durante el sexenio hubo una baja en el valor de la producción agrícola negativamente asociada al reparto agrario. Las regiones norte y centro del país experimentaron los mayores crecimientos de la producción agrícola por habitante y la menor participación del ejido en el total de la superficie cultivada. La zona norte de la costa pacifico, donde fue el ritmo de la reforma agraria, tuvo el menor índice de crecimiento productivo.

El fenómeno era previsible y natural. Por un lado el ejidatario siempre contó con un financiamiento menor que el propietario privado. Pero también hubo un cambio en la naturaleza de los cultivos. Muchas haciendas se dedicaban a la producción parcial o totalmente para el mercado internacional o nacional, pero al quedar en manos de los ejidatarios sus tierras se destinaron al autoconsumo y salieron de la economía del mercado. Por eso, la baja en el valor de la producción no necesariamente significo un empeoramiento de la situación del campesino. Por el contrario, probablemente aumento el consumo de alimentos en las zonas rurales sin que los registrara

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