La Encomienda

La encomienda fue una institución característica de la colonización española de América, establecida como un derecho otorgado por el Rey en favor de un súbdito español (encomendero) con el objeto de que éste percibiera los tributos que los indígenas debían pagar a la corona (en trabajo o en especie y, posteriormente, en dinero), en consideración a su calidad de súbditos de la misma. La encomienda dio como concecuencia lo que fueron las leyes nuevas, esto con el fin de que los indios tuvieran derechos y tuvieran una mejor condición.

Al comienzo de la encomienda, no existía ningún tipo de jurisdicción que garantizase los derechos de los indios, esto daba lugar a su explotación. Después de la conquista, los españoles comenzaron a tener ciertas inquietudes con los indígenas, pues no encontraban medios para que los indígenas se ofrecieran o que se dejaran contratar para hacer labores diarios. De aquí nació la idea en los españoles que los indígenas eran haraganes por naturaleza, que se conformaban con lo poco que tenían y no hacían mayor cosa por superarse, por eso se tomo la decisión de obligar a los indios a trabajar estos serian repartidos, esta se convirtió en el mecanismo principal de dominio de indígenas, con esto quedaron totalmente conquistados y garantizaba su explotación.

El repartimiento consistía que a cambio de un pago insignificante se obligaba periódicamente a los indígenas a trabajar por temporadas, una vez concluidas estas temporadas debían de volver a sus respectivas tareas y reunir el tributo que le debían pagar a la corona o a los encomenderos. El repartimiento de indios era justificado diciendo que los indígenas eran entregados a los españoles para que los españoles los cristianizaran.

No solo se daba la repartición de indígenas en aquel tiempo, sino también la repartición de tierras. Estas tierras eran clasificadas por la corona de la siguiente manera:

• La absoluta propiedad de la corona sobre todo los territorios descubiertos.

• Tierras bajo el dominio directo de la corona.

• Tierras de propios que eran las que les pertenecían a los pueblos.

• Tierras de propiedades privadas de los colonos.

En Guatemala, los jefes de expedición repartieron tierras a las que se llamo caballerías o peonias.

Bartolomé de las Casas fue quien demostró al rey de España que se podía evangelizar a los nativos e instruirlos sin necesidad alguna de torturarlos, matarlos o exponerlos a trabajos forzados. El rey accedió a organizar y crear leyes nuevas que regirían a los indios tanto como a los encomendadores. Estas leyes fueron un conjunto legislativo que pretendía mejorar las condiciones de los indígenas a través de la revisión del sistema de

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