Colombia Vive 25 años

“Deseo de marcar nueva historia”

La historia de lo que hoy conocemos como Colombia se puede contar desde distintos puntos de vista, pero también desde varias etapas y épocas de tiempo; así pues tratando de contarla de modo resumido y conciso me remitiré a ampliarles los últimos 25 años de historia desde el surgimiento de los movimientos guerrilleros hasta los días del doble periodo de gobierno de Álvaro Uribe. En este documental se hizo un esfuerzo sin precedentes por rescatar la memoria nacional de los últimos 25 años y puso en contexto los procesos más importantes que vivió Colombia durante esa convulsionada época, que resulta indispensable para entender la evolución en el gobierno Colombiano.

Los años 60’s para Colombia representaron el surgimiento de movimiento revolucionarios, partidos, fuerzas y grandes grupos de izquierda basados en los principios del comunismo; influenciados además por la lucha de Jorge Eliecer Gaitán contra la oligarquía y la desigualdad que luego de su asesinato deja grandes resentimientos en la sociedad y obviamente por las ideas de la Revolución Cubana . Con todos los enfrentamientos entre la guerrilla y los militares comienza uno de los más grandes fenómenos de pobreza en Colombia, el desplazamiento forzoso, miles de colombianos se veían obligados a abandonar sus tierras, sus hogares y quedar en extrema pobreza a la intemperie de respuestas de un Estado, que jamás aparecían o que simplemente se demoraban.

Posteriormente, se inicia una gran preparación física y armamentista por parte de estos grupos deciden desplazarse a las selvas colombianas buscando una guarnición custodiada e impenetrable, escenario que más tarde les serviría de escondite, constantes luchas y otra serie de actos que con el tiempo les daría el apelativo de terroristas, actividades como el secuestro y el narcotráfico hacían que poco a poco se fuera destruyendo la solidificación de este país,

Esta serie de factores hicieron de los grupos guerrilleros una de las luchas más admiradas en un país inconforme deseoso de igualdad y con una gran población de tendencia izquierdista que tuvo su auge durante el surgimiento, conformación de las milicias pero que fue declinando con su consolidación una que implicó la sustitución o “desplazamiento temporal” de los principios revolucionarios para ser reemplazados por una ley de sangre y terror que se ha evidenciado desde entonces con atentados, asesinatos, masacres, ocupación y apropiación de territorios campesinos, cultivos de coca y quizá el más novedoso… el secuestro, calificado por la ONU como un crimen de lesa humanidad y catalogado por el mundo como una de las prácticas más inhumanas.

Luego de que el gobierno se negara a más concertaciones que los guerrilleros proponían y a las misivas que mandaban con cada acción violenta que hacían, ellos deciden reforzar su labor e incrementar la violencia para hacerlo y “retar” así al estado, haciéndole daño más que al estado, al pueblo… Siempre el pueblo era quien pagaba por los actos inhumanos de estas personas.

Ya durante la década de los 80’s aunque el problema de las guerrillas persistía se aliena el narcotráfico que imperaría desde entonces en ciudades como Cali, Medellín, donde surgió y Bogotá que por ser la capital se vio seriamente afectada por esta práctica. Esta es una época signada por palomas de la paz y que termina abruptamente en la noche del 30 de abril de 1984 con el asesinato del ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla.

El narcotráfico es quizá la actividad ilícita más lucrativa pero una de las que más daño social, ambiental, económico y político desencadena, como lo demostraron el cartel del valle, Pablo Escobar el más representativo, entre otros; el cultivo de coca, marihuana y amapola incrementó durante estos años pues dada la prosperidad y productividad de este negocio era más rentable para los campesinos dedicarse al cultivo ilegal que a la agricultura que no era económicamente fructífera para ellos, podría decirse que la nueva moneda era la coca, con este se podía mercar, comprar las cosas necesarias, es decir, la vida empezaba a girar en torno a la droga, en sí es la época del narcoterrorismo, donde más que Colombia misma también intervinieron más países con ayudas financieras y de logística, pero parece que todo era en vano, porque cada vez esto cogía más fuerza.

Así pues, este problema fue creciendo cuan si fuera una bola de nieve cuesta abajo, pues al cultivo de coca, marihuana y amapola se le sumaron, el transporte (fleteo, embarcaciones, avionetas etc.), la exportación de productos terminados en el exterior y la consolidación de imperio de la droga en Colombia que además de esto se dedicó a adquirir popularidad entre la gente del común y tratar de camuflar el daño que provocaban con grandes campañas y acciones sociales, pero que a su vez fueron responsables de grandes atentados como el del periódico El Espectador, asesinatos como el de Luis Carlos Galán etc.

La alineación entre el narcotráfico y las guerrillas representó para Colombia la unión de los dos problemas más largos y complicados de enfrentar en beneficio del enriquecimiento ilícito y objeto de grandes cuestionamientos para las administraciones presidenciales.

Esta

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