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Fabula China


Enviado por   •  30 de Agosto de 2012  •  539 Palabras (3 Páginas)  •  635 Visitas

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Fábula China. El valor de la honestidad

Se cuenta que allá para el año 250 A.C., en la China antigua, un príncipe

de la región norte del país estaba por ser coronado emperador, pero de

acuerdo con la ley, él debía casarse. Sabiendo esto, él decidió hacer una

competencia entre las muchachas de la corte para ver quién sería digna de

su propuesta. Al día siguiente, el príncipe anunció que recibiría en una

celebración especial a todas las pretendientes y lanzaría un desafío.

Una anciana que servía en el palacio hacía muchos años, escuchó los

comentarios sobre los preparativos. Sintió una leve tristeza porque sabía

que su joven hija tenía un sentimiento profundo de amor por el príncipe.

Al llegar a la casa y contar los hechos a la joven, se asombró al saber

que ella quería ir a la celebración. Sin poder creerlo le preguntó: "¿Hija

mía, que vas a hacer allá? Todas las muchachas más bellas y ricas de la

corte estarán allí. Sácate esa idea ins ensata de la cabeza. Sé que debes

estar sufriendo, pero no hagas que el sufrimiento se vuelva locura" Y la

hija respondió: "No, querida madre, no estoy sufriendo y tampoco estoy

loca. Yo sé que jamás seré escogida, pero es mi oportunidad de estar por

lo menos por algunos momentos cerca del príncipe. Esto me hará feliz"

Por la noche la joven llegó al palacio. Allí estaban todas las muchachas

más bellas, con las más bellas ropas, con las más bellas joyas y con las

más determinadas intenciones. Entonces, finalmente, el príncipe anunció el

desafío: "Daré a cada una de ustedes una semilla. Aquella que me traiga la

flor más bella dentro de seis meses será escogida por mí, esposa y futura

emperatriz de China"

La propuesta del príncipe seguía las tradiciones de aquel pueblo, que

valoraba mucho la especialidad de cultivar algo, sean: costumbres,

amistades, relaciones, etc. El tiempo pasó y la dulce joven, como no tenía

mucha habilidad en las artes de la jardine ría, cuidaba con mucha

paciencia y ternura de su semilla, pues sabía que si la belleza de la flor

surgía como su amor, no tendría que preocuparse con el resultado. Pasaron

tres meses y nada brotó. La joven intentó todos los métodos que conocía

pero nada había nacido. Día tras día veía más lejos su sueño, pero su amor

era más profundo. Por fin, pasaron los seis meses y nada había brotado.

Consciente de su esfuerzo y dedicación la muchacha le comunicó a su madre

que sin importar las circunstancias ella regresaría al palacio en la fecha

y hora acordadas sólo para estar cerca del príncipe

...

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