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Del caudillo al maximato resumen capitulo 2 libro a la sombra de la revolucion mexicana


Enviado por   •  5 de Noviembre de 2017  •  Resúmenes  •  6.445 Palabras (26 Páginas)  •  2.028 Visitas

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Diez años después:

El memorable paisanaje sonorense ocupó por vez primera la silla presidencial, la guerra y sus secuelas- epidemias y emigración se habían llevado del territorio mexicano a 825 mil habitantes. Quince millones 160 mil había acumulado el progreso porfiriano hasta 1910; el censo de noviembre de 1921 arrojo una población de catorce millones 355 mil mexicanos.

     El costo económico de la revolución Mexicana, su costo de oportunidad ha sido calculado por los expertos en un 37 por ciento términos de ingreso no producidos. Durante la década de la violencia todos los sectores de la economía, con la sola excepción del petróleo, sufrieron un considerable descenso. La industria petrolera mantuvo un incremento promedio de 43 por ciento entre 1910 y 1921, hizo pasar a México de una exportación neta de 200 mil barriles de petróleo en 1910 a una de 516 millones 800 mil barriles en 1921. Única fuente verdadera dinámica de producción en la deprimida economía revolucionaria y verdadero islote de dominio empresas extranjeras en cuya resistencia habría de ejercitarse, el emergente nacionalismo revolucionario.

    Según el perfil laboral de la sociedad posrevolucionaria trabajaban solo 324 de cada mil mexicanos (330 en 1910) y de ellos 224 en el campo (237 en 1910), 40 de cada mil en la industria, 19 en el comercio y las finanzas esos por mencionar algunos sectores. Las enfermedades también tuvieron su aparición, enfermedades estomacales (349 de cada mil difuntos), otro tanto igual por padecimientos pulmonares y del sistema respiratorio (influenza, neumonías, tuberculosis y bronquitis), una porción alta de paludismo (148 por millar) y solo un puñado por padecimientos cardiacos (31 al millar), accidentes (47 al millar) o patología criminal (24 homicidios por cada mil muertos).

    La sociedad que heredaban los sonorenses de la guerra civil seguía siendo rural pero deprimida en su producción agrícola y ganadera, demográficamente mermada en ochocientos mil desaparecidos sustraídos por la guerra, las epidemias y la emigración; severamente dañada en su infraestructura y en su sistema monetario por los excesos destructivos y financieros de los ejércitos combatientes, insegura fuera de las ciudades, que empezaron en esos años a crecer, y con un solo enclave prospero que era en sí mismo un desafío al nacionalismo.

Los gobernantes:

Obregón gobernó como presidente constitucional el cuatrienio 1921 – 1924, entrego el poder a su paisano Plutarco Elías Calles para el periodo siguiente (1925-1928) e incurrió en la debilidad porfiriana por excelencia de reelegirse presidente de México para el siguiente cuatrienio (1928-1932). En esa condición de presidente reelecto lo sorprendió la muerte por manos de un católico, José de León Toral, que lo mató a balazos durante un desayuno político en el restaurante La Bombilla, el martes 17 de julio de 1928. El presidente en función Plutarco Elías Calles informo el fin de la era de los caudillos con la muerte de Obregón. Emilio Portes Gil es nombrado presidente provisional por dos años luego convocaría las elecciones que fueron ganadas por Pascual Ortiz Rubio, primer candidato presidencial del Partido Nacional Revolucionario.

  Más tarde renuncia Ortiz Rubio ante el congreso, el 2 de septiembre de 1932, dio paso al último presidente interino de la historia contemporánea de México, el empresario y general sonorense Abelardo Rodríguez, designado por unanimidad en el congreso para gobernar del 3 de septiembre de 1932 al 1 de diciembre de 1934.

  La estabilidad trajo reactivación económica. La riqueza producida en el país creció a menos del uno por ciento anual entre 1920 y 1925 pero en el quinquenio siguiente, bajo la presidencia de Calles dio un salto considerable hasta 5.8 por ciento anual y el país acudió al inicio de su siguiente transformación territorial decisiva.

    Quince años después de la lucha armada, en vísperas del ascenso al poder Lázaro Cárdenas en 1934, el perfil económico básico de la sociedad mexicana apenas había cambiado por siembra, cría o sus derivados inmediatos; los que tenían oficios y beneficios en las ciudades, el comercio y las profesiones eran quince de cada cien; y catorce de cada centena le daban a la industria. Era una sociedad que cambio sus estructuras materiales, pero también una sociedad restaurada, que había pospuesto impulsos y demandas fundamentales de la guerra social que la había sacudido. Su activo nacionalismo económico se había moderado y tenía con Estados Unidos una especie de acuerdo conservador luego de varios intentos de profundizar el control nacional de intervenciones y empresas extranjeras.

Cámara rápida:

Esos quince años de dominio sonorense trajeron al país un alud de novedades cuya sucesión en cámara rápida debe de influir en primer término no la pacificación casi total del país y el inicio de la fiebre de la reconstrucción, el ánimo público del gobierno obregonista de dar por concluida la revolución para inaugurar la época constructiva y promisoria del país. Fueron los años también de la dura y sinuosa búsqueda de una negociación con los Estados Unidos, que juzgaban confiscatoria la constitución de 1917 y expendían largas cuentas pendientes por la deuda externa y por daños a propiedades norteamericanas durante la revolución. A principios de los años 20 se introdujeron los sistemas de comunicación, hubo primeros vuelos comerciales; se generalizo el teléfono y el cinematógrafo, el automóvil. En 1921 se aplica el reparto agrario y México se convirtió en el segundo productor mundial de petróleo. En 1925 se firma contrato colectivo laboral del país se incrementa el auge de la confederación regional obrera (CROM) modelo de sindicalismo conciliador este programa se esbozó en el artículo 123 constitucional. En 1929 se funda el partido nacional revolucionario (PNR).

El equilibrio catastrófico:

A la estabilidad restaurada condujeron dos caminos. El primero, que habría de llamar del equilibrio catastrófico, incluye el ajuste de cuentas entre las facciones revolucionarias, la subordinación de los señores de la guerra heredados de la guerra civil y el institucionalismo de las fuerzas armadas. El segundo recoge los temas de la reconstrucción del estado e incluye el enfrentamiento con las tradiciones y las creencias de la vieja sociedad, la guerra cristera de 1926-29, el litigio con los Estados Unidos por el dominio sobre los recursos estratégicos del país, los primeros arrestos del estado como instrumento de acción de regularización económica, educativa y cultural, y la incorporación de los movimientos sociales al estado mediante una representación sectorial organizada. El lugar por excelencia de esa incorporación masiva es también el aparato de la negociación en la cúpula, el Partido Nacional Revolucionario creado en 1929.

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