ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Revolucion Francesa


Enviado por   •  5 de Marzo de 2012  •  2.314 Palabras (10 Páginas)  •  453 Visitas

Página 1 de 10

INTRODUCCION: Durante todos estos años del secundario escuchamos y entendimos la revolución francesa como un hecho trascendental en la vida de los hombres. Pero a pesar de ello nunca conocimos en profundidad cada uno de los aspectos que abarcó dicha revolución, siendo que esta tuvo influencias en todos los campos de la vida del hombre. Desde un punto de vista netamente histórico podemos afirmar que la revolución francesa significó el tránsito de la sociedad estamental, heredera del feudalismo, a la sociedad capitalista, basada en una economía de mercado. Pero sería insuficiente dicho concepto, y es mucho más acertado consagrar el hecho revolucionario de 1789 como el hecho que causó el paso de la edad moderna a la edad contemporánea, dando una relevancia aún mayor y convirtiendo un fenómeno local en un hecho relevante para todo el planeta. Todos los movimientos revolucionarios o independentistas que se produjeron durante estas fechas están marcados por una nueva ideología, por unas notas diferenciales que los distinguen de los fenómenos históricos que se produjeron en la Edad Moderna. Por otra parte también es valido destacar que los cambios, aun siendo revolucionarios, no significan la ruptura total con lo anterior, ni la aparición de realidades totalmente nuevas. El concepto de Nuevo Régimen constituye una realidad histórica coherente, cuyos supuestos políticos, sociales, económicos e institucionales se han mantenido hasta mediados del siglo XX.

Ante todo al hablar de revolución francesa debemos mencionar tal hecho histórico como una revolución. Y no revolución por su desarrollo o duración sino porque implicó transformaciones en todos los órdenes de la vida del hombre. Y no fue solo una revolución histórica que adorna el año 1789 sino que fue una revolución de carácter universal, eterna y verdadera. Muchos historiadores se manifiestan en contra de definir este hecho como una revolución, pero de qué otra forma podríamos catalogar un hecho que alteró el orden de la época. Esta revolución abarca un período de 10 años (1789-1799), durante los cuales se establecieron en toda Europa nuevas formas de organización política, social y económica, surgieron nuevos usos y costumbres y triunfaron nuevos modos del pensamiento y nuevas tendencias espirituales.

DESARROLLO: En primer lugar haremos una breve referencia a las ideas que gestaron la revolución. El final del siglo XVIII fue una época de trastornos en muchas partes de hemisferio occidental, trastornos que se pueden atribuir de una u otra forma al fermento de ideas conocidas como Ilustración. Estas ideas, reflejo de las necesidades y tensiones de una sociedad cambiante, se basan en el nuevo conocimiento científico del siglo XVII, que engendró una nueva fe en la razón y en el progreso.

Todo esto llevó a un rechazo de la autoridad y a una afirmación de los hombre, como seres que nacen libres, pero en todas partes están encadenados. Por otra parte estas actividades centralizadoras, que comenzó a practicar el régimen monárquico encontraron resistencia en todos aquellos que tenían intereses creados en el Antiguo régimen, Iglesias, gremios y corporaciones y, sobre todo, la aristocracia. Es aquí que en todas estas características mencionadas encuentran lugar las revoluciones, que aparecieron por primera vez en gran escala en las colonias inglesas de América. El ejemplo norteamericano fue una inspiración para los franceses, cuyas tropas habían peleado en el lado norteamericano en la guerra. Resumiendo podemos decir que La independencia de EEUU y el desarrollo de la revolución industrial, iniciada en la Gran Bretaña, son los otros dos grandes procesos que señalan esta transición histórica y que por ser anteriores a la revolución francesa, fueron causas de la misma. Otras causas que también hicieron a la revolución aunque en menor medida fueron: periódicas crisis económicas motivadas por las largas guerras emprendidas durante el reinado de Luis XIV, la mala administración de los asuntos nacionales en el reinado de Luis XV, las cuantiosas pérdidas que acarreó la Guerra Francesa en India y el aumento de la deuda generado por los préstamos a las colonias británicas de Norteamérica durante la guerra de la Independencia estadounidense.

En esa época, podríamos clasificar la sociedad francesa, en la que se distinguían tres estamentos o clases sociales:

1) El clero: era la primera de las clases sociales privilegiadas. Conservaba un gran prestigio e influencia. Además recibía los diezmos de los fieles, poseían extensas propiedades, que abarcaban la cuarta parte de la superficie de Francia, y como si fuera poco, no pagaban impuestos.

2) La nobleza: esta era la segunda clase privilegiada formada por un número de personas análogo al del clero, que poseían tierras de parecida importancia y extensión. Percibían de los campesinos, que vivían en sus tierras, los antiguos derechos feudales, y sólo pagaban impuestos en casos especiales.

3) En El Tercer Estado: se distinguían distintas categorías, alguna de las cuales había logrado privilegios. La capa superior del estado llano era la burguesía; la inferior, los obreros y campesinos. Estos últimos soportaban pesadas cargas que, en la generalidad de los casos, les privaban de las cuatro quintas partes del fruto de su trabajo. Debían pagar los impuestos al estado, el diezmo a la iglesia y los derechos feudales al señor.

Desarrollo de los hechos:

En 1788, la gravedad de la situación obligó a Luis XVI a llamar a Nécker (un banquero ginebrino de sólida fortuna personal y gran reputación como financista), quien sugirió al rey la convocatoria de los Estados Generales (una asamblea formada por representantes del clero, la nobleza, y el tercer estado), exigida también por el pueblo. Luis XVI accedió finalmente a celebrar unas elecciones nacionales en 1788. La censura quedó abolida durante la campaña y multitud de escritos que recogían las ideas de la Ilustración circularon por toda Francia. Nécker, a quien el monarca había vuelto a nombrar interventor general de Finanzas en 1788, estaba de acuerdo con Luis XVI en que el número de representantes del Tercer estado (el pueblo) en los Estados Generales fuera igual al del primer estado (el clero) y el segundo estado (la nobleza) juntos, pero ninguno de los dos llegó a establecer un método de votación. A pesar de que los tres estados estaban de acuerdo en que la estabilidad de la nación requería una transformación fundamental de la situación, los antagonismos estamentales imposibilitaron la unidad de acción en los Estados Generales, que se reunieron en Versalles el 5 de mayo de 1789. Las delegaciones que representaban a los estamentos privilegiados de la sociedad francesa se enfrentaron inmediatamente

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (13.8 Kb)  
Leer 9 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com