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Intervenciones Extranjeras En México


Enviado por   •  8 de Noviembre de 2014  •  4.095 Palabras (17 Páginas)  •  1.188 Visitas

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Las intervenciones extranjeras en México 1825-1916

Introducción

Se conoce como intervención al acto mediante el cual un estado intenta negar o lesionar la soberanía nacional de otro Estado independiente, con el objetivo de obligarlo a adoptar medidas, compromisos o actitudes contrarias a su voluntad.

PRIMERAS INTERVENCIONES: POINSETT, BUTLER Y EL IMPERIALISMO OFICIOSO COMO FUENTE DE INTERVENCIONISMO, 1825-1836

El primer agente diplomático extranjero acreditado ante el gobierno mexicano fue Joel R. Poinsett, ministro plenipotenciario de los Estados Unidos desde 1825, cuya misión esencial consistía en convencer al gobierno mexicano a vender Texas a los Estados Unidos.

La competencia entre las diplomáticas de las grandes potencias incito en diversas ocasiones a sus representantes a ir más allá de de sus instrucciones, y a tomar decisiones en el terreno sin consultar a sus respectivos gobiernos.

Poinsett y el rito de York

Hacia 1825 la masonería había penetrado en el país, y su forma de organización, la logia, había sido adoptada por los políticos mexicanos como una estructura básica de organización para agrupar a gente con ideas y metas políticas afines, así como para difundir una ideología política y trabajar para obtener posiciones importantes en el gobierno.

A raíz de la creación de la logia yorkina, la vida, política mexicana cayó en una encarnizada lucha entre yorkinos y escoceses que llevo al rompimiento de la estabilidad interna y al inicio de las sucesivas guerras civiles que aquejaron al país hasta la década de 1870.

La participación de Poinsett en la creación de la Logia yorkina constituyo la primera intervención extranjera de importancia en la historia de México.

El chantaje como arma diplomática: Anthony Butler

En enero de 1830 llegó a México, Anthony Butler, con la misión de restablecer la armonía entre los dos gobiernos luego del escándalo provocado por Poinsett, concluir los tratados de límites y comercio y convencer al gobierno mexicano de vender Texas.

En 1833, el ministro Butler presento al gobierno mexicano un documento en el que exigía un pago exorbitante por reclamaciones de ciudadanos norteamericanos, con lo que pretendía que los mexicanos se vieran obligados a ceder el estado de Texas.

La estrategia intervencionista de Butler, si bien no ofreció los resultados esperados, si ocasionó un gran daño al gobierno mexicano. El estallido de la rebelión de Texas en 1836, que llevaría a ese territorio a separarse de México, hizo inútiles las intrigas y maniobras de Anthony Butler, además, su gobierno lo retiró ese mismo año.

Sin embargo, su gestión diplomática tuvo graves consecuencias para el futuro, pues el nuevo ministro norteamericano, Pawhatan Ellis, llevo a la ruptura de las relaciones diplomáticas entre los dos países y los colocó a un paso de la guerra.

INVASIÓN DE BARRADAS

Las pretensiones imperiales de Fernando VII

En noviembre de 1825, la Armada mexicana logro derrotar al último reducto de tropas españolas que se encontraban acantonadas en la fortaleza de San Juan de Ulúa, en Veracruz.

No obstante los esfuerzos mexicanos, el gobierno de aquella nación se negó rápidamente a reconocer la existencia de México.

En el periodo presidencial de Guadalupe Victoria (1824-1829), los políticos mexicanos que formaban parte de la Logia de York de opusieron a la permanencia de los españoles que residían en México, a quienes consideraban como un peligro.

Las conspiraciones españolas

En 1827, el gobierno mexicano descubrió la existencia de una conspiración encabezada al fraile Joaquín Arenas, quien pretendía lograr el apoyo de los españoles residentes en México para derrocar al gobierno establecido y restaurar la soberanía española en México.

La expedición

Al frente de la expedición se nombro al brigadier Isidro Barradas, los expedicionarios partieron de Cuba en 40 buques de transporte. La expedición se vio obligada a atacar el puerto de Nueva Orleans, desde donde reemprendió la marcha hacia México, adonde llegaría con tan solo 3000 hombres.

El desembarco

El 26 de julio los expedicionarios desembarcaron en Cabo rojo, al norte de Veracruz.

Respuesta de México y la ofensiva final.

El presidente Vicente Guerrero, lanzó una proclama a todos los mexicanos invitándoles a unirse en la defensa de la patria y designo al brigadier López de Santa Anna para comandar las fuerzas mexicanas, Santa Anna emprendió el ataque a Tampico de Tamaulipas, que era defendido por cerca de 600 soldados españoles.

En la madrugada del 11 de septiembre, Santa Anna arribó con sus tropas al Fortín de la Barra, los solados españoles de defendieron con tenacidad y desesperación, frente a los repetidos asaltos a bayoneta de los mexicanos.

Al concluir la batalla, el brigadier acepto la capitulación, firmándose el día 11 de septiembre el Convenio del Pueblo Viejo, por el que Barradas se comprometía no tomar otra vez las armas contra México y a no volver a invadir a la República Mexicana.

Consecuencias de la Invasión

La invasión de Barradas constituyo el último intento de la monarquía española por recuperar su posesión de sus colonias americanas en el siglo VXIII. El triunfo sobre los invasores españoles contribuyó a afirmar la conciencia de la ciudadanía en torno a la independencia de la nación y a fortalecer los lazos de identidad entre los mexicanos.

PRIMERA INTERVENCIÓN FRANCESA 1838-1839

“GUERRA DE LOS PASTELES”

Antecedentes

Una vez consumada la independencia, el primer paso de la política exterior de la nueva nación fue el de negociar y obtener el reconocimiento oficial por parte de las principales potencias del momento: Inglaterra, Francia y los Estados Unidos.

Debido a esta necesidad de reconocimiento, México firmó tratados de libre comercio, primero con Inglaterra en 1825, y después con los Estados unidos y otras naciones europeas. El gobierno francés, se negó a firmar un tratado debido a que, los Borbones, eran parientes cercanos del rey de España, Fernando VII de Borbón, quien siempre se negó a reconocer la independencia de sus antiguas colonias de América.

En 1830 la llamada Revolución de Julio destronó en Francia a los Borbones y colocó en el trono a Luis Felipe de Orleans, quien concedió su reconocimiento a México.

Sin embargo, para entonces los mexicanos ya se habían percatado de las grandes desventajas que implicaba el libre comercio con los países industrializados y poseedores de grandes flotas mercantes. México, al no tener industria ni flota mercante, no podía competir en el mercado internacional.

A pesar de los

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