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Gobierno De Don Carlos Antonio Lopez


Enviado por   •  4 de Noviembre de 2013  •  2.238 Palabras (9 Páginas)  •  3.719 Visitas

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Introducción

El presente trabajo trata acerca de El Gobierno de Don Carlos Antonio López, siendo el mismo destacado por varias reformas contribuyentes al progreso del país en los aspectos políticos, económicos y sobre todo culturales.

Durante 18 años de gobierno Don Carlos Antonio López tuvieron lugar varios acontecimientos y realizaciones tales como: el desarrollo económico y social del país.

Y en el plano cultural debe resaltarse las iniciativas de dotar al país de un Himno Nacional, favorecer la formación de artistas, la instalación de imprentas y el resurgimiento de la vida social.

Gobierno de Don Carlos Antonio López

Terminando el gobierno Consular se decidió elegir un Presidente siendo elegido Don Carlos Antonio López primer Presidente Constitucional de la Republica por periodo 1844-1854. Al termino de dicho periodo, fue reelegido dos veces, una por tres (1854-1857) y otra por diez años (1857-1867), no pudiendo completarse esta tercera etapa de su presidencia por su fallecimiento.

EL Asunción al poder de Don Carlos Antonio López

. A la muerte de Francia se produjo un vacío de poder. La máxima representación del poder absoluto había muerto y el sistema no preveía sucesores ni continuadores. La persona de dictador era la sustancia misma del poder: desaparecido este, nadie podía reemplazarlo, ni en la representación ni el ejercicio absoluto del poder. Por un tiempo se desato una crisis de gobernabilidad. El mismo día de su muerte, el 20 de septiembre de 1840, muchos de los hombres más cercanos al dictador se sintieron heredados. Así, el fiel Policarpo Patiño (m. 1840) intentó ocupar este vacío, lo mismo que el juez ordinario Manuel Antonio Ortiz. Al final, los comandantes de los cuarteles de Asunción definieron la situación, conformando una Junta Provisional presidida por el alcalde Ortiz y compuesta por los comandantes de los cuatro cuarteles de Asunción, y quedando Patiño como su secretario. La junta debía convocar, a la mayor brevedad posible, un congreso, pero pasaron los días y los meses. Como la junta se mostraba remisa a esa convocatoria, el 22 de enero un golpe militar comandado por el sargento Romualdo Duré la distribuyó e instauró un Triunvirato, integrado por José Medina, José Gabriel Benítez y José Domingo Ocampos.

Para entonces se había acercado a Asunción, desde su auto confinamiento, Carlos Antonio López (1787-1862), abogaba que a principios de la dictadura francista se había retirado a su establecimiento ganadero en Villa del Rosario.

Desde su propiedad de Trinidad, seguía atentamente el curso de los acontecimientos. López, que mantenía amistad con el comandante Mariano Roque Alonso (1792-1853), del cuartel de San Francisco, participó con este en un pronunciamiento militar el 9 de febrero de 1841: el objetivo era derrocar al Triunvirato, cuyos componentes no consideraba aptos para el gobierno.

Como resultado directo del golpe se creó la Comandancia General de Armas, siendo ungido Alonso al frente de la misma, mientras López asumía como secretario del nuevo gobierno provisional. López destacaba no solo por sus luces, que contrastaban grandemente con la opacidad demostraba por los militares y por otros funcionarios de gobierno, sino por una capacidad política poco frecuente. El nuevo gobierno adelantó la fecha de la celebración del congreso para el 12 de marzo de 1841, y Carlos Antonio López desarrolló una intensa actividad política al objeto de lograr que se lo tuviera en cuenta.

El congreso decidió crear un nuevo gobierno cívico-militar, bajo la antigua forma del consulado, como en 1813. Como cónsul militar fue nombrado Alonso, y como cónsul civil, López, con mandatos por tres años. Se autorizó la iniciación de relaciones con los países vecinos y se dispuso la formación del Cuerpo Municipal.

La lucha por el reconocimiento de la independencia

La política de Argentina y del resto de los países arribeños que obligó a Paraguay a encerrarse dentro de sus fronteras no había variado mucho.

López sabía que la lucha con el gobierno argentino por el reconocimiento de la Independencia nacional pasaba por el reconocimiento de otras naciones, particularmente por las metrópolis europeas; por ello necesitaba de una declaración oficial de la Independencia de Paraguay. El congreso reunido en 1813 había declarado la Republica, asumiendo la Independencia paraguaya, pero no había existido una declaración oficial de emancipación. La Argentina de Rosas seguía considerando a Paraguay una provincia rebelde.

Los cónsules convocaron un congreso extraordinario, el 25 de noviembre de 1842, cuya tarea seria renovar y ratificar de modo solemne la declaración de Independencia. La misma histórica proclamación establecerá la obligatoriedad de los juramentos de las autoridades a defender la independencia e integridad de la Republica paraguaya; asimismo fueron aprobados la bandera, los sellos y demás símbolos de la nación. Aprobada el acta, se trató de la organización judicial, especificando jueces y fijando fueros y procedimientos. Se proclamo la libertad de vientres de las esclavas desde el 1 de enero de 1842. Los libertos servirían a sus patrones hasta cumplir los 25 años, para luego ser liberados de toda propiedad.

La declaración de Independencia fue enviada a los gobiernos de Buenos Aires, Brasil, Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos y el Vaticano. El primer país en reconocerla fue la Republica de Bolivia. Pero las negociaciones con el gobierno porteño no dieron los mismos resultados: mientras otros Estados latinoamericanos y europeos fueron reconociendo la Independencia, Argentina no la reconocería hasta después de la caída de Rosas.

La apertura de Paraguay

En octubre de 1842 llegó a Paraguay un enviado confidencial de la reina de Inglaterra. George Robert Gordon, el primer agregado de la legación británica en Rio de Janeiro, realizó su largo viaje acompañado por dos compatriotas, vía Uruguay y Misiones. Pese a un pedido especial del ministro británico en Buenos Aires, no se les permitió navegar por el rio Paraná. Si bien la misión de Gordon no revestía carácter oficial, tenía la tarea de revelar datos sobre Paraguay con miras a entablar relaciones diplomáticas. Pero el gobierno no se resolvió a concretar tratados comerciales por considerarlos todavía extemporáneos y por dudar de la representación oficial de Gordon. Un año más tarde, como respuesta a la correspondencia enviada a su majestad británica, el ministro plenipotenciario congratulaba al gobierno

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