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El Universo Discursivo


Enviado por   •  30 de Noviembre de 2012  •  1.498 Palabras (6 Páginas)  •  472 Visitas

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El universo discursivo en el cual se crece

Paul Goodman

A pesar de nuestra tecnología del exceso, nuestra paz civil (?) y tantas oportunidades educativas y culturales, es difícil para un niño norteamericano madurar hacia la independencia, encontrar su identidad, conservar su curiosidad e iniciativa y adquirir una actitud científica, hábitos académicos, energía productiva y un lenguaje poético. Desgraciadamente, la filosofía envolvente a la que se habitúan los niños conforme crecen es la ortodoxia de una máquina social que no se interesa por las personas, especialmente por los jóvenes, salvo para el dominio y el ensanchamiento de sí misma. ¿Qué pasa, entonces, cuando con un pasado impersonal y estereotipado, elniño se convierte en adolescente: tímido y demasiado consciente de sí mismo,sexualmente hambriento y enamoradizo. buscando su identidad, metafísico, con sufe religiosa sacudida o en proceso de conversión religiosa, reviviendo su complejo deEdipo, intentando liberarse del hogar, con ambiciones grandiosas, definiendo unavocación, ansioso por ser útil como ser humano? Cuando menos en las comunidades simples la comunicación racional serompe y se tiene el recurso de los ritos de iniciación. La visión del mundo del norteamericano es peor que inadecuada: esirrelevante y rutinaria; los adolescentes están espiritualmente abandonados. Seaislan porque no se les toma seriamente. Las máquina social no requiere ni deseaque la juventud encuentre su identidad y vocación; se interesa solamente por laamplitud. No desea una nueva iniciativa, sino la conformidad. Nuestra ortodoxia notolera la metafísica. Con frecuencia se tratan los problemas religiosos comopsicóticos; ciertamente rompen el orden urbano y la programación escolar. Muchasde la carreras existentes -casi todas- no sirven a la humanidad; no es por ello que sedesarrollan los negocios o se apilan las bombas. Es asombroso que el idealismotenga tan poco prestigio. La situación sexual del adolescente es particularmente ambigua. Nosencontrarnos en una fase de transición de la revolución sexual y existe una rupturade la represión y también una menor inhibición del comportamiento sexual. Sinembargo, ni en los patrones de la economía, del alojamiento o de la familia, existerespuesta alguna para las costumbres alteradas. Todo lo contrario, los años deenseñanza hasta parecen prolongarse, especialmente para aquellos estudiantes dela clase media que acude a las universidades en donde las administraciones seconsideran a sí mismas como sustitutos de los padres. La ideología higiénico mentaloficial tiene pocas relación con las imágenes tormentosas y las demandasimperativas del amor adolescente. En las escuelas elementales y de segunda enseñanza no existen, oficialmente, los factores sexuales. Sin embargo, unadolescente debe ser sexual o, si no hay alarma. La vergüenza, la timidez, el desconcierto (la incapacidad para expresar orevelar nuestra necesidades y sentimientos a los otros) es universal entre losadolescentes. Sin embargo, en nuestra sociedad es un punto especialmenteproblemático. El desconcierto contiene o contendrá hostilidad hacia aquellos que nole hagan caso o que lo rebajen a uno y también desesperación por la futilidad detratar de darse a entender. No existe un lenguaje común y relevante para los hechosprivados que hierven en uno: ¡es patético escuchar a los adolescentes que usan ellenguaje de la televisión, de los consejeros matrimoniales o del cine! Inevitablemente,la hostilidad silenciosa se refleja como denigración de sí mismo. Un adolescente dejade creer en el derecho de sus propios deseos y muy pronto duda de su existencia.Ante él, sus exigencias de rebeldía no parecen tener bases, carecen de madurez yson ridículas. Para disminuir el desconcierto, cuando se corta la comunicación con el adulto,se desarrolla una creciente y exagerada “subcultura” adolescente con su jerga,modelos, autores e ideología. Pero distingamos primero entre una “subcultura” y una“subsociedad”. Una intensa sub-sociedad joven es común en casi todas las culturas. Ennuestra cultura, el interés en la exploración sexual, la danza, la música excitante, elatletismo, los coches, las carreras, lo clubes y los atuendos distintivos de dichasorganizaciones, las conversaciones jactanciosas, parecen naturales a la juventud, asícomo muchos de los intereses de los adultos le son irrelevantes y aburridos.También, el compartir secretos (frecuentemente misterios aun para ellos mismos) esen todas partes un poderoso lazo de unión entre los adolescentes y, desde luego, nopermiten que nadie tenga acceso a ellos. Los recintos de jóvenes de algunascomunidades primitivas, inritucionalizan todo esto de mejor manera que nuestrospropios internados y universalidades, los cuales están demasiado plagados dereglamentos tutoriales. Sin embargo, el desarrollo de una subsociedad tal en una subcultura completano es normal, sino reactivo. Significa que la cultura adulta es hostil a los interesesadolescentes

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