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LAS CIUDADES MODERNAS Y EL CAPITALISMO


Enviado por   •  31 de Marzo de 2013  •  1.154 Palabras (5 Páginas)  •  400 Visitas

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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATOLICA DEL ECUADOR

SEDE IBARRA

ESCCUELA DE ARQUITECTURA

TEORIA DE LA ARQUITECTURA II

LAS CIUDADES MODERNAS Y EL CAPITALISMO

Las ciudades han ido creciendo de acuerdo a las necesidades humanas desde que estos decidieron asentarse formando agrupamientos estables. Es obvio que los asentamientos humanos, aún en sus formas más simples, requieren de un mínimo de acuerdos sociales para asegurar el equilibrio del grupo, y que de la fragilidad o solidez de dichos acuerdos depende la estabilidad necesaria para la convivencia adecuada. Por ello, la ciudad debe entenderse como un fenómeno vivo y permanente, íntimamente ligado a la cultura con la que comparte la característica de la complejidad.

En la actualidad, en el mundo en el que vivimos el modo de vida de los habitantes se ha visto afectada por el acelerado ritmo de las ciudades, para satisfacer el ritmo de vida que la sociedad exige.

Generalmente conforme van creciendo las ciudades el deseo de codicia de la población ha sobrepasado un deseo natural de bienestar personal.

La historia del capitalismo ha sido objeto de grandes debates sociológicos, económicos e históricos desde el siglo XIX. El comercio existe desde que surgió la civilización, pero el capitalismo como sistema económico no apareció hasta el siglo XVI en Inglaterra, en sustitución del feudalismo. Según Adam Smith, los seres humanos siempre han tenido una fuerte tendencia a "realizar trueques, cambios e intercambios de unas cosas por otras". De esta forma al capitalismo, al igual que al sistema de precios y la economía de mercado, se le atribuye un origen espontáneo o natural dentro de la edad moderna.1

Este impulso natural hacia el comercio y el intercambio fue acentuado y fomentado por las Cruzadas que se organizaron en Europa occidental desde el siglo XI hasta el siglo XIII. Las grandes travesías y expediciones de los siglos XV y XVI reforzaron estas tendencias y fomentaron el comercio, sobre todo tras el descubrimiento del Nuevo Mundo y la entrada en Europa de ingentes cantidades de metales preciosos provenientes de aquellas tierras. El orden económico resultante de estos acontecimientos fue un sistema en el que predominaba lo comercial o mercantil, es decir, cuyo objetivo principal consistía en intercambiar bienes y no en producirlos. La importancia de la producción no se hizo patente hasta la Revolución industrial que tuvo lugar en el siglo XIX.

Sin embargo, ya antes del inicio de la industrialización había aparecido una de las figuras más características del capitalismo, el empresario, que es, según Schumpeter, el individuo que asume riesgos económicos no personales. Un elemento clave del capitalismo es la iniciación de una actividad con el fin de obtener beneficios en el futuro; puesto que éste es desconocido, tanto la posibilidad de obtener ganancias como el riesgo de incurrir en pérdidas son dos resultados posibles, por lo que el papel del empresario consiste en asumir el riesgo de tener pérdidas o ganancias.

El camino hacia el capitalismo a partir del siglo XIII fue allanado gracias a la filosofía del Renacimiento y de la Reforma Protestante. Estos movimientos cambiaron de forma drástica la sociedad, facilitando la aparición de los modernos Estados nacionales (y posteriormente el Estado de Derecho como sistema político y el liberalismo clásico como ideología) que proporcionaron las condiciones necesarias para el crecimiento y desarrollo del capitalismo en las naciones europeas. Este crecimiento fue posible gracias a la acumulación del excedente económico que generaba el empresario privado y a la reinversión de este excedente para generar mayor crecimiento económico, lo cual generó industrialización en las regiones del norte.

EL CAPITALISMO MODERNO

Mientras que la legislación favorecía a la burguesía, la revolución industrial se embala a inicios del siglo XIX. Las producciones cada vez más importantes en volumen, y los productos cada vez más complejos, necesitan inversiones cada vez más grandes. Es el caso en la industria naciente, pero también en la agricultura donde las grandes máquinas hacen su aparición. La desviación creciente entre el coste de estas máquinas y los salarios, así como la limitación de los bienes comunes y la dureza del trabajo, contribuyen segmentando la sociedad en dos grupos muy distintos: los propietarios del capital, y aquellos a los que Marx llamará más tarde los "proletarios". Las fábricas se desarrollan, los campesinos son llevados desde sus campos para reunirlos en las ciudades y vender su fuerza de trabajo en la industria.

En un siglo, el triunfo del capitalismo industrial transformó una sociedad tradicional, rural y agrícola, en una sociedad urbana e industrial. El éxodo rural, combinado en la explosión demográfica, despobló los campos y los obreros llegaron para amontonarse en los suburbios de las grandes ciudades industriales. Esta concentración humana, asociada con la miseria obrera y con la desocupación, contribuye a la emergencia de la conciencia de clase en el seno del proletariado. Antes una miseria agrícola por lo menos igual, posiblemente a menudo peor no arrastraba tales problemas sociales a causa de la ausencia de concentración. Los paisajes se transformaron profundamente, las "ciudades hongo" se multiplican, los grandes centros económicos se reconstruyeron París por Haussmann, las regiones carboneras son desfiguradas, entre otros cambios tormentosos.

Siempre al plano social, el "capitalismo gerencial" (Alfred Chandler, La mano visible de los gerentes) que emerge a la vuelta de los dos siglos provoca nuevas distinciones entre "propietarios", "empresarios", "obreros" y "gerentes". Desde entonces, los provechos de los propietarios son cada vez menos legítimos y se emparientan a una renta, ya que no es más que la remuneración de su talento como emprendedor. No obstante, las familias ricas de rentistas son reemplazadas por empresarios de genio dados a fines del siglo XIX(Siemens, Edison, Ford y más recientemente Bill Gates), como la fue en su tiempo la nobleza.

Después de la Segunda Guerra mundial, un período de fuerte crecimiento económico, "Treinta Gloriosos" en Francia, lleva a numerosas economías del Norte a la sociedad de consumo, mientras que se impone una clase media, mientras que los niveles de vida tienden a uniformarse.

El último cuarto del siglo XX es marcado por la abertura creciente de los mercados financieros y por la nivelación de los niveles de vida. Los accionistas minoritarios se multiplican, el accionariado asalariado se desarrolla, así como los fondos de pensiones en los países anglosajones. Pero sobre todo, a finales del siglo XX es marcado por la caída del sistema económico alternativo ejercido en los países del "bloque comunista" teniendo en lo sucesivo economías de transición. El capitalismo entonces es dominante bajo su forma liberal, pero sectores con modos diferentes de funcionamiento coexisten, éstas representan entre el 50 y el 60% del PIB en los países desarrollados, lo que hace relativo el peso de la economía capitalista en estas sociedades.

BIBLIOGRAFIA:

(http://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_las_ciudades)

(http://es.wikipedia.org/wiki/Arquitectura_moderna)

(www.arqhys.com/construccion/ciudades-modernas.html)

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