Glosas sobre Manuel Belgrano

Palabras

El 13 de febrero de 1812, se solicita la creación de la escarapela nacional, lo que se hace efectivo por parte del Triunvirato por decreto del 18 de febrero de 1812.

De modo que el primer símbolo que se crea es la escarapela. Pero, inmediatamente, se advierte que se necesita una bandera, para izar en la inauguración de las baterías de artillería. Se decide así mandar a hacer una, sin solicitar el previo consentimiento del Triunvirato. Necesitaban un símbolo, que motivara a sus soldados y a la población, detrás de un ideal.

La bandera es un emblema, un elemento con el que cada Nación se siente identificada. Celeste y blanco son los colores que nos representan en todo el mundo desde que nuestra bandera fue izada por primera vez a orillas del Paraná.

La fecha que recordamos hoy nos invita a traer a nuestra memoria la figura de un hombre que, a lo largo de la historia y los hechos que hicieron grande a nuestra patria, es indudablemente modelo de honradez, de humildad, de patriotismo, por sobre todo ejemplo en cuanto a ser fieles a sus creencias, ideales y principios. Manuel Belgrano fue el creador de la Bandera, símbolo que nos identifica como país y que nos representa en el mundo.

Belgrano hizo sus primeras letras en la Basílica de Santo Domingo, a metros de su casa, luego pasó al Real Colegio de San Carlos y a los 16 años fue enviado a estudiar a España, se inscribió en la Universidad de Salamanca y luego en la de Valladolid, donde se graduó en leyes.

En 1794 regresó como secretario del Real consulado de Buenos Aires.  Desde su cargo combatió el sistema comercial español que favorecía el monopolio de los comerciantes de Cádiz. También fomentó los medios para desarrollar la agricultura y la industria; además de un plan de educación pública que incluía la instrucción de las mujeres y escuelas gratuitas para todos.

En 1806, durante la Primera invasión inglesa, participó como integrante de las milicias que fracasaron en la defensa de la ciudad. “No busco glorias, sino la unión de los americanos y la prosperidad de la Patria” dijo, y así lo hizo. Sin ser militar se hizo cargo de un ejército y marchó a luchar por defender a su patria, demostrando su gran capacidad como estratega.

En 1810 renunció al cargo de secretario y el 25 de mayo participó como vocal en la Primera Junta, elaborando las bases para un plan secreto de operaciones que Moreno redactó.  

Belgrano estaba seguro de que el “fundar escuelas es sembrar en las almas”, y que “la enseñanza es una de las primeras obligaciones para prevenir la miseria”, por ello donó 40.000 pesos, dinero que le había proporcionado el gobierno por su campaña al Alto Perú, con el objetivo de crear cuatro escuelas. Pensó en el tipo de educación que quería, pensó en que los docentes debían recibir sueldos dignos por su trabajo. Según él, el Estado tenía la obligación de hacerse cargo de la educación, sobre todo en el aspecto económico.

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