Politica Agraria

La política agraria en Colombia, desigualdad y despojo.

Alejandro Mantilla Quijano

Equipo de Tierras y Territorios CEDINS.

Agosto de 2010

La política agraria aplicada en los últimos años es la suma de la desigualdad y el despojo.

Para explicar lo anterior, debemos examinar los principales rasgos del modelo:

1. La elevada concentración de las tierras productivas en pocas manos.

2. El despojo violento de la tierra y del territorio.

3. La promulgación de leyes que legalizan el despojo.

4. La eliminación de la institucionalidad que adoptaba medidas de distribución y

protección de la tierra, y la reducción de su presupuesto.

5. El proyecto (inconcluso) de obstaculizar o detener la adjudicación de tierras y

territorios.

6. La profundización de la actividad extractiva por sobre la vocación productiva.

7. Los cambios forzados en el uso del suelo agrícola.

8. La apertura a mayor inversión extranjera.

9. El proyecto de especulación financiera con la tierra y el territorio.

10. La contratación masiva de desplazados como “mano de obra barata”.

1.- La elevada concentración de las tierras productivas en pocas manos: Como ya lo

adelantábamos, en Colombia se evidencia una altísima concentración de la tierra. Un 0,43%

de los (grandes) propietarios es dueño del 62,91% del Área Predial Rural, mientras el

57.87% de los (pequeños y medianos) propietarios, tiene un 1.66% de la tierra1.

2.- El despojo violento de la tierra y del territorio: La propiedad concentrada de la tierra es

el principal rasgo de la agricultura colombiana, este rasgo es resultado de la política pública

1 Instituto Geográfico Agustín Codazzi y Corpoica, “Zonificación de los conflictos de uso de las tierras en

Colombia”, Volumen 4, Bogotá, 2002.

aplicada al sector y de los procesos económicos, pero también de la imbricación entre la

violencia persistente y la acumulación de capital.

En la historia nacional, especialmente en las últimas décadas, la concentración de la tierra

se acentúa gracias al desplazamiento forzado. De acuerdo con un reciente estudio, entre tres

y cuatro millones de personas se han visto obligadas a huir por causa de la violencia

dirigiéndose a otras regiones del país, mientras se calcula que al menos 500.000 personas se

habrían desplazado por estos motivos a países vecinos2. Colombia es considerado como el

segundo país en el mundo con mayor población internamente desplazada, se estima que

casi el 9% de la población nacional ha sido víctima de desplazamiento3. Este indicador

adquiere consistencia si tenemos en cuenta que en los últimos veinte años han sido

asesinadas más de 70.000 personas como consecuencia del conflicto armado4.

De acuerdo con los datos de la Procuraduría General de la Nación, un 76% de las personas

desplazadas tenía derechos vinculados con la tierra como propietaria, ocupante, poseedora

o tenedora. Mientras para entidades como la Conferencia Episcopal, CODHES y la

Contraloría General de la República este porcentaje aumenta entre el 76% y el 79%. Esta

estrategia de despojo representa alrededor de 7 millones

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