Resumen Libro Parte De Guerra

Tlatelolco 1968, un suceso que el pueblo de México nunca olvidara, un suceso que como muchos ha dejado marcado al pueblo, este libro como muchos que se han escrito nos relata la trágica noche que vivieron muchas personas que sobre todo eran estudiantes y que sin causa sus vidas fueron tomadas por militares que sin piedad jalaron el gatillo y dieron fin a sus vidas, pero que no solo fue a estudiantes sino que se tomó vida de otros inocentes entre ellos niños.

El libro nos comienza hablando de las fotografías que salieron a las luz después de 33 años que estuvieron guardadas celosamente, estas fotografías que fueron tomadas por alguien de adentro y cuyo nombre nunca se supo, así como la extraña muerte del líder estudiantil que aparece en una de esas fotos sometido, humillado, pero sobre todo golpeado, que saco a la luz todo lo que el presencio y vivió, cuya misteriosa muerte no se la ha podido dar una solución y que acto seguido el dueño de las fotos desapareció sin dejar rastro alguno, lo que da muchos motivos por el que pensar.

Nos relata que este suceso es recordado por:

• El movimiento y matanza a miles de personas, los presos políticos que hay surgieron, la trágica experiencia de los sobrevivientes, el famoso lema “2 de Octubre no se olvida” y el miedo que desapareció con el tiempo.

• Las víctimas pasan a ser las culpables de este crimen contra los derechos

• La famosa entrevista a Miguel de la Madrid quien intenta justificar el por qué no saco a la luz durante su mandato los archivos guardados acerca de este suceso.

La indignación que causo la carta que recibió el presidente Vicente Fox el 19 de Febrero del 20002 de parte del Secretario de Defensa en donde le jura lealtad como presidente.

Después de esta pequeña introducción nos habla del el Tigre Marcelino, Secretario de Defensa del presidente Díaz Ordaz, su hijo García Paniagua quien criticaba a todos los presidentes se expresa muy bien de su severo padre que respetaba y adoraba, recuerda los últimos momentos de su padre que murió de cáncer, como lo cuidaban y lo alimentaban. Marcelino fue un soldado de la Revolución en sesenta y siete combates, se incorporó al Colegio Militar. Reconocido como el primer cadete de su generación, fue premiado en Palacio: estaría a su cuidado la puerta de acceso al Presidente de la República, general Plutarco Elías Calles, quien sería combatiente en la guerra cristera en donde saldría victorioso, en 1992 es parte de la compañía de cadetes de Álvaro Obregón, y mucho más tarde sería el que estuvo presente en la matanza de Tlatelolco por órdenes del actual presidente, hecho por del cual nunca saco de su mente y relata que el presidente después de esto le enseño una carta en la cual planeaba suprimir las garantías individuales, carta que el destruyo ya que no le pareció.

Nos sigue contando de este hombre que fue director del Colegio Militar de 1940 a 1942. Pero que dentro de la escuela los estudiantes sufrían injusticias y maltratos de los mismos estudiantes y que incluso se llegaron a cometer asesinatos indirectos ya que algunos no aguantaban tales maltratos.

Se menciona el famoso caso de Jaramillo en el cual un campesino y su familia fueron asesinados brutalmente y que se le había dado la orden a este hombre de hacerlo pero no puedo y aun así mandaron a alguien más a matar a este campesino, realmente fue un caso que dejo marcado a todos los de Xochicalco, ya que se dice que lo mataron por que el presidente de Estados Unidos vendría a visitar nuestro país. Este hombre era una persona de fiar para el presidente.

El 31 de mayo de 19915 se cumplió el centenario del nacimiento de este famoso militar. Su hijo García Paniagua fue Director de la Federal de Seguridad, siempre llevara en la memoria a su padre que lo amo y lo respeto, el autor narraba que el auditorio de la Federal mostraba, a la entrada, la foto enorme de un tigre. Este animal, naranja y negro, imponía su estremecedora belleza. Tiempo después fue Secretario de Seguridad y Vialidad, en tiem¬pos del Presidente Carlos Salinas, tuvo a su lado a Miguel Nazar Haro. Policía de excepción, entrenado por los servicios de inteligencia de los Estados Unidos e Israel, instintivo, sabía de los cri-minales y sus pasos sigilosos lo que ningún otro investigador. Salió de la Secretaría por su fama turbia, represor, porque según se decía y aun torturador.

El 24 de marzo llego a manos del autor los documentos y testimo¬nios del que fue secretario de la Defensa Nacional en tiempos del Presidente Díaz Ordaz. El maletín que los contenía, café claro, de piel dura, de llave y combinación, estaba dividido en dos compartimentos. A la izquierda, hojas escritas a máquina y pliegos manuscritos; a la derecha los partes militares del general García Barragán y los infor¬mes correspondientes del jefe del Estado Mayor presidencial, gene¬ral Gutiérrez Oropeza.

Javier García Morales, hijo de García Paniagua, quien entregó el porta¬folio en casa del autor. Pronunció apenas unas palabras, pero lo que dijo hizo sentir contento al autor ya que igual que su padre se sentía orgulloso de la imagen paterna que tuvo.

García Barragán se formula preguntas que él mismo res¬ponde se imagina en una entrevista de prensa. Las preguntas abar¬can pliego y medio. Las respuestas, firmadas al calce una a una, rematan en la página número cinco, la última.

El autor nos narra que la auto entrevista tiene su propia cadencia. Las preguntas ini¬ciales son suaves y van subiendo de tono a medida que avanza el texto. Y según el queda un tema sin respuesta. Y que tal vez, quizá, algún día conocere¬mos la respuesta. ¿Intervinieron los Estados Unidos en el 68?

Al azar escogió un documento, sin fecha. Lo leyó febril, dolo¬rido, tantos años de espera y cierto de sorpresas amargas, duras. Comenta que lo que sus ojos iban leyendo, hasta que dio con un párrafo atroz, sin puntos y aparte.

El general García Barragán comienza con una pequeña narración seguida de unas preguntas de las que el mismo responde.

En estas preguntas si considera que estuvo mal lo que el ejército hizo pero no les quita responsabilidad a los estudiantes, así mismo que no culpa al presidente por todo lo sucedido. Además de que deja muy abierta la posibilidad de que realmente los Estados Unidos hayan tenido participación en este movimiento. Él se considera responsable del movimiento porque él fue el que dirigió más no el que lo ocasiono.

El primero de enero de 1978, bajo el título "La Verdad para la Histo¬ria", Marcelino García Barragán, de su puño y letra, escribió

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