Guerra Independencia

La generación espontánea

Una de las primeras explicaciones que el hombre le dio al problema del origen de la vida, es la que señala que muchos seres vivos, sobre todo aquellos relacionados con suciedad, agua y polvo, aparecieron en forma repentina y espontánea, como resultado de fenómenos físicos y químicos de la materia inerte ( sin vida).

En Egipto y Babilonia, la gente creía que los ratones, sapos y algunas víboras se formaban en el lodo del río Nilo. También afirmaban que algunos insectos como moscas, abejas y ciertas larvas provenían del sudor, los gusanos de la descomposición de los alimentos y los microbios del agua en putrefacción.

Esta teoría, que predominó por casi 2.000 años, también se le conoce como Teoría Abiogenética y entre sus principales defensores se encuentra Aristóteles.

Aristóteles fue un filósofo griego que vivió entre los años 384 a 322 a.C., él propuso la teoría de que los seres vivos provienen de otros seres idénticos a ellos, aunque también pueden provenir de la materia inerte. Escribió numerosos documentos y en ellos describe muchos ejemplos de generación espontánea: moscas que aparecen del lodo y peces a partir de algas en descomposición. Él explica este hecho de la siguiente manera:

“Todo ser está formado por un principio pasivo que es la materia y un principio activo que le da forma y vitalidad. Así, el lodo es el principio pasivo, y unido a él, existe un principio activo capaz de darle forma y vida al nuevo ser”. Aristóteles consideró que tenían principio activo la luz solar, la carne en putrefacción y otras sustancias capaces de originar seres con vida.

Otro defensor de la generación espontánea fue el médico belga del siglo XVIII Jean Baptiste Van Helmont. Él propuso una receta para producir ratones en 21 días, ésta dice así:

“Tómese una camisa sucia y déjese en ella unos granos de trigo por 21 días en un lugar oscuro, aparecerán con seguridad algunos ratoncitos”. Para él el principio activo se encontraba en el sudor humano de la camisa.

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