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La educación durante la última dictadura militar argentina


Enviado por   •  15 de Marzo de 2023  •  Ensayos  •  2.364 Palabras (10 Páginas)  •  45 Visitas

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Un balance del lulismo

Introducción

En el presente informe nos proponemos abordar el periodo de presidencias de Luiz Inácio Lula da Silva en la República de Brasil. Durante sus dos mandatos, entre 2003 y 2011, el presidente brasilero de origen popular llegó al poder encabezando el Partido de los Trabajadores (PT), con un proyecto que parecía ser ambicioso, en cuanto a reformas sociales y económicas, que apuntaba a los sectores bajos de la sociedad brasileña.

Para analizar esta temática, decidimos abordarla desde algunas teorías socioeconómicas que nos permiten entender a Brasil como una pieza más (aunque de gran importancia en la región), con un papel determinado dentro del sistema mundial, haciendo referencia a las teorías del desarrollo. Desde esta posición, entendemos que los países latinoamericanos, incluido Brasil, tienen dificultades para su desarrollo, tal como lo expone la teoría de la dependencia al hablar de una desigualdad entre los países desarrollados y los subdesarrollados, desigualdad que no vería cambios en el futuro.

De esta manera, podemos encontrar en el periodo del lulismo un país que afronta dificultades para su desarrollo, no solo en el plano local, sino también en las relaciones internacionales. Y aquí Lula tendrá un papel determinante, intentando hacer frente a las potencias en los organismos internacionales, tales como la ONU. Esta es una variable interesante del periodo que analizaremos, ya que fue uno de los puntos fuertes del Brasil lulista.

Sin embargo, Lula no escapa a detractores de sus políticas, señalando que el crecimiento de las estadísticas de final del periodo no encuentran relación con la realidad.

El plano nacional

Desde que asumió la presidencia de Brasil, Lula se propuso comenzar una nueva era para el país, donde se hablaba de promover la igualdad en la sociedad brasileña, donde pese a los grandes recursos que posee el país, muchas familias se encontraban inmersas en la pobreza. Lula se presentaba como un líder que encarnaba la esperanza de las clases bajas de acceder a una vida digna.

Pero por otro lado, la política lulista alarmaba a los sectores empresariales y financieros tanto locales como extranjeros, ya que se preveía, debido a la orientación histórica de su partido, que el nuevo gobierno apuntara a políticas socialistas, en desmedro de medidas de libre mercado o capitalistas.

Por lo tanto, Lula se encontraba en una posición incómoda en cuanto a cuál sería el rumbo que tomaría su gobierno. Por un lado no podía defraudar a sus votantes, los cuales eran su más grande apoyo. Pero por otro lado, no podía ignorar completamente a las elites brasileras con políticas asistencialistas solamente dirigidas hacia las clases bajas. La salida por la que Lula opto fue en cierto modo pragmática, ya que intento fusionar los reclamos de estos dos sectores por el bien de Brasil y de su mandato, con miras a la reelección. Aun así, surgieron detractores ante esta maniobra, por ejemplo en su propio partido, donde muchos se sentirían traicionados.

Se observa, efectivamente, que Lula una vez en el poder procedió a una política no de izquierda radical y anticapitalista, sino una izquierda moderada, de centro izquierda. Así también se puede seguir una línea de continuidad con respecto al gobierno anterior de Cardoso, el cual estaba más emparentado con los intereses del capital. Como señalan en su artículo Palermo y de Menezes, Lula actúa sobre una base estable promovida por el mandato predecesor, al menos en términos estructurales. Pero a esta base se agrega la figura de Lula como fuente de legitimación social, debido al gran apoyo que recibe de las masas.

Lo que se observa en su periodo al frente del Estado brasileño es que Lula, en los hechos, favoreció un proceso de concentración económica, donde las grandes empresas y el Estado tomaron las decisiones importantes acerca del rumbo del país, aunque no se reconoce bien cuál de los dos actores tiene la última palabra (Palermo y Menezes, 2013).

Teniendo en cuenta que el gobierno de Lula dedicó buena atención a las necesidades de las clases bajas, es interesante para nuestro análisis introducirnos en el principal plan social de este período, el Programa Bolsa Familia.

El Programa Bolsa Familia (PBF) es un programa de Transferencias Monetarias Condicionadas para familias en situación de pobreza y extrema pobreza, con condiciones en las áreas de salud y educación. El mismo inició en 2003, y fue llevado adelante por el Ministerio de Desarrollo y Combate al Hambre (MDS). El programa apunta a familias cuyos ingresos son menores a 154 reales por persona. Las corresponsabilidades en materia de salud y educación que los beneficiarios deben cumplir tienen que ver con el cumplimiento del calendario de vacunación y controles médicos, y con la inscripción y adecuada asistencia de los hijos en edad escolar a los institutos educativos (Gazola Hellman, 2015). El PBF tuvo un impacto positivo en la sociedad brasileña, beneficiando a 13 millones de familias aproximadamente.

Si bien el PBF fue una buena política del periodo lulista (que incluso se mantuvo con el siguiente gobierno de Dilma Rouseff), esta se enmarca en un plan que apuntaba a la disminución de la pobreza y el desempleo en la población brasileña. Entre otros logros, podemos encontrar el aumento del salario mínimo y el descenso de la tasa de desocupación de un 10,5 % en 2002 a un 5,7 % en 2010, a raíz de la generación de empleo.

En otros términos económicos, Brasil vio crecer su economía durante el periodo lulista. Las estadísticas ya eran favorables desde los primeros años del nuevo mandato: mejoras de la balanza comercial y crecimiento del PBI, sumado a la cancelación de la deuda con el FMI en 2005.  

Como contracara de este crecimiento, se destaca una debilidad del modelo relacionada al sector industrial, el cual no recibió un apoyo significativo, principalmente las industrias de alto valor agregado. Esto significaba un retroceso en la industria comparado con un incremento de las exportaciones agropecuarias brasileñas.

Pero estos datos económicos no pueden reflejar la faceta social del rumbo de Brasil durante los gobiernos de Lula. Para esto, debemos prestar atención a los cambios que se produjeron en la sociedad brasileña.

En el periodo lulista apreciamos el ascenso social de millones de brasileños. En datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), los ingresos del 10% más pobre de la población crecieron un 91% entre los años 2001 y 2009, mientras que los ingresos del 10% más rico solo crecieron un 16%. A su vez, estos ingresos mejoraron comparativamente en zonas más atrasadas del país; también los ingresos mejoraron mas para las mujeres que para los hombres; y el crecimiento en el ingreso también favoreció a poblaciones de negros y mulatos por sobre los blancos (Tible, 2013).

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