Discurso político y su importancia

Discurso político y su importancia

El discurso ayuda, al mismo tiempo, a formar la visión que se tiene de un gobernante o de un político. En ese sentido no sólo comunica algo, sino que además construye, mejora o deteriora su imagen y le permitirá conservar –o no- su popularidad cuando se encuentre en el ejercicio de una responsabilidad pública.

El poder está hecho de lenguaje y acción. El primero es el lugar de una lucha discursiva en la cual se permite ciertos golpes (manipulación, proselitismo, amenazas, promesas) y el resto en conquista legitimidad mediante la construcción basada en normas y castigos.

Una buena imagen y un discurso convincente fomentan una relación empática entre emisor y receptor, y forjan un rasgo de cultura política indispensable para construir y mantener la legitimidad y la confianza. Ningún discurso, por bien escrito que este, será eficaz si no se cree o no se confía en quien lo dice. No obstante, la empatía no sólo se consigue mediante la veracidad; adicionalmente es necesario encontrar referentes culturales comunes entre quien pronuncia el discurso y quien lo escuche, además de usar un lenguaje que se pueda entender con facilidad.

Aun desconectado de la realidad, el discurso puede ser eficaz, pero sólo durante un tiempo. Sin embargo, si ese lapso es el inmediato anterior a las elecciones, puede logar el triunfo del candidato. Cuántas veces se ha visto que, una vez que el candidato se ha hecho con el poder, los discursos de campaña se desdibujan y sobre ellos se imponen una serie de acciones políticas con objetivos diferentes de las promesas antes hechas.

Por otra parte, el discurso debe adaptarse a los cambios de valores y gusto en la sociedad. Para convencer, un líder, un grupo de presión o un individuo cuya intención sea legitimar sus decisiones o incidir en las decisiones de otro, debe sonar cercano a la gente. Si en alguna época el lenguaje incomprensible denotaba una formación superior o una capacidad especial que justificaba que alguien tuviera la autoridad, en la actualidad lo que se busca es resaltar la dimensión humana del líder.

La mayoría de las veces los discursos formales o plagados de referentes técnicos o numéricos generan la idea de que quien los dice esta distante del problema o que de plano no entiende las necesidades de los otros.

Así, el discurso se personaliza en un doble sentido: en la forma en que el líder, la institución o el individuo construyen y proyectan su imagen, y en la manera en que se dirige a la gente común y corriente.

Lo recomendable es ser cautos con la dramatización del discurso. Si bien existe una gran simpatía por incluir en los mensajes elementos que identifiquen emocionalmente al emisor y al receptor, hay que tener cuidado de no abusar y de que lo que se diga tenga una relación directa con la realidad.

Para tener credibilidad se deben cumplir tres condiciones: la condición de sinceridad, que obliga a decir la verdad; la condición de acción, que, para todo discurso que anuncia decisiones o hace promesas, obliga a llevar a la práctica lo que se ha prometido, y tener los medios para realizar lo que se promete y que los resultados sean positivos.

(Caracas, 18 de julio – Noticias24).- La directora de la organización “ComValor” Paola Molina, en Noticias24 Radio explicó cómo debe ser una buena comunicación para un político o una persona que ejerza el liderazgo.

Escuche la entrevista de “ComValor” a continuación:

Durante el programa “Tuitmómetro” conducido por Miguel González Mele, Molina resaltó la importancia de la comunicación en la política para un buen desarrollo de la misma y que el mensaje que envía sea creíble.

El discurso debe ser memorable porque una persona no recordará una alocución de dos horas

Explicó que cualquier joven que quiera incursionar en la política o quiera ser un líder debe trabajar la parte de la oratoria, además de aprender a escribir sus propios discursos y decirlos, por eso la idea de esta charla, proporcionar tips para mejorar ese aspecto.

Asimismo, destacó que el discurso debe ser memorable porque una persona no recordará una alocución de dos horas por eso se debe ser puntual y recalcar la idea más importante al inicio, en el desarrollo y al final del mismo.

Acotó que para que un político este en consonancia con su audiencia, se requiere que el líder asuma la concordancia que lleva el proceso. Tocar las emociones y motivar

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