Historia De Una Profesion

HISTORIA DE UNA PROFESIÓN

ALBERTO ARNAUT

“Los maestros de educación primaria en México, 1887-1994.”

Este libro se divide en siete capítulos donde se describe los hechos que fueron revolucionando la profesión docente a través de los años.

Capítulo I “Origen de la profesión”. En los principios del México independiente el ingreso a la profesión docente era autorizado por los ayuntamientos, así como por los gobiernos de los estados, esto a partir de una serie de exámenes que se les realizaban a las personas que pretendía ingresar al magisterio, de tal forma que se le nombraba "Profesión libre", ya que sólo se daba licencia a las corporaciones que podrían tener bajo su mando la instrucción elemental.

Luego de un tiempo los ayuntamientos consolidan su facultad para autorizar el ejercicio de la docencia, con lo cual se ve claramente la tendencia hacia la transformación del magisterio en una profesión de Estado. Y por los años de 1910 se intento centralizar y uniformar la instrucción primaria. Por otro lado se empezó a hablar de la necesidad de exigir título profesional a los docentes, por lo cual se le otorgó a la Escuela Normal para Profesores (ENM) la facultad de autorizar el ejercicio de la docencia, de igual forma nace como un medio para centralizar y uniformar la enseñanza como ya lo mencione.

Capítulo II “Los maestros en la revolución” (1910-1919).” La participación de los maestros en la revolución fue muy diversa, ya que hubo maestros que se incorporaron al movimiento armado, y algunos seguían con su labor docente. Los cuales fueron afectados por el gasto militar, pues se les retrasaron sus pagos salariales y en algunos casos hasta suspendidos. Durante esta periodo hubo una mayor inestabilidad en las condiciones de trabajo: en el empleo, en el irregular pago de los sueldos, en la movilidad del magisterio en el servicio, y a pesar de se amplió las oportunidades políticas para el éste.

Además de la participación de los maestros en la Revolución, el autor menciona en este segundo capítulo, que los normalistas siempre quisieron ser distintos y ser como los universitarios, querían constituir un grupo profesional diferente al resto de los profesionistas para lograrlo.

La enseñanza normal era asunto del Estado; en cambio, la educación superior, aunque también le interesaba al Estado, requería un considerable margen de autonomía. La normal tenía que difundir la lengua nacional, historia y valores cívicos contemplados en el programa de educación obligatoria; la universidad, en cambio, contribuía a la investigación y reflexión filosófica, actividades que hasta la fecha requieren libertad absoluta.

Capítulo III “Los maestros y las normales de los gobiernos

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