Colombia Territorio De Todos

Salomón Kalmanovitz (Barranquilla, 1943), economista colombiano, egresado de la universidad de New Hampshire y doctorado en economía de la universidad School for Social Research ambas de Nueva York. Actualmente se desempeña como Decano de Ciencias Económico-Administrativas de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Es presidente de la Asociación Colombiana de Historia Económica y de la Academia de Ciencias Económicas.

Jaime Jaramillo Uribe (Abejorral, 1917), historiador antioqueño. Pionero, orientador y maestro de la profesionalización de la Historia en Colombia.

El mercado es más que el cruce de la oferta con la demanda (Kalmanovitz, 2004) históricamente el mercado ha estado inmerso en la tendencia política de este país, por su parte el Estado garantiza el cumplimiento de los contratos de cada operación sobre un marco legal, un ejemplo de esto fue durante la época del virreinato español, la corona protegió a cada uno de los agentes económicos en esta, el poder soberano estaba encargado de garantizar el buen funcionamiento de los derechos de la propiedad, de sus límites públicos y privados.

Cabe agregar que existe una especie de circulo vicioso en el cual el capitalismo no puede desarrollarse plenamente (kalmanovitz, 2004). El mercado del virreinato español se iba debilitando ya que estaba basado en esclavitud, servidumbre y limitaciones de libertad, paralelamente la economía mundial evolucionaba en diferentes modelos económicos enmarcado en el estallido de la revolución francesa. España por su parte mantenía un sistema basado en la acumulación de poder ejercido en el control a su población, según políticas del clero y la corona, en vez de acumular capital, no dejando organizar su reino en clases, como lo era la burguesía y la clase obrera, como si sucedía con otros reinos, dándole todo el poder soberano al virreinato.

El reino español comenzaba a corregir esta falla. Con los borbones se consolidó una tradición centralista que se empeñó en controlar en detalle la vida primero del súbdito y continuando con la tradición (Kalmanovitz, 2004) el centralismo fue una recreación del virreinato más rigurosa, al traer el poder de España hasta acá, engañando a los ciudadanos con la idea que era un gobierno alienado al virreinato español, lo cual generó desconfianza de los ciudadanos a la autoridad que sumados a las ganas de la libertad desataron la insurrección comunera , que fue más que la protesta contra el mal gobierno, sin cuestionar el poder del rey sino del actual gobernante sobre el territorio. La independencia en 1810 de ese gobierno español, fue inevitable, y su auge fue por acumular el poder en un territorio sin pensar en la rebelión que ese mismo pudiera tener.

La carencia de un espacio nacional y la pelea entre los cabildos por falta de un poder central, le dieron el nombre a este periodo de “patria boba” fenómeno que duro hasta 1830 cuando se concede el territorio para el beneficio del desarrollo de todos. En 1863 se acoge un sistema federalista copiado de Estado Unidos fortaleciendo los gobiernos regionales, el cual no era tan fuerte como el radicalismo hispánico, que era la tradición de muchos años.

Ese radicalismo hispánico en 1886, por influencias de la religión católica, unifica el poder del gobernante con el de la iglesia. Como el poder no surge del pueblo sino de la divinidad,

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