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Concepto De Poder


Enviado por   •  19 de Enero de 2014  •  2.848 Palabras (12 Páginas)  •  225 Visitas

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El concepto de poder

Discutir el poder implica, necesariamente, superar el problema semántico que hay en toda la extensa literatura que históricamente aborda el tema. Buscando algunas definiciones, encontramos: poder es «toda probabilidad de imponer la propia voluntad en una relación social, mismo contra resistencias, sea cual fuera el fundamento de esa probabilidad»[1]; «en su significado más general, la palabra poder designa la capacidad o la posibilidad de hacer, de producir efectos»[2]; «el poder es (...) más allá de todo, una relación de fuerza»[3]; «designamos por poder a la capacidad de una clase social de realizar sus intereses objetivos específicos»[4]; «el poder puede ser definido como la producción de los resultados pretendidos».[5] Así, podrían ser citadas muchas otras definiciones.

Para una conceptualización del poder, por lo tanto, la cuestión no solo exige adoptar una u otra significación, implica comprender, histórica y sociológicamente, como el concepto de poder viene siendo trabajado por los diversos autores y cuáles son los aspectos y los elementos fundamentales abordados. Este análisis exige, al mismo tiempo, tener en mente que por medio del mismo término, pueden estar siendo discutidas distintas cuestiones y por otros términos ─como en este caso específico autoridad y dominación─ pueden estar siendo discutidas las mismas cuestiones. Se trata, así, de comprender ampliamente el objeto en cuestión y sus distintos abordajes, tomando en cuenta las precauciones metodológicas mencionadas.

Tomás Ibáñez, investigador del tema[6], señala parte de la problemática en los estudios sobre el poder. “El hecho de que los investigadores de las relaciones de poder continúen, después de tantos años, dedicando parte importante de sus esfuerzos para esclarecer y depurar el contenido de la noción de poder, el hecho de no haber un acuerdo mínimamente generalizado sobre el significado de ese término y el hecho de que las polémicas se dieron más sobre las diferencias de conceptualización que sobre las operaciones y resultados conseguidos a partir de esas conceptualizaciones, todo esto indica claramente que la teorización sobre el poder encuentra, en algún momento, un obstáculo epistemológico que le impide proseguir».[7]

Superar este obstáculo implicaría, para Ibañez, comprender el contenido de las discusiones en cuestión y avanzar en relación a ellas. Es lo que señala cuando se refiere a una «analítica del poder». Dentro de las innumerables definiciones de poder el autor considera que es posible agruparlas a partir de tres grandes interpretaciones: 1) el poder como capacidad, 2) el poder como asimetría en las relaciones de fuerza, y 3) el poder como estructuras y mecanismos de regulación y control.

“En una de sus acepciones, probablemente la más general y diacrónicamente primera, el término ‘poder’ funciona como equivalente de la expresión ‘capacidad de’, esto es: como sinónimo del conjunto de los efectos de los cuales un agente dado, animado o no, puede ser la causa directa o indirecta. Es interesante que, desde el inicio, el poder se define en términos relacionales, en la medida en que, para que un elemento pueda producir o inhibir un efecto, es necesario que se establezca una interacción. [...] En una segunda acepción, el término ‘poder’ se refiere a un cierto tipo de relación entre agentes sociales, y comúnmente en la actualidad se lo caracteriza como una capacidad asimétrica o desigual que los agentes poseen de causar efectos sobre el otro polo de una relación dada. [...] En una tercera acepción, o término ‘poder’ se refiere a las estructuras macro-sociales y a los mecanismos macro-sociales de regulación o de control social. Se habla, en este sentido, de ‘instrumentos’ o ‘dispositivos’ de poder, de ‘centros’ o de ‘estructuras’ de poder, etc.”.[8]

Esas tres conceptualizaciones de poder nos colocan en el campo de las relaciones sociales y, por eso, se excluyen tanto las relaciones entre personas y cosas/animales ─considerando que las relaciones de poder se dan siempre entre humanos que viven en sociedad─, porque esas relaciones pueden ser constituidas sin sujetos.

Considerar el poder como capacidad implica concebirlo como «tener el poder de hacer algo» o «tener poder para algo»; el poder, en este sentido, se define a partir de una capacidad de realización o una fuerza potencial que podría ser aplicada en una relación social determinada. El segundo caso, del poder como asimetría de las relaciones de fuerza, implica un concepto que, aunque este anclado en la noción de capacidad explicitada en la primera acepción, no puede ser reducida a ella. En este caso, el centro de la definición esta en las asimetrías de las diferentes fuerzas sociales que se encuentran en una determinada relación social; cuando esas fuerzas, con distintas capacidades de causar efectos sobre otra, se ponen en interacción, producen los efectos sobre uno o más polos de la relación. Concebir al poder como estructuras y mecanismos de regulación y control implica definirlos a partir del conjunto de reglas de una determinada sociedad, que incluye tanto la toma de decisión para su establecimiento y para definir su control como la propia aplicación de ese control; una estructuración social que exige instancias deliberativas y ejecutivas.

La obra de Michel Foucault, uno de los pilares teóricos de Ibáñez, plantea una conceptualización de poder que, aunque lo defina en términos de relación de fuerza, se articula con las nociones de capacidad de regulación y control; permitiendo un abordaje amplio que abarca elementos de las tres definiciones previas. Para Foucault, “las relaciones de poder en las sociedades actuales tienen esencialmente como base una relación de fuerza establecida, en un momento históricamente determinable”[9]; fuerzas que están en disputa, en lucha permanente, en correlación y en un juego continuo y dinámico. Cuando, en una determinada correlación de fuerzas, alguna de ellas se impone en relación a las otras, existe una relación de poder. “Las relaciones de poder son una relación desigual y relativamente estabilizada de fuerza”.[10] Así, poder y relación de poder se convierten en sinónimos. Ibáñez, a partir de Foucault, define lo que denomina “paradigma estratégico del poder”:

“el poder es una relación, un acto. El poder es algo que se ejerce. El poder tiene una presencia difusa en todo la estructura social, se produce en el todo social. Es omnipresente no porque llega a todos los lugares, sino porque brota en todas las partes [...] El poder toma la forma de los modelos de la física. El poder es consustancial con lo social, no existen

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