Ensayo Max Weber

Introducción:

Max Weber Economista y sociólogo alemán, conocido por su análisis sistemático de sociología política y del desarrollo del capitalismo y la burocracia.

La ética protestante y el espíritu del capitalismo, es una obra que aborda la teoría de Max Weber sobre el capitalismo racional, el cual solo se produjo en occidente a finales del siglo XIX. Es un texto que indaga sobre el tema de la ética protestante en su relación con el capitalismo y hace referencia a aquellos países europeos occidentales donde existe una diversidad económica, social, cultural y religiosa, y donde en ésta última, es posible evidenciar el carácter protestante.

¿Qué es el capitalismo?, ¿por qué solo se produjo en occidente?, ¿Pero qué es el espíritu capitalista?, ¿A qué se deberá semejante fenómeno?, ¿Qué es el protestantismo y el catolicismo?

Dentro de la lectura Max Weber establece una afinidad electiva entre el espíritu o conciencia del capitalista y la ética de la religión protestante, específicamente para Weber el calvinismo, (el calvinismo es el conjunto de pensamientos filosóficos y teológicos que Juan Calvino expuso a lo largo de su vida como reformador protestante), y que nos permite hablar del origen del capitalismo. Weber también señala rasgos muy generales de lo que se conoce como el espíritu del capitalismo que era racional para la ética del protestantismo: y está ética consiste en que la adquisición incesante de más y más dinero, evitando cuidadosamente todo goce inmoderado, es algo totalmente exento de todo punto de vista.

Índice:

La ética protestante y el espíritu del capitalismo.

 El problema:

1. Confesiones y estratificación social.

2. El “espíritu” del capitalismo.

3. Concepción Luterana de la profesión. Objetivo de la Investigación.

 La ética profesional del protestantismo ascético.

1. Los fundamentos religiosos del ascetismo mundano.

2. Ascesis y espíritu capitalista.

Desarrollo:

Primera parte:

I. Confesión y Estructura Social.

Weber primeramente se planteó el hecho de que las estadísticas habían revelado que la mayoría de los empresarios exitosos europeos y, en general, quienes poseen un capital mayor eran protestantes.

¿Pero que es el capitalismo?

El capitalismo es una consecuencia inesperada y natural de la labor de los reformadores, por lo tanto es vista como una consecuencia desviada, el capitalismo está en todo y en todos.

¿A qué se deberá semejante fenómeno? Y más aún, ¿por qué será que esas áreas europeas fueran mucho más proclives que otras a una revolución religiosa?, entendiendo que la Reforma no sólo se inclinaba a eliminar la dominación del poder católico sobre las conciencias europeas, sino que también se trataba de una forma de penetrar la vida de los individuos sin precedentes. En relación con la primera interrogante, weber defiende su postura estableciendo datos estadísticos contra los cuales no se tiene arma alguna: la mayor parte de los protestantes se inclinan hacia una educación o profesión orientada hacia lo industrial y lo mercantil, mientras que la mayoría de la población católica prefiere lo humanista. En ello reside que los protestantes se ubiquen con mayor facilidad y rapidez en el mundo del dinero. Es aquí donde Weber da tanta importancia a la profesión. De esta manera Weber asevera que el protestantismo de Lutero, Calvino, Knox y otros más, poco o nada tiene qué ver con la concepción actual de la vida y el progreso para el protestante moderno. Pero de todos modos el hecho del desarrollo capitalista entre los protestantes encuentra su explicación en la religión, no en un amor a lo material.

II. El Espíritu del Capitalismo.

¿Qué es el espíritu capitalista?

Weber no establece una definición del espíritu del capitalismo, menciona que si se aproxime a una “definición”, habremos de tropezar de inmediato con ciertos escollos que estriban en la propia naturaleza del objeto a investigar. Más bien trato de definir cuál es el objeto de estudio, que en este caso sería el “espíritu”, del cual toma de un documento del cual menciona que está des provisto, venturosamente, de una coherencia directa con la religión y, por consiguiente, tiene la virtud de estar “libre de su puestos” los siguientes principios:

El tiempo es dinero, con el trabajo es posible ganar diariamente dinero y que no sería posible ganar si se pasara el tiempo holgazaneando o gastando gran parte de este en pasear.

El crédito es dinero: a través del crédito se puede reunir más dinero a través del pago de la deuda y de los intereses.

Pero más allá de respaldarse en los principios de Benjamín, Weber nos proporciona la definición de burgués, como un buen muchacho capitalista, quien debía entender que los principios mencionados son mucho más que una técnica para hacerse millonario: son una ética que debe ser cumplida al pie de la letra. Ésta es la base ética que encontró Franklin, donde el lucro y el desempeño sistemático de una profesión es el núcleo alrededor del cual gira nuestro concepto. Este es el concepto de “espíritu del capitalismo” que tendría que luchar de ahora en adelante con un tradicionalismo no menos fuerte que provoca un penoso avance, no precisamente producto de cierta manera de manejar la economía, sino de un proceso educativo que no lo deja desarrollarse. Es el caso de las obreras alemanas a quienes alude como renuentes a superar la forma tradicional de trabajar y a ganar más dinero en comparación con aquellas obreras con una formación religiosa que muestran un comportamiento por demás contrario, quienes menciona se sienten obligadas al trabajo como una forma de calcular, de contar su ganancia, de ser moderados para hacer rendir su trabajo.

Desarrolla posteriormente Weber con mayor exactitud, el concepto de tipo ideal de un empresario capitalista, donde el mismo no es aquél que encuentra gozo en la ostentación y la dilapidación inútil,

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