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Ensayo de Literatura Romanticismo


Enviado por   •  30 de Octubre de 2019  •  Ensayo  •  2.686 Palabras (11 Páginas)  •  182 Visitas

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Ensayo de Literatura

Romanticismo

     En el seno del Neoclasicismo se encuentra también el germen del Romanticismo, la última gran revolución cultural en Occidente que nos presenta una nueva actitud ante la vida. Ya en el perfil humano de Rousseau (biografía personal) pudiéramos reflejar la clausura del s. XVIII y la apertura del sentimiento romántico presentado a través de una mayor sensibilidad, simpleza y espontaneidad, característico de la nueva escuela del s. XIX, el Sturm und Drang. Este grupo intelectual, repleto de soñadores, nace para manifestar la disconformidad de lo que era el “sueño revolucionario” propuesto por los neoclásicos[1], y, sin embargo, incumplido. El romanticismo representa una ruptura con el estilo extremadamente ajustado al orden, tirano, sobrio, elegante y simétrico del Neoclásico. Pone fin a un orden tradicional para establecer como canon, el no canon. Es el liberalismo en el arte, la libertad en la sociedad, y el intento de materializar aquello que se sueña. Carece de unidad y orden; de hecho, no todo lo que se realizó durante este período de tiempo (s. XIX) puede ser considerado perteneciente a la escuela del Romanticismo.  

     También debemos tener presente que, el Romanticismo Alemán y el Romanticismo europeo occidental no refieren a lo mismo. El primero siendo de tendencias reaccionarias, en una Alemania que pasó de una actitud revolucionaria a una reaccionaria; y el segundo siendo de tendencias progresistas en una Europa que pasó de tener una actitud conservadora a una liberal. Este estilo puede ser considerado, (a pesar de las variadas distinciones que se deben hacer para respetar el “no canon” que rige este período) como una cosmovisión, una filosofía de lo universal que tiene una percepción animista y simbólica de la existencia, en la cual todo existe y se interrelaciona. Rompe con el sistema cartesiano y se desliga, en sus fundamentos principales, de la afirmación “pienso, luego existo”. Los románticos aplican al mundo exterior una percepción de unidad que tiene su fuente en una experiencia absolutamente interior y propiamente religiosa, es por esto que el Romanticismo es una protesta pasional contra cualquier tipo de universalidad (conceptualización de Dios). Esto por supuesto conlleva una enemistad con la Iglesia, que hizo olvidar, en parte, al Dios cristiano dogmatizado y, de hecho, llevó a Friedrich y a Blake, ambos artistas románticos, a crear su propia mitología que satisficiera sus mentalidades profundamente románticas.

     Debemos ser conscientes de que al referirnos a la escuela del s. XIX y al sentimiento romántico, no hablamos de una misma cosa, pues el Sturm und Drang se nutre del perfil romántico, que es natural, inherente en la naturaleza humana y que ha existido durante toda la historia de la humanidad. Ser romántico es sentirse incomprendido, para el perfil del romántico el mundo es un lugar tan hostil, que éste reniega de todo lo que conoce y busca lugares donde refugiarse, trayendo nuevamente al plano principal el idealismo. Esta escuela es una suerte de respuesta a un estado de incumplimiento de una serie de propuestas que fueron prometidas; cosa que va completamente en contra de la mentalidad romántica soñadora. La fe se comienza a tambalear precisamente por esta “mentira”, la disconformidad del romántico con su realidad incrementa al sentirse traicionado por el hombre poco virtuoso pero indudablemente sabio del s. XVIII. El Romanticismo puede ser considerado una contrarrevolución moral. Sin embargo, es precisamente gracias a esta mentalidad que ocurre un fenómeno denominado el “Mal del Siglo”, el cual refiere a lo que sucede cuando los sueños del artista chocan con la sociedad. De hecho, el arte, cumpliendo su función social, representa, en muchas formas, esta crítica o “llamado de atención” a la sociedad. Este fenómeno se convirtió en la cuna de un pintor, grabador y poeta británico, cuya mente no dudaba en criticar y exponer asuntos moralmente cuestionables que ocurrieron en la Inglaterra post- revolución industrial. William Blake se inspiraba en el estilo de la época Isabelina[2], y no ocultaba su desprecio por la afectación y los primores de los poetas barrocos. Sus obras exponen una crítica social sumergida en numerosos y variados símbolos que, eventualmente, llevaron al autor requerir de un diccionario explicando los nuevos términos que él mismo creó con el fin de expresar “lo suyo propio”[3], para hacer posible su entendimiento, y las sensaciones que la palabra no puede traducir[4]. Blake, revalorizando al pasado y criticando al presente, nos presenta una alegoría de la Inglaterra que extraña. En su obra “El hombre de Albión” vemos a un hombre desnudo que alude a la verdad desnuda, luminosa, pura, alegre, inocente, y libre. Debemos hacer  énfasis en esta última cualidad, el hombre de Albión se encuentra libre, pues no es sometido por las cadenas de la razón ni de la religión dogmática[5]. Esta libertad no sólo representa la autonomía pensamiento, sino que también nos habla de la independencia para ser lo que se quiera ser. Sin límites impuestos por clases sociales, ni delimitación de participación social por diferencias de géneros, ni ninguna atadura que restrinja al ser humano. Es una obra llena de color, luminosa, donde la figura central se encuentra con los brazos abiertos, indicando la disposición por vivir, por ser tan “sí mismo” como pueda serlo. Esta obra, y toda la simbología que conlleva, son clara carga probatoria de la causa por la que los románticos no se decantan por el arte pedagógico, ni por la manipulación. En esta obra vemos una idea plasmada, tan puramente como ésta puede serlo, sin intención alguna de manipular al público que la observa.[pic 1]

Sin embargo, el perfil romántico se caracteriza por su habilidad para pasar del escenario sublime a lo grotesco[6]. Paralelamente, Blake nos presenta a Nabucodonosor, alegoría del hombre que obedece, que pierde su libertad, y, como resultado se encuentra perdido, ha extraviado lo que lo hace ser. Es llevado a un estado animal. En sus facciones vemos el miedo, se encuentra dominado, temeroso. Es la representación del hombre que Blake encuentra a su alrededor cuando observa las calles de la Inglaterra del s. XIX, y que desprecia profundamente. Nuevamente vemos como el tipo de discurso que utiliza tiene la intención de denunciar. A su vez, pinta a Newton. Hombre rígido, dominado por la razón y que se encuentra preso de sus supuestas leyes inamovibles. Hombre que, si bien posee muchos conocimientos, ha perdido su libertad por haberse sometido a la razón. Es un hombre brillante sin duda alguna, sin embargo ha perdido su capacidad mental de imaginar y de dejar sus ideas llegar a un plan inmaterial, por lo que Blake lo plasma aparentemente soldado al piso, incapaz de levantarse. [pic 2][pic 3]

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