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Juan Vicente Gomez


Enviado por   •  3 de Septiembre de 2012  •  3.071 Palabras (13 Páginas)  •  645 Visitas

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Transcurrido el siglo XIX marcado por una pugnacidad sin límites que, a la postre, condujo a graves situaciones de anarquía, muchas veces manifestada bajo la contemplativa mirada de gobiernos débiles y de escasa representatividad -que luego dieron paso a dictaduras más o menos consolidadas, o a sistemas autocráticos y personalistas, que provocaron intensas y costosas guerras civiles- la sociedad venezolana se aprestó, de una vez a adherirse a un proyecto democrático que resguardara, en lo adelante, las garantías constitucionales y legales suficientes que no permitieran un retorno a ese oscuro pasado. En diciembre de 1935, con la muerte de Juan Vicente Gómez, se puso fin a una de las más férreas dictaduras de la historia del país y culmina el período que llamamos el "caudillismo" para iniciar una transición hacia la democracia. El general Eleazar López Contreras, ministro de guerra y marina quedó encargado de la presidencia hasta el final del período de Gómez, el 19 de abril de 1936. Sus sucesores, Eleazar López Contreras (1936- 1941) e Isaías Medina Angarita no pudieron evitar, a pesar de sus marcadas acciones encaminadas a democratizar la sociedad venezolana, que nuevamente la misma se viera en lo adelante sometida a continuos golpes de estado protagonizados por juntas que se establecieron en el poder con carácter provisional, hasta el ascenso por esta vía a la Presidencia de la República del Coronel marcos Pérez Jiménez, uno de los artífices de la asonada castrista de 1948. Desde entonces fueron encarcelados y perseguidos todos los opositores, principalmente adecos y comunistas como resultado de la represión desatada por el gobierno de turno.

Tras la muerte de Gómez los militares andinos continuaron gobernando el país pero bajo la forma de gobiernos no personalistas, respetuosos de la legalidad y de las instituciones. En muchos aspectos estos gobiernos fueron la continuación del sistema institucional gomecista pero por la actividad de los jefes de estado significaron también el inicio de una transición sin pausa pero sin prisa hacia una democracia política. Los sucesivos gobiernos de los generales Eleazar López Contreras e Isaías medina Angarita en forma -hábilmente dosificada el primero y abiertamente el segundo- echaron las bases sobre las cuales se podía edificar una sólida democracia política y lograr el desarrollo económico y social del país. Durante este periodo se amplió el ejercicio de las libertades públicas, se concibieron y adelantaron planes coherentes de gobierno, y se crearon instituciones fundamentales para el buen funcionamiento del estado. Después del derrocamiento de Medina, una Junta Revolucionaria de Gobierno se encargó del poder. Apresuradamente, el nuevo gobierno dictó medidas de todo tipo para demoler el pasado e intentar construir una estado democrático sobre el principio de la participación popular. Pero el azar y la improvisación produjeron a la larga una mezcla de aciertos y desaciertos que no dieron bases firmes ni a la democracia política ni al desarrollo económico y social del país.

En las elecciones presidenciales resultó electo para el período 1936-1943, pero él mismo solicitó que se modificara la constitución para acortar el período a 5 años, es decir hasta 1941.Eleazar López Contreras, a pesar de haber sido heredero de un régimen dictatorial, que hubiera podido proseguir, decidió orientar el país hacia la democracia. López Contreras autorizó la libertad de expresión, permitió la existencia de partidos y sindicatos, reconoció el derecho a huelga, promulgó una ley de trabajo más moderna e instituyó el Seguro Social Obligatorio. Sin embargo, en marzo 1937, mediante un decreto ordenó la expulsión del país de Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Gonzalo Barrios, Jóvito Villalba y 43 dirigentes más. El año 1936 merece una mención muy especial por varios acontecimientos notables. En febrero, López Contreras presentó su programa de gobierno que reorientaba la nación hacia la democracia. En ese mismo mes, hubo muchas manifestaciones en contra de Félix Galavís, gobernador de Caracas y un connotado gomecista. López Contreras cedió a las presiones y lo destituyó. Era la primera vez en mucho tiempo que un gobernante cedía ante la presión popular.

En ese mismo año se fundaron varios partidos políticos, tales como el Partido Republicano Progresista (PRP) de corte comunista, la Federación de estudiantes de Venezuela fundada por Jóvito Villalba y la Organización Venezolana ORVE de Rómulo Betancourt. A finales de 1936, se inició la huelga petrolera que duró 43 días y que, a pesar de haber sido abortada con un decreto presidencial, marcó el principio del reconocimiento de los derechos obreros. Tal como estaba previsto, las elecciones se realizaron en abril de 1941. En aquel entonces, las elecciones no eran directas (es decir por el voto del pueblo), sino que se hacían entre los diputados y senadores del congreso. El ganador, con 120 votos, fue el candidato oficial, un general tachirense llamado Isaías Medina Angarita. El segundo candidato, el famoso escritor Rómulo Gallegos, quien contaba con mucha popularidad, obtuvo 13 votos. Esto puso en evidencia que el sistema electoral que se estaba utilizando no representaba la voluntad del pueblo, sino los intereses de grupos más reducidos.

AD actuaba como partido hegemónico con una política demagógica, prepotente y sectaria: hostigó a la oposición, acaparó los cargos políticos y fue intolerante con las críticas. El debate político cayo entonces en un clima de violencia verbal y de agitación permanente, por el sectarismo de AD y el creciente descontento de la población. Los militares por su parte, defraudados en sus expectativas y aspiraciones, se proclamaban a sí mismos "guardianes de la seguridad y la paz social en Venezuela". Luego de múltiples golpes se implantó un gobierno constitucional el cual estuvo a cargo de Rómulo Gallegos, que tuvo una corta presencia en el poder, pues el 24 de noviembre de 1948, los militares-ante una sorprendente pasividad de la ciudadanía- lo derrocaron fácilmente y sin derramamiento de sangre. Se instauro así un gobierno militar dictatorial que habría de durar 10 años. La junta militar que se constituyo entonces prometió la pronta restitución de la democracia "una vez hubiese restablecido el orden", pero pronto se fue prolongando, interesadamente, la tesis de que Venezuela aun no estaba preparada para la lucha ideológica entre los "partidos políticos"; que los civiles, protagonistas de esas luchas, había demostrado inequívocamente su incapacidad de gobernar el país; y que la democracia era un lujo para el país.

Al comienzo de su presidencia, el pueblo luchó en las calles contra las injusticias exigiendo terminar con la "herencia" gomecista. Los que canalizaban

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