Descentralización de los servicios educativos

A finales de 1914 y principios de 1917, resulto ser gran importancia, coincidiendo grandes acontecimientos: la primera guerra mundial, el triunfo de los ejércitos y el inicio de un nuevo gobierno. Con la supresión de la Secretaria de Instrucción Pública la educación paso a cargo de los ayuntamientos, pero esto resulto contraproducente para el desarrollo educativo, porque no destinaban un presupuesto fijo para esta tarea.

Carranza y los constituyentes pretendían descentralizar los servicios educativos y como consecuencia la educación preescolar, al igual que otros niveles educativos, no tuvo en la primera década de la época revolucionaria un ambiente apropiado para su desarrollo.

Para junio de 1917 el entonces kindergarten fue suprimido del presupuesto de la Secretaria de Educación e incorporados a los ayuntamientos, pero por la falta de apoyo económico, funcionaban solamente 17, en la capital del país, su inca posibilidad era contar con la cooperación de los padres de familia. Su aceptación fue de manera lenta.

Exactamente en julio de 1921, las cámaras aprobaron una Ley Educativa, que estipulaba el carácter libre y obligatorio de la educación primaria; con los rasgos principales de la política de Vasconcelos, para brindar oportunidades educativas en zonas rurales; que condujeron a impulsar fundamentalmente la educación indígena, iniciando con un vasto programa de instrucción normal cuya finalidad era aumentar el número de educadores profesionales para sustituir a los docentes voluntarios.

Se adoptaron medidas para combatir el analfabetismo, para estudiar y resolver los problemas educativos en las zonas rurales o indígenas atrasadas. Una de estas fue la creación de las “Misiones Culturales”, construida por grupos de maestros y profesionistas.

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