HISTORIA DE LA HERBOLARIA TRADICIONAL MEXICANA

HISTORIA DE LA HERBOLARIA TRADICIONAL MEXICANA

Filomeno Ambris Mendoza

Noviembre 2012

La herbolaria es la práctica de la curación o prevención de enfermedades que se desarrolla a partir del uso de plantas medicinales. Su práctica es tan antigua como la humanidad misma. Es uno de Los rasgo de la evolución humana que permitió mayor sobrevivencia y conformar las grandes culturas de la antigüedad. Las culturas mesoamericanas, aunque no son las más antiguas tuvieron un manejo herbolario bastante importante.

Actualmente el concepto se entiende por fitoterapia como ciencia, y como tal, realiza un estudio cuyo objeto es todo material de origen vegetal con utilidad o finalidad terapéutica en el sentido propio de la terapéutica, la prevención, atenuación o curación de un estado patológico. Por procedimientos galénicos, de la materia vegetal se obtiene el fitofármaco.

La ubicación dentro de las ciencias modernas se encuentra en el ámbito de la medicina y se relaciona estrechamente con la botánica y en esta en la fisiología vegetal donde se estudia del metabolismo secundario vegetal. La farmacéutica tiene su aproximación a la fitoterapia mediante la farmacognosia, que da cuenta de los constituyentes químicos de las plantas o de sus órganos o partes y de las propiedades farmacológicas de estos. La Fitoterapia moderna, se basa en el conocimiento de la Farmacología, y considera los aspectos farmacodinámicos y farmacocinéticos de los fitomedicamentos basados en plantas medicinales y en estudios preclínicos y clínicos, sin dejar de lado el conocimiento empírico ancestral y la experiencia de prueba y error heredada de las pasadas generaciones. La fitoterapia es ejercida por médicos y por las nuevas generaciones de profesionales de la medicina alternativa como fitoterapeutas, acupunturistas, homeópatas, naturópatas, entre otros. La fitoterapia entonces comprende el estudio y la utilización terapéutica de plantas medicinales, recursos homeopáticos (vegetales), fitofármacos (incluye las algas que se denominarían ficofármacos [el cursivo es mío]) y fungifármacos, término ya propuesto para los derivos curativos de los hongos.

Las terapias de la Medicina Tradicional incluyen terapias con medicación, si implican el uso de medicinas con base de hierbas a partes de animales y/o minerales, y terapias sin medicación, si se realizan principalmente sin el uso de medicación, como en el caso de la acupuntura, las terapias manuales y las terapias espirituales. La OMS la define como: "la planta que en uno o más de sus órganos contiene sustancias que pueden ser utilizadas con fines terapéuticos." Para su denominación de las plantas medicinales así como las drogas que de ellas se obtienen, se identifican convencionalmente con la nomenclatura binomial linneana escrita en latín seguido del autor botánico (Camellia sinensis (L.) Kuntze); y para el caso de las drogas un ejemplo válido sería Ginkgo folium Hau (para referir a la hoja de Ginkgo) mucho por trabajar en el campo taxonómico.

Restos arqueológicos en Shanidian, Iraq revelan la presencia de granos de polen de plantas aún en uso hoy día en medicina oriental con una antigüedad de unos 60.000 años; indicativo todo ello de que Homo neanderthalensis podría haber tenido unas nociones básicas del uso de plantas (mielenrama, cola de caballo, Ma-Huang, etc). Los primeros usos curativos de las plantas se remontan a unos 10.000 años en la India.

En la América Precolombina hay una historia herbolaria de al menos 3,500 años de antigüedad que según los autores podría tener entre 4,000 y 5,000 años. Sin importar cual teoría del origen del hombre americano sea la más acertada, seguro es que entre sus saberes los primeros pobladores de América traían consigo una cultura herbolaria básica para la sobrevivencia. Este hecho se puede rastrear comparando las cosmovisiones compartidas con los pueblos asiáticos, las cuales son muy similares.

La historia de la herbolaria en México se subdivide en diferentes épocas, cada cual con su aporte, a saber: prehispánica, colonial, independiente, republicana, moderna y contemporánea.

a) Época prehispánica.

Los restos arqueológicos más antiguos en territorio mexicano donde podemos hoy contemplar imágenes de plantas, ya diferenciadas por sus propiedades curativas, pertenecen a la cultura llamada teotihuacana. Cerca del año 300 de nuestra era, se pintaron unos bellos murales en Tepantitla (estado de México) en el edificio que se cree era dedicado al dios Tláloc, el dios de la lluvia. En el muro superior de este fresco podemos observar a la diosa Xochiquetzál de la cual surge una planta florida, un árbol con flores que se eleva por encima de la deidad. Entre las ramas de estas plantas revolotean mariposas, arañas y pájaros. En el extremo inferior derecho de este mismo mural, encontramos la primera muestra gráfica de la herbolaria medicinal indígena, que representa una pequeña figura humana de piernas cruzadas que parece soplar a través de uno de los tallos sobre un recipiente del cual bebe un hombre recostado que conserva aún su tocado de papel en la cabeza y tiene el cuerpo pintado de azul (Castillo 2004).

La conquista trajo consigo la destrucción de la cultura y la herbolaria no fue la excepción. Se ha rescatado la historia a través de los códices como el Badiano y el Florentino, donde se describen las plantas y sus propiedades curativas. Comprende los saberes de los diferentes pueblos: mexica, maya, nahoas, mixtecos y zapotecos entre otros. El destino del conocimiento forma parte de la medicina alópata y la otra siguió formando parte de la cultura de los pueblos conquistados, esta es la que ahora se conoce como herbolaria tradicional.

En el México precolombino el saber de la herbolaria se transmitía de dos formas: la oral y en el Calmécac, estos eran los centros educativos para formarse como médico sacerdote o a la curación. Los candidatos al oficio de la medicina dependía de la fecha de nacimiento, de la revelación de los sacerdotes, la presencia de una característica corporal específica como una deformidad. La actividad que desempeñaba el médico era variada pero era básico el conocimiento de las propiedades medicinales de la plantas y animales, además trataban fracturas y luxaciones, curar yagas, úlceras, gota, cirugía de carnosidad de ojos (Guzmán, 1992 en Gutiérrez, s/f). También debía saber hablar el lenguaje de los espíritus (el nahuallatollli), curar las diferentes enfermedades causadas por brujería, la manera de producirlas, poder ver el pasado y vislumbrar el futuro, conocer el mundo sobrenatural, y tener la capacidad de ir a dicho mundo y regresar a salvo

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