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GUERRA DEL GAS Y LUTO EN BOLIVIA


Enviado por   •  17 de Agosto de 2014  •  1.875 Palabras (8 Páginas)  •  354 Visitas

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OCTUBRE NEGRO Y LUTO EN BOLIVIA – 2003

INTRODUCCION

Octubre del 2003, Bolivia vivió la denominada “guerra del gas”. Por el mundo y a través de los medios informáticos se pasearon imágenes de un pueblo heroico y un Estado cortesano de las transnacionales acudiendo exasperadamente a su franja de seguridad: la coerción militarizada. En los noticieros internacionales - también locales- se sobredimensionaban las notas atractivas para los consumidores mediáticos (indígenas alzados, territorios sitiados, militares imitando a yankees en Irak, muertos y un presidente atarantado), pero sin tocar o tocando en forma adyacente las causas centrales del conflicto y que están relacionados con la propiedad y el destino del gas boliviano.

Por consiguiente y antes de ingresar al análisis de tales causas, conviene hacer un repaso de los principales hechos que antecedieron al conflicto y que se encuentran en los primeros días de septiembre, cuando el dirigente opositor, Evo Morales, desahució el Reencuentro Nacional de los Bolivianos que la Iglesia venía proponiendo desde hace algunos meses atrás. La negativa de Morales a participaren dicho evento se fundaba en el hecho de que el gobierno no aceptaba discutir el tema del gas y el aumento de los impuestos petroleros del 18% al 50%.Consecuentemente, anticipó que habrían masivas movilizaciones para recuperar el gas, fijando para el 19 de septiembre una gran marcha en la ciudad de Cochabamba (Los Tiempos, 1, IX, 2003)1.

Casi en forma simultánea (4, IX, 2003), desde Caracollo parte una marcha de campesinos de La Paz y la COR de El Alto, también reclamando por el destino del gas. Asimismo, desde Huarina, otro punto del territorio aymara, parte otra marcha hacia La Paz (6, IX, 2003), y Felipe Quispe anuncia un bloqueo movilizado contra la política gasífera del gobierno y otras medidas anti-populares (Ley de Seguridad Ciudadana, Código Tributario), lo cual parece expresar un cambio de táctica política, toda vez que en julio pasado su convocatoria al bloqueo de caminos había fracasado.

Estas marchas pacíficas arribaron a La Paz el día 9 de septiembre. La COR alteña, además de luchar por la defensa del gas, plantea una demanda local de rechazo al programa municipal de “recatastramiento” denominado: “Maya, Paya, Quimsa”, por ser atentatorio a la economía de los alteños. Y es con esta demanda que se declara paro cívico general en la ciudad de El Alto, que se cumple de modo firme y decidido.

Protestas por la no venta del Gas por Chile ¡No Gas por Chile!.

Por su parte los marchistas que se encontraban en El Alto, en un número aproximado de 2.000, se declaran en huelga de hambre en el Teatro San Gabriel de Villa Adela de El Alto, quienes, además de compartir las demandas generales que va generando el pueblo boliviano, demandan la liberación del dirigente campesino de Cota Cota, Miguel Huampo, preso por presunta participación

en el linchamiento de dos ladrones de ganado. Desde este piquete de huelga, los aymaras instruyen y organizan el bloqueo de caminos, enviando emisarios a las zonas rurales del departamento de La Paz.

Contrariamente, el gobierno trabaja en un plan para cumplir con las exigencias del FMI que sigue presionando para que el proyecto de exportación de gas, vía Chile, arranque a mediados del 2004. En consecuencia, el gobierno empieza a implementar una masiva campaña publicitaria sobre los supuestos beneficios que traería la exportación del gas a Norteamérica, anunciando la ejecución, primero, de 40 talleres de información en barrios populares de la ciudad de Tarija y, luego, 400 seminarios con grupos sociales del resto del país (La Razón, 12, IX, 2003). Lo que no reporta la prensa comercial es que el financiamiento de esta campaña persuasiva en favor de la exportación del gas, vía Chile, provenía del Banco Mundial que entregó diez millones de dólares al gobierno de Sánchez de Lozada. Más adelante, el 23 de septiembre, George W. Bush enviará a Otto Reich, su Delegado para Asuntos Hemisféricos, “para renovar su apoyo a la democracia y dejar un aporte global de 63 millones de dólares” (La Prensa, 24, IX, 2003).

A su vez, Sánchez Berzaín está actuando para que las FF.AA. despejen violentamente los bloqueos que se avecinan, situando a los efectivos militares – en un típico acto de guerra interna- en las carreteras del Altiplano aymara, con carpas y tiendas de dormir, más provisión de alimentos para varios días.

Las protestas se agudizan posteriormente se pide la renuncia de Gonzalo Sanchez de Lozada.

Entretanto, los bloqueos y movilizaciones se masifican. De manera que para el 15 de septiembre, con bloqueos de caminos en los Yungas y un paro cívico indefinido en El Alto, se inicia la “guerra del gas”. En este clima, Jaime Paz trata de amenizar el orden perturbado con su slogan “mar por gas”. Evo Morales denuncia que se tramita un “autogolpe” y advierte que “la eventual exportación de gas ‘por o para Chile’ encendería una guerra civil y que tal decisión sentenciaría el fin de la administración Sánchez de Lozada” (El Deber, 18, IX, 2003).

En la localidad minera de Siglo XX, “una multitudinaria marcha de protesta en la histórica Plaza del Minero pidió la renuncia del Presidente, acusándolo de alta traición a la patria” (La Patria, 20, IX, 2003). Esta es la primera vez que una concentración popular demanda la renuncia del Goni y nadie imaginó que días después se tornaría en la consigna central de los “defensores del gas”.

En Sorata -donde habían 3.000 viajeros bloqueados desde el 14 de septiembre- un “operativo rescate” comandado por Sánchez Berzaín, deja seis muertos, enlutando nuevamente al país. Las escaramuzas se esparcen hacia Ilabaya y Warisata, donde mueren otros indígenas. Por esto, ahora, los aymaras exigen la renuncia del ministro Sánchez Berzaín,

rechazan al diálogo

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