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Revolución Francesa


Enviado por   •  22 de Enero de 2014  •  7.479 Palabras (30 Páginas)  •  209 Visitas

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Logros como la supresión del sistema señorial, la proclamación de la libertad e igualdad de todos los hombres ante la ley o el establecimiento del estado constitucional y parlamentario, basado en la soberanía nacional, permiten afirmarlo así.

Los revolucionarios franceses no sólo crearon un nuevo modelo de sociedad y estado, sino que difundieron un nuevo modo de pensar por la mayor parte del mundo.

La Revolución Francesa se encuadra dentro del ciclo de transformaciones políticas y económicas que marcaron el fin de la Edad Moderna y el comienzo de la Edad Contemporánea. La independencia de EEUU y el desarrollo de la Revolución Industrial, iniciada en la Gran Bretaña, son los otros dos grandes procesos que señalan esta transición histórica.

Antes de comenzar a hablar de la Revolución francesa, nos es indispensable hacer una breve referencia a las ideas que la gestaron:

El final del siglo XVIII fue una época de trastornos en muchas partes de hemisferio occidental, trastornos que se pueden atribuir, directa o indirectamente, al fragmento de las ideas conocidas como la Ilustración. Estas ideas, reflejo de las necesidades y tensiones de una sociedad cambiante se basan en el nuevo conocimiento científico del siglo XVII, que engendró una nueva fe en la razón y en el progreso. por un lado, esto llevó a un rechazo de la autoridad y a una afirmación de los Derechos del Hombre, expresados en la famosa declaración de Rousseau de que el hombre nace libre, pero en todas partes está encadenado. Por otro lado, las nuevas ideas fueron una inspiración para los monarcas, que , al terminar el siglo XVII, empezaron a concentrar el poder en sus propias manos y a gobernar mediante agentes burocráticos nombrados por ellos. Sin embargo, estas actividades centralizadoras encontraron resistencia en todos aquellos que tenían intereses creados en el Antiguo Régimen, Iglesias, gremios y corporaciones y, sobre todo, la aristocracia. Sus líderes recurrieron a las teorías de Montesquieu para demostrar que la sociedad era una forma orgánica y que sus agrupaciones tradicionales no sólo conferían derechos inalienables a sus miembros sino que producían un equilibrio de poder que resguarda los individuos de la tiranía.

Las revoluciones aparecieron por primera vez en gran escala en las colonias inglesas de América. Recurriendo a la filosofía de Locke sobre el derecho natural, los colonizadores se negaron a pagar un impuesto establecido por el parlamento en Londres, en el que no estaban representados. Para 1775 la disputa había llegado a una guerra declarada. Los hombres moderados que habrían mantenido la antigua estructura de la sociedad fueron sustituidos por otros con objetivos más democráticos y la guerra por la independencia nacional ganó apoyo en todos los estratos sociales. El ejemplo norteamericano fue una inspiración para los rebeldes de los Países Bajos, así como en Francia, cuyas tropas habían peleado en el lado norteamericano en la guerra.

Crisis: Absolutismo real, ausencia de representación popular y papel privilegiado de la nobleza y el clero son las tres características que definen en esencia lo que históricamente se denomina Antiguo Régimen. Este sistema, que se había desarrollado en Europa desde el Renacimiento, comenzó a ser cuestionado durante el siglo XVIII por las ideas de la Ilustración, que se difundieron entre la nobleza y sobre todo entre la burguesía. Pero mientras los nobles limitaban sus aspiraciones a conseguir una monarquía similar a la inglesa, en la que el poder real estaba mediatizado por la nobleza, la burguesía iría más lejos, pretendiendo la implantación de gobiernos verdaderamente representativos, basados en dos derechos fundamentales: libertad, para expresar las opiniones, e igualdad de todos los hombres ante la ley. En los países católicos se lucharía también por apartar a la Iglesia de la intervención en la vida política y en la enseñanza. A finales del siglo XVIII estas ideas fructificarían primero en América, con la independencia de las Trece Colonias inglesas de América del Norte (1776), y después en Europa, con la Revolución francesa de 1789.

CAUSAS: Resumir las causas de la revolución francesa es tarea casi imposible, dada la constante revisión historiográfica del tema, impulsada por la reciente celebración del bicentenario (1989). La interpretación tradicional difería en función de dos ópticas: la conservadora y la liberal. La conservadora ( Burke, de Maistre, de Bonald ) hacía hincapié en el descontento del Tercer Estado, alentado por activistas sin escrúpulos que habían tramado la conspiración contra el Antiguo Régimen en los clubs políticos, las logias masónicas y las sociedades de pensamiento nacidas al calor de la Ilustración.

La liberal ( Sieyés, Mirabeau) insistiría en las causas ideológicas, resaltando los logros de la Revolución que desmontaron los privilegios y la desigualdad reinantes en el Antiguo Régimen.

Posteriormente la escuela marxista, resaltaría los intereses de clase como la verdadera causa de la Revolución. La pervivencia de estructuras sociales y económicas arcaicas frenaba el despegue de la nueva clase en auge: la burguesía, que se vería impulsada para cambiarlas hacía la revolución. Desde este punto de vista, la Revolución francesa representa la consumación de la revolución burguesa.

Finalmente, después de la 2ª Guerra Mundial se inició una corriente revisionista que incluyó el proceso revolucionario francés en otro más amplio que afecta a las colonias inglesas en Norteamérica y en general a la Europa occidental.

Quedan, no obstante, pendientes últimas interpretaciones que inciden sobre aspectos demográficos o de mentalidad colectiva. Las últimas revisiones historiográficas, huyendo de explicaciones unilaterales, conducen a un conjunto de factores políticos, económicos, sociales e incluso demográficos que desencadenaron la revolución y que pueden resumirse del modo siguiente:

Pervivencia de una estructura tradicional arcaica, minada por la evolución de la economía y el auge de la burguesía, que reclamaba el poder político paralelo al económico que disfrutaba.

Exigencias de cambio político, acorde con las renovadoras teorías del liberalismo propuestas por los filósofos ilustrados y racionalistas. Descontento del estado llano o Tercer Estado, cada vez más presionado por los impuestos. Tampoco cabe descartar el factor demográfico (el rejuvenecimiento de la población que ansía cambios)ni los problemas económicos (las malas cosechas de 1788 y 1789 que elevaron el precio del pan).Se había producido, en último término, un desajuste entre las necesidades sociales, políticas y económicas del país y el anquilosamiento de sus gobernantes.

Pero la causa desencadenante sería fundamentalmente económica :la crítica situación de la Hacienda pública que lleva a Luis XVI y a sus ministros a intentar solucionarla aumentando los impuestos. En 1787 Calonne choca con la intransigencia de los nobles que se oponen a la reforma fiscal. En 1788 Brienne, el nuevo ministro, tampoco logra hacerles claudicar. Finalmente, Necker , decide convocar los Estados Generales, que no se habían reunido desde hacía siglo y medio

Las causas substanciales de la revolución francesa fueron en primer término la arbitrariedades y abusos del antiguo régimen, ya mencionadas, y en segundo lugar la acción de los filósofosy enciclopedistas. Las causas ocasionales de la revolución francesa fueron la debilidad de carácter del nuevo rey Luis XVI y la grave crisis financiera.

Más de un siglo antes de que Luis XVI ascendiera al trono (1774), el Estado francés había sufrido periódicas crisis económicas motivadas por las largas guerras emprendidas durante el reinado de Luis XIV, la mala administración de los asuntos nacionales en el reinado de Luis XV, las cuantiosas pérdidas que acarreó la Guerra Francesa en India (1754-1763) y el aumento de la deuda generado por los préstamos a las colonias británicas de Norte américa durante la guerra de la Independencia estadounidense (1775-1783). Los defensores de la aplicación de reformas fiscales, sociales y políticas comenzaron a reclamar con insistencia la satisfacción de sus reivindicaciones durante el reinado de Luis XVI.

Luis XVI, quién contaba con apenas 20 años de edad carecía de condiciones como gobernante pues su carácter era débil, su inteligencia era mediana y se dejo influenciar por su esposa María Antonieta de Austria y por su primo el Duque de Orleans.

LOS ESTADOS GENERALES: En 1788, la gravedad de la situación obligó a Luis XV Ia llamar nuevamente a Nécker, este sugirió al rey la convocatoria de los Estados Generales (una asamblea formada por representantes del clero, la nobleza, y el tercer estado), exigida también por el pueblo.

Luis XVI accedió finalmente a la convocatoria de los Estados Generales en 1788. La censura quedó abolida durante la campaña y multitud de escritos que recogían las ideas de la Ilustración circularon por toda Francia. Nécker, a quien el monarca había vuelto a nombrar interventor general de Finanzas en 1788, estaba de acuerdo con Luis XVI en que el número de representantes del Tercer estado (el pueblo) en los Estados Generales fuera igual al del primer estado (el clero) y el segundo estado (la nobleza) juntos, pero ninguno de los dos llegó a establecer un método de votación. A pesar de que los tres estados estaban de acuerdo en que la estabilidad de la nación requería una transformación fundamental de la situación, los antagonismos estamentales imposibilitaron la unidad de acción en los Estados Generales, que se reunieron en Versalles el 5 de mayo de 1789.

La mayoría de los diputados aspiraban no sólo a poner orden en la Hacienda, sino a establecer un régimen de mayor libertad e igualdad. El enfrentamiento se manifestó en el terreno formal en la cuestión del voto. El rey era partidario del voto por órdenes, al estilo tradicional; mientras el partido patriota ( formado en su mayoría por representantes del Tercer Estado) prefería el voto individual.

Las delegaciones que representaban a los estamentos privilegiadosde la sociedad francesa se enfrentaron inmediatamente a la cámara rechazando los nuevos métodos de votación presentados. El objetivo de tales propuestas era conseguir el voto por individuo y no por estamento, con lo que el tercer estado, que disponía del mayor número de representantes, podría controlar los Estados Generales.

LA ASAMBLEA NACIONAL: Las discusiones relativas al procedimiento se prolongaron durante seis semanas, hasta que el grupo dirigido por Emmanuel Joseph Sieyès y el conde de Mirabeau se constituyó en Asamblea Nacional el 17 de junio. Este abierto desafío al gobierno monárquico, que había apoyado al clero y la nobleza, fue seguido de la aprobación de una medida que otorgaba únicamente a la Asamblea Nacional el poder de legislar en materia fiscal.

Luis XVI se apresuró a privar a la Asamblea de su sala de reuniones como represalia. Ésta respondió realizando el 20 de junio el denominado Juramento del Juego de la Pelota, por el que se comprometía a no disolverse hasta que se hubiera redactado una constitución para Francia. En ese momento, las profundas disensiones existentes en los dos estamentos superiores provocaron una ruptura en sus filas, y numerosos representantes del bajo clero y algunos nobles liberales abandonaron sus respectivos estamentos para integrarse en la Asamblea Nacional. Se produce así una auténtica revolución jurídica al sustituirse el concepto de absolutismo real por el de soberanía nacional.

LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE(1789-1791): La Asamblea Nacional toma el nombre de Asamblea Constituyente (9 de julio de 1789 ), porque su finalidad era redactar una Constitución, es decir, una ley fundamental que organizase de otro modo la monarquía francesa.El rey no tiene más remedio que claudicar, invitando al clero y a la nobleza a unirse al Tercer Estado en la recién constituida Asamblea. A la revolución política se une la revuelta popular.El 14 de julio el pueblo de París asalta la antigua fortaleza de la Bastilla, utilizada como prisión y considerada como símbolo del despotismo regio.

El precedente fue seguido en otras ciudades, donde surgieron grupos de ciudadanos armados(las milicias nacionales) dispuestos a relevar a las viejas autoridades.

La Asamblea Nacional Constituyente comenzó su actividad movida por los desórdenes y disturbios que estaban produciéndose en las provincias. El clima revolucionario llegó también al medio rural. Los campesinos se rebelaron contra el régimen señorial, asaltando mansiones y reclamando la supresión de las viejas cargas feudales. el mismo rey y su familia tuvieron que huir de Versalles, trasladándose a París, a las Tullerías. Este estado de exaltación y cambio produjo un clima de temor--El Gran Pánico (la Grande Peur)--entre los nobles que huyeron al extranjero, conscientes de que se gestaba el desmoronamiento del Antiguo Régimen. El clero y la nobleza hubieron de renunciar a sus privilegios en la sesión celebrada durante la noche del 4 de agosto de 1789; la Asamblea aprobó una legislación por la quequedaba abolido el régimen feudal y señorial y se suprimía el diezmo, aunque se otorgaban compensaciones en ciertos casos. En otras leyes se prohibía la venta de cargos públicos y la exención tributaria de los estamentos privilegiados.

Derechos feudales: En medio de este clima, la burguesía comienza a construir los cimientos del nuevo orden. Su obra legislativa queda marcada por tres hitos fundamentales: la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789)la Constitución Civil del clero (1790) yla Constitución de 1791 Como paso previo a la Constitución, la Asamblea elaboró y votó la Declaración de Derechos del hombre y del ciudadano(26 de Agosto de 1789), sintetizados más tarde en tres principios, "Liberté, Égalité, Fraternité" ("Libertad, Igualdad, Fraternidad"), verdadero emblema de la Revolución.

En ella se reconoce la igualdad, como derecho inalienable, y la soberanía nacional. Pero también hay contradicciones: la igualdad es sólo civil. se admiten las libertades de prensa y opinión pero no se menciona la de asociación ( la ley de Le Chapelier de 14 de junio de 1791 la prohibirá expresamente). Con todo, se trata de un texto de carácter universal que todavía hoy sigue vigente. Destacamos que el reconocimiento de la soberanía nacional sentó las bases de una futura Monarquía constitucional, a pesar del lógico disgusto del rey que no tuvo más remedio que aceptarla.

Mientras la Asamblea deliberaba, la hambrienta población de París, irritada por los rumores de conspiraciones monárquicas, reclamaba alimentos y soluciones. El 5 y el 6 de octubre, la población parisina, especialmente sus mujeres, marchó hacia Versalles y sitió el palacio real.

Luis XVI y su familia fueron rescatados por La Fayette, quien les escoltó hasta París a petición del pueblo. Tras este suceso, algunos miembros conservadores de la Asamblea Constituyente, que acompañaron al rey a París, presentaron su dimisión. En la capital, la presión de los ciudadanos ejercía una influencia cada vez mayor en la corte y la Asamblea. El radicalismo se apoderó de la cámara, pero el objetivo original, la implantación de una monarquía constitucional como régimen político, aún se mantenía.

Pero los principales problemas a que hubo de enfrentarse la Asamblea fueron el religioso y el financiero. Para evitar la temida bancarrota, se decidió nacionalizar los bienes del clero, que fueron posteriormente puestos a la venta para amortizar así la deuda pública. Los títulos emitidos como reembolso de las deudas pendientes del Estado se conocieron con el nombre de asignados. Es decir, el Estado emitió títulos de la deuda (asignados) garantizados por los bienes de la Iglesia, con los cuales podían ser reembolsados.

Pero la emisión de asignados fue tan grande que acabaron funcionando como papel moneda, depreciándose rápidamente y originando una fuerte inflación. Aunque con la venta de los bienes de la Iglesia habían surgido nuevos propietarios dispuestos a no perder lo garantizado por la Revolución, la inflación galopante introdujo un factor de inestabilidad social que acabaría pasando factura.

Al perder sus bienes y suprimirse los diezmos, la Iglesia francesa pasó a depender económicamente del Estado. Por esta razón la Asamblea Constituyente hubo de emprender una reforma y racionalización de la organización eclesiástica que se concretó en la Constitución civil del clero (12 de julio de 1790). Mediante esta norma jurídica, la Iglesia francesa pasaba a tener un carácter más nacional, alejándose de la dependencia del Papa. Se reducía el número de obispos, se cambiaba el sistema de nombramientos y se exigía prestar juramento constitucional a todos los miembros del estamento eclesiástico. Esta medida originó la división del clero francés en juramentado o refractario, según jurase o no, aportando un elemento más de discordia al asentamiento de la Revolución.

El primer borrador de la Constitución recibió la aprobación del monarca francés en unas fastuosas ceremonias, a las que acudieron delegados de todos los lugares del país, el 14 de julio de 1790.

Este documento suprimía la división provincial de Francia y establecía un sistema administrativo cuyas unidades eran los departamentos, que dispondrían de organismos locales elegibles. Se ilegalizaron los títulos hereditarios, se crearon los juicios con jurado en las causas penales y se propuso una modificación fundamental de la legislación francesa. Con respecto a la institución que establecía requisitos de propiedad para acceder al voto(sufragio censitario), la Constitución disponía que el electorado quedara limitado a la clases alta y media. El nuevo estatuto confería el poder legislativo a la Asamblea Nacional, compuesta por 745 miembros elegidos por un sistema de votación indirecto. Aunque el rey seguía ejerciendo el poder ejecutivo, se le impusieron estrictas limitaciones. Su poder de veto tenía un carácter meramente suspensivo, y era la Asamblea quien tenía el control efectivo de la dirección de la política exterior. El poder judicial sería desempeñado por jueces elegidos por el pueblo. Quedaba abolido el absolutismo, estableciéndose un régimen de monarquía constitucional, claramente favorable a los intereses de la nueva clase emergente: la burguesía adinerada.

Durante los quince meses que transcurrieron entre la aprobación del primer borrador constitucional por parte de Luis XVI y la redacción del documento definitivo, las relaciones entre las fuerzas de la Francia revolucionaria experimentaron profundas transformaciones. Éstas fueron motivadas, en primer lugar, por el resentimiento y el descontento del grupo de ciudadanos que había quedado excluido del electorado. Las clases sociales que carecían de propiedades deseaban acceder al voto y liberarse de la miseria económica y social, y no tardaron en adoptar posiciones radicales. Este proceso, que se extendió rápidamente por toda Francia gracias a los clubes de los jacobinos, y de los cordeliers, adquirió gran impulso cuando se supo que María Antonieta estaba en constante comunicación con su hermano Leopoldo II, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Al igual que la mayoría de los monarcas europeos, Leopoldo había dado refugio a gran número de émigrés y no había ocultado su oposición a los acontecimientos revolucionarios que se habían producido en Francia. El recelo popular con respecto a las actividades de la reina y la complicidad de Luis XVI quedó confirmado cuando la familia real fue detenida mientras intentaba huir de Francia en un carruaje con destino a Varennes el 21 de junio.

El grupo más exaltado de revolucionarios halló en la traición del rey un argumento decisivo para abolir la esclavitud y establecer la república, pero la asamblea quiso limitar los poderes del rey sin suprimir la monarquía.

Luego de más de 2 años de trabajo para poder redactar una constitución moderada, para una monarquía liberal, el rey aceptó la constitución y juró solemnemente acatarla y cumplirla en todos sus detalles. Finalmente, el 30 de septiembre de 1791, los constituyentes declararon terminada su misión, iniciándose el nuevo régimen.

ASAMBLEA LEGISLATIVA (1791/1792):Una vez concluida su misión, la Asamblea Constituyente se disolvió, dando paso a la Asamblea Legislativa, que tenía que formular leyes para desarrollar los principios establecidos en la Constitución de 1791.

Dentro del nuevo sistema de gobierno, el poder legislativo lo desempeñaba la Asamblea Legislativa, compuesta por una sola cámara por 745 diputados, políticos, noveles sin la experiencia de los constituyentes, ya que a propuesta de Robes Pierre, la anterior asamblea aprobó la prohibición de reelegir a sus miembros.

El 1 de octubre de 1791 quedó constituida la Asamblea que estaba compuesta por 263 diputados de derecha o cistercienses, defensores de la Monarquía constitucional, y 136 de izquierda (divididos en jacobinos y girondinos) partidarios de la revolución y la república. En el centro quedaban unos 300 diputados equidistantes de ambos extremos. La división de la burguesía dificultó el funcionamiento de la Monarquía constitucional que apenas duró un año, pues la inestabilidad interior y el comienzo de las guerras de la Revolución con Europa, provocaron una segunda revolución en agosto de 1792, que acabó con la monarquía y estableció la primera república.

Diversas circunstancias crearon un ambiente desfavorable para la consolidación de la monarquía constitucional: El propio rey, quien buscó ayuda extranjera para acabar con la revolución.

La tensión social, empeorada por la mala cosecha de 1791 que encareció el precio del pan y la presión económica tras el fracaso de la emisión de asignados

Los nobles difamaron el nuevo régimen y trataron de conseguir la invasión de Francia por las fuerzas imperiales.

Los católicos, indignados con la constitución civil del clero, se sublevaron en algunas regiones de Francia.

Los mismos revolucionarios estaban divididos. Los constitucionales o fudenses, sostenían la aplicación estricta de la constitución y el mantenimiento integral de los poderes del rey. Los jacobinos buscaron reformar la constitución, reduciendo los poderes del rey. Entre los jacobinos se destacó un núcleo de diputados llamados girondinos, que provenían del departamento de la Gironda, y se convirtieron en dirigentes de la Asamblea Legislativa. Los llamados cordeleros o franciscanos, de tendencia republicana, acaudillados por Danton, joven abogado de gran popularidad, y por el periodista Marat, carecían de influencia en la asamblea, pero la tenían entre el pueblo de París. El grupo girondino desarrolló una política cada vez más violenta contra Luis XVI. Para desenmascarar al rey, y con la ilusión de extender por Europa los principios revolucionarios, los girondinos propiciaron la guerra, convencidos de que con ella unificarían a los patriotas frente a enemigos comunes.

El 20 de marzo de 1792 la Asamblea aprueba el uso de la guillotina que recibe el nombre de su inventor Louis Guilloutin

El deseo de entablar una guerra se extendió rápidamente entre los monárquicos, que confiaban en la derrota del gobierno revolucionario y en la restauración del Antiguo Régimen, y entre los girondinos, que anhelaban un triunfo definitivo sobre los sectores reaccionarios tanto en el interior como en el exterior. El 20 de abril de 1792 la Asamblea Legislativa declaró la guerra al Sacro Imperio Romano.

La lucha por la libertad

Los ejércitos austríacos obtuvieron varias victorias en los Países Bajos austríacos gracias a ciertos errores del alto mando francés, formado mayoritariamente por monárquicos. La posterior invasión de Francia provocó importantes desórdenes en París. El gabinete de Roland cayó el 13 de junio, y la intranquilidad de la población se canalizó en un asalto a las Tullerías, la residencia de la familia real, una semana después.La Asamblea Legislativa declaró el estado de excepción el 11 de julio, después de que Cerdeña y Prusia se unieran a la guerra contra Francia. Se enviaron fuerzas de reserva para aliviar la difícil situación en el frente, y se solicitaron voluntarios de todo el país en la capital. Los voluntarios acuden a socorrer a la patria en peligro

Cuando los refuerzos procedentes de Marsella llegaron a París, iban cantando un himno patriótico conocido desde entonces como La Marsellesa.

El descontento popular provocado por la gestión de los girondinos, que habían expresado su apoyo a la monarquía y habían rechazado la acusación de deserción presentada contra La Fayette, hizo aumentar la tensión. El malestar social, unido al efecto que generó el manifiesto del comandante aliado, Charles William de Ferdinand, duque de Brunswick, en el que amenazaba con destruir la capital si la familia real era maltratada, provocó una insurrección en París el 10 de agosto. Los insurgentes, dirigidos por elementos radicales de la capital y voluntarios nacionales que se dirigían al frente, asaltaron las Tullerías y asesinaron a la Guardia suiza del rey.

Asalto a las Tullerias: Luis XVI y su familia se refugiaron en la cercana sala de reuniones de la Asamblea Legislativa, que no tardó en suspender en sus funciones al monarca y ponerle bajo arresto. procesamiento de Luis Capeto, el 26 de diciembre de 1792

A su vez, los insurrectos derrocaron al consejo de gobierno parisino, que fue reemplazado por un nuevo consejo ejecutivo provisional, la denominada Comuna de París.

La revolución popular del 10 de agosto tuvo grandes consecuencias:

1.- Se suspendió al rey , cesando por consiguiente la vigencia de la constitución de 1791.

2.- Se nombró un consejo Ejecutivo provisional, encargado de las funciones ejecutivas, dirigido por Dantón, verdadero jefe del nuevo gobierno.

3.- Se elegiría, por sufragio universal una convención encargada de revisar la constitución.

4.- Se reconocía la Comuna de París como poder legítimo del estado. Esta comuna estaba en mano de los jacobinos , dirigidos por Robespierre y Marat.

Entre el 2 y el 7 de septiembre, más de mil monárquicos y presuntos traidores apresados en diversos lugares de Francia, fueron sometidos a juicio y ejecutados. Los elementos desencadenantes de las denominadas 'Matanzas de Septiembre' fueron el temor de la población al avance de los ejércitos aliados contra Francia y los rumores sobre conspiraciones para derrocar al gobierno revolucionario. Un ejército francés, dirigido por el general Charles François Dumouriez, obtuvo una importante victoria en la batalla de Valmy frente a las tropas prusianas que avanzaban hacia París el 20 de septiembre.

CONVENCION Y REPUBLICA: Un día después de la victoria de Valmy se reunió en París la Convención Nacional recién elegida. La primera decisión oficial adoptada por esta cámara fue la abolición de la monarquía y la proclamación de la I República.

Caído el rey y disuelta la Asamblea, la elección de la nueva Convención Nacional supone un giro del proceso revolucionario que toma un carácter más democrático y popular. La Convención, elegida por sufragio universal agrupa a sus 749 diputados en tres partidos: girondinos, defensores de la legalidad constitucional y representantes de la alta burguesía; la Montaña, entre los que se encontraban los jacobinos de la anterior legislatura, defensores de los principios revolucionarios y más cercanos a la burguesía media y a las clases populares; y La Llanura, una gran masa fluctuante entre girondinos y montañeses, integrada por republicanos y burgueses más moderados.

El consenso entre los principales grupos integrantes de la Convención no fue más allá de la aprobación de estas medidas iniciales. Sin embargo, ninguna facción se opuso al decreto presentado por los girondinos y promulgado el 19 de noviembre, por el cual Francia se comprometía a apoyar a todos los pueblos oprimidos de Europa. Las noticias que llegaban del frente semanalmente eran alentadoras: las tropas francesas habían pasado al ataque después de la batalla de Valmy y habían conquistado Maguncia, Frankfurt del Main, Niza, Saboya y los Países Bajos austríacos.

Convención Girondina (1792 - 1793): Al comienzo la Convención tendrá un predominio claramente girondino. Son estos primeros meses los más conflictivos respecto a la toma de decisiones. Sin embargo, las disensiones se habían intensificado seriamente en el seno de la convención, donde el Llano dudaba entre conceder su apoyo a los conservadores girondinos o a los radicales de la Montaña.

La primera gran prueba de fuerza se decidió en favor de estos últimos, que solicitaban que la Convención juzgara al rey por el cargo de traición y consiguieron que su propuesta fuera aprobada por mayoría.

El monarca fue declarado culpable de la acusación imputada con el voto casi unánime de la Cámara el 15 de enero de 1793, pero no se produjo el mismo acuerdo al día siguiente, cuando había de decidirse la pena del acusado. Finalmente el rey fue condenado a muerte por 387 votos a favor frente a 334 votos en contra.

ejecución de Luis XVI : Luis XVI fue guillotinado el 21 de enero de 1793 .Su muerte marco el distanciamiento definitivo entre la Gironda y la Montaña y supuso un desafío abierto a la Europa del Antiguo Régimen.

La influencia de los girondinos en la Convención Nacional disminuyó enormemente tras la ejecución del rey. La falta de unidad mostrada por el grupo durante el juicio había dañado irreparablemente su prestigio nacional, bastante mermado desde hacía tiempo entre la población de París, más favorable a las tendencias jacobinas.

La segunda , fue la guerra. Desde la victoria de Valmy, los ejércitos franceses habían continuado su marcha triunfal, apoderándose de Bélgica, Niza. Saboya y la orilla izquierda del Rhin. La política anexionista y la muerte de Luis XVI determinaron la formación de una coalición antifrancesa impulsada vivamente por Inglaterra. Las derrotas sufridas por los ejércitos franceses tras declarar la guerra a Gran Bretaña, las Provincias Unidas (actuales Países Bajos) el 1 de febrero de 1793, y a España el 7 de marzo, que se habían unido a la Primera Coalición contra Francia.

Las propuestas de los jacobinos para fortalecer al gobierno ante las cruciales luchas a las que Francia debería enfrentarse desde ese momento fueron firmemente rechazadas por los girondinos. No obstante, a comienzos de marzo, la Convención votó a favor del reclutamiento de 300.000 hombres y envió comisionados especiales a varios departamentos para organizar la leva. Los sectores clericales y monárquicos enemigos de la Revolución incitaron a la rebelión a los campesinos de La Vendée, contrarios a tal medida. La guerra civil no tardó en extenderse a los departamentos vecinos.

Los austríacos derrotaron al ejército de Dumouriez en Neerwinden el 18 de marzo, y éste desertó al enemigo. La huida del jefe del ejército, la guerra civil y el avance de las fuerzas enemigas a través de las fronteras de Francia provocó en la Convención una crisis entre los girondinos y los montañeses, en la que estos últimos pusieron de relieve la necesidad de emprender una acción contundente en defensa de la Revolución.

El tercero, consecuencia del anterior, tendría un carácter de conflicto civil. Para frenar el contraataque de las potencias coaligadas, la Convención decretó una leva de 300.000 hombres. El reclutamiento forzoso provocó levantamientos locales, especialmente fuerte en regiones como la Vendée.

A comienzos de 1793 Francia se hallaba en guerra fuera y dentro de su territorio. Los girondinos perdieron su mayoría en la Convención como consecuencia de su equivocada política económica, excesivamente confiada en la riqueza de los países invadidos, la depreciación de los asignados y la crisis de avituallamiento.

El 6 de abril de 1793 se creó el Comité de Salud Pública, dominado por la Montaña que, de la mano de Robespierre, acabó ganando al pueblo para su causa.

Convención Jacobina ( 1793-1794 ):Comienza así la etapa de predominio montañés en la Convención, que tendrá una doble cara . Por una parte, la Revolución pasará por una de sus fases más sangrientas(el Terror). Por otra, se tomarán medidas de carácter democrático y social que favorecerán claramente a los sectores más desprotegidos de la sociedad.

Robespierre Dominada la Convención, los Montañeses trataron de atraerse a la burguesía moderada, protegiendo la propiedad privada , y a las clases populares, especialmente a los campesinos. Permitieron la venta de los bienes de los nobles emigrados, la división y reparto de los bienes comunales y suprimieron las indemnizaciones por los derechos señoriales, asestando así el golpe definitivo a la aristocracia feudal.

El 6 de abril, la Convención creó el Comité de Salvación Pública, que habría de ser el órgano ejecutivo de la República, y reestructuró el Comité de Seguridad General y el Tribunal Revolucionario. Se enviaron representantes a los departamentos para supervisar el cumplimiento de las leyes, el reclutamiento y la requisa de municiones. La rivalidad existente entre los girondinos y los montañeses se había agudizado durante este periodo.

Encuentro entre Hérault de Sechelles, presidente de la Convención y François Hanriot, comandante de la Guardía Nacional, al término de la insurrección que condujo a los jacobinos al poder.

La rebelión parisina, organizada por el periodista radical Jacques Hébert, obligó a la Convención a ordenar el 2 de junio la detención de veintinueve delegados girondinos y de los ministros de este grupo, Pierre Henri Hélène Marie Lebrun-Tondu y Étienne Clavière. A partir de ese momento, la facción jacobina radical que asumió el control del gobierno desempeñó un papel decisivo en el posterior desarrollo de la Revolución.

El Régimen del Terror (1793 - 1794) :La Convención promulgó una nueva Constitución el 24 de junio en la que se ampliaba el carácter democrático de la República . La Constitución de 1793 reconocía el derecho al trabajo, a la asistencia social y a la enseñanza gratuita para todos. El sufragio censatario fue sustituido por el sufragio universal. Sin embargo, este estatuto nunca llegó a entrar en vigor. El 10 de julio, la presidencia del Comité de Salvación Pública fue transferida a los jacobinos, que reorganizaron completamente las funciones de este nuevo organismo. Tres días después, el político radical Jean-Paul Marat, destacado líder de los jacobinos, fue asesinado por Charlotte de Corday, simpatizante de los girondinos.

La indignación pública ante este crimen hizo aumentar considerablemente la influencia de los jacobinos en todo el país. El dirigente jacobino Maximilien de Robespierre pasó a ser miembro del Comité de Salvación Pública el 27 de julio y se convirtió en su figura más destacada en poco tiempo. Robespierre, apoyado por Louis Saint-Just, Lazare Carnot, Georges Couthon y otros significados jacobinos, implantó medidas policiales extremas para impedir cualquier acción contrarrevolucionaria. Los poderes del Comité fueron renovados mensualmente por la Convención Nacional desde abril de 1793 hasta julio de 1794, un periodo que pasó a denominarse Reinado del Terror.

Desde el punto de vista militar, la situación era extremadamente peligrosa para la República. Las potencias enemigas habían reanudado la ofensiva en todos los frentes. Los prusianos habían recuperado Maguncia, Condé-Sur-L'Escaut y Valenciennes, y los británicos mantenían sitiado Tolón. Los insurgentes monárquicos y católicos controlaban gran parte de La Vendée y Bretaña. Caen, Lyon, Marsella, Burdeos y otras importantes localidades se hallaban bajo el poder de los girondinos. El 23 de agosto se emitió un nuevo decreto de reclutamiento para toda la población masculina de Francia en buen estado de salud. Se formaron en poco tiempo catorce nuevos ejércitos —alrededor de 750.000 hombres—, que fueron equipados y enviados al frente rápidamente. Además de estas medidas, el Comité reprimió violentamente la oposición interna.

Ejecución de Mª Antonieta: María Antonieta fue ejecutada el 16 de octubre, y 21 destacados girondinos murieron guillotinados el 31 del mismo mes. Tras estas represalias iniciales, miles de monárquicos, sacerdotes, girondinos y otros sectores acusados de realizar actividades contrarrevolucionarias o de simpatizar con esta causa fueron juzgados por los tribunales revolucionarios, declarados culpables y condenados a morir en la guillotina. El número de personas condenadas a muerte en París ascendió a 2.639, más de la mitad de las cuales (1.515) perecieron durante los meses de junio y julio de 1794. Las penas infligidas a los traidores o presuntos insurgentes fueron más severas en muchos departamentos periféricos, especialmente en los principales centros de la insurrección monárquica. El tribunal de Nantes, presidido por Jean-Baptiste Carrier, el más severo con los cómplices de los rebeldes de La Vendée, ordenó la ejecución de más de 8.000 personas en un periodo de tres meses. Los tribunales y los comités revolucionarios fueron responsables de la ejecución de casi 17 mil ciudadanos en toda Francia. El número total de víctimas durante el Reinado del Terror llegó a 40.000. Entre los condenados por los tribunales revolucionarios, aproximadamente el 8% eran nobles, el 6% eran miembros del clero, el 14% pertenecía a la clase media y el 70% eran trabajadores o campesinos acusados de eludir el reclutamiento, de deserción, acaparamiento, rebelión u otros delitos. Fue el clero católico el que sufrió proporcionalmente las mayores pérdidas entre todos estos grupos sociales. El odio anticlerical se puso de manifiesto también en la abolición del calendario juliano en octubre de 1793, que fue reemplazado por el calendario republicano. El Comité de Salvación Pública, presidido por Robespierre, intentó reformar Francia basándose de forma fanática en sus propios conceptos de humanitarismo, idealismo social y patriotismo. El Comité, movido por el deseo de establecer una República de la Virtud, alentó la devoción por la república y la victoria y adoptó medidas contra la corrupción y el acaparamiento. Asimismo, el 23 de noviembre de 1793, la Comuna de París ordenó cerrar todas las iglesias de la ciudad —esta decisión fue seguida posteriormente por las autoridades locales de toda Francia— y comenzó a promover la religión revolucionaria, conocida como el Culto a la Razón. Esta actitud, auspiciada por el jacobino Pierre Gaspard Chaumette y sus seguidores extremistas (entre ellos Hébert), acentuó las diferencias entre los jacobinos centristas, liderados por Robespierre, y los fanáticos seguidores de Hébert, una fuerza poderosa en la Convención y en la Comuna de París.

Durante este tiempo, el signo de la guerra se había vuelto favorable para Francia. El general Jean Baptiste Jourdan derrotó a los austríacos el 16 de octubre de 1793, iniciándose así una serie de importantes victorias francesas. A finales de ese año, se había iniciado la ofensiva contra las fuerzas de invasión del Este en el Rin, y Tolón había sido liberado. También era de gran relevancia el hecho de que el Comité de Salvación Pública hubiera aplastado la mayor parte de las insurrecciones de los monárquicos y girondinos.

La Reacción Termidoriana La disputa entre el Comité de Salvación Pública y el grupo extremista liderado por Hébert, concluyó con la ejecución de éste y sus principales acólitos el 24 de marzo de 1794. Dos semanas después, Robespierre emprendió acciones contra los seguidores de Danton, que habían comenzado a solicitar la paz y el fin del reinado del Terror. Georges-Jacques Danton y sus principales correligionarios fueron decapitados el 6 de abril.

Acta de arresto de Danton y sus seguidores: Robespierre perdió el apoyo de muchos miembros importantes del grupo de los jacobinos —especialmente de aquéllos que temían por sus propias vidas— a causa de estas represalias masivas contra los partidarios de ambas facciones. Las victorias de los ejércitos franceses, entre las que cabe destacar la batalla de Fleurus (Bélgica) del 26 de junio, que facilitó la reconquista de los Países Bajos austríacos, incrementó la confianza del pueblo en el triunfo final. Por este motivo, comenzó a extenderse el rechazo a las medidas de seguridad impuestas por Robespierre. El descontento general con el líder del Comité de Salvación Pública no tardó en transformarse en una auténtica conspiración. Robespierre, Saint-Just, Couthon y 98 de sus seguidores fueron apresados el 27 de julio de 1794 (el 9 de termidor del año III según el calendario republicano) y decapitados al día siguiente. Se considera que el 9 de termidor fue el día en el que se puso fin a la República de la Virtud.

ejecución de Robespierre

La Convención Nacional estuvo controlada hasta finales de 1794 por el 'grupo termidoriano' que derrocó a Robespierre y puso fin al Reinado del Terror. Se clausuraron los clubes jacobinos de toda Francia, fueron abolidos los tribunales revolucionarios y revocados varios decretos de carácter extremista, incluido aquél por el cual el Estado fijaba los salarios y precios de los productos. Después de que la Convención volviera a estar dominada por los girondinos, el conservadurismo termidoriano se transformó en un fuerte movimiento reaccionario. Durante la primavera de 1795, se produjeron en París varios tumultos, en los que el pueblo reclamaba alimentos, y manifestaciones de protesta que se extendieron a otros lugares de Francia. Estas rebeliones fueron sofocadas y se adoptaron severas represalias contra los jacobinos y sans-culottes que los protagonizaron.

La moral de los ejércitos franceses permaneció inalterable ante los acontecimientos ocurridos en el interior. Durante el invierno de 1794-1795, las fuerzas francesas dirigidas por el general Charles Pichegru invadieron los Países Bajos austríacos, ocuparon las Provincias Unidas instituyendo la República Bátava y vencieron a las tropas aliadas del Rin. Esta sucesión de derrotas provocó la desintegración de la coalición antifrancesa. Prusia y varios estados alemanes firmaron la paz con el gobierno francés en el Tratado de Basilea el 5 de abril de 1795; España también se retiró de la guerra el 22 de julio, con lo que las únicas naciones que seguían en lucha con Francia eran Gran Bretaña, Cerdeña y Austria. Sin embargo, no se produjo ningún cambio en los frentes bélicos durante casi un año. La siguiente fase de este conflicto se inició con las Guerras Napoleónicas.

El Directorio ( 1795- 1799 ) :El nuevo Directorio se limitó en la práctica a continuar la obra de la Convención termidoriana. El hecho más significativo de esta etapa fue la llamada Conjura de los iguales( mayo 1796), impulsada por Babeuf, filósofo utópico que, aprovechando el descontento popular, intento derrocar el gobierno e instaurar un régimen de tipo comunista. Babeuf y sus principales seguidores fueron guillotinados el 27 de mayo de 1797. Quedaba todavía pendiente la guerra. Aunque varios integrantes de la Primera Coalición habían firmado la paz con Francia, Austria e Inglaterra seguían la lucha. En ella destacaría por sus victorias Napoleón, primero en la campaña de Italia y después en la de Egipto, en su intento de bloquear el comercio inglés cuando se estaba gestando la Segunda Coalición, alianza antifrancesa entre las potencias europeas.

En la campaña de Italia consiguió el Directorio ampliar su política expansionista, formando una red de repúblicas hermanas alrededor de Francia que le proporcionaron pingües beneficios económicos. En estas guerras se forjó la aureola militar de Napoleón, que supo con sus dotes natas de organizador y su genio indiscutible para ganar batallas y atraerse fidelidades, aunque no sin crearse profundas enemistades. Pero la estrella del joven general, nacido en Córcega en el seno de una familia noble venida a menos, estaba en alza. Mientras tanto, en París, el ejecutivo tenía que hacer frente tanto a monárquicos como a revolucionarios. Sucesivos golpes de estado (Fructidor, Floreal), debilitaron el poder urgiendo al Director, el ex-abate Sieyés, a buscar una solución para salir de la inestabilidad permanente, Sieyés logró rodearse de un grupo de personalidades partidarias de una revisión constitucional, pero dentro del marco de la moderación. El grupo así aglutinado encontró su brazo ejecutor en el joven y brillante general. El 18 de Brumario (9 de noviembre) de 1799 Napoleón Bonaparte tomó el poder por las armas, abriendo una nueva etapa en la historia de Francia. El general Napoleón Bonaparte, en aquellos momentos héroe de las últimas campañas, fue la figura central del golpe y de los acontecimientos que se produjeron posteriormente y que desembocaron en la Constitución del 24 de diciembre de 1799 que estableció el Consulado. Bonaparte, investido con poderes dictatoriales, utilizó el entusiasmo y el idealismo revolucionario de Francia para satisfacer sus propios intereses. Sin embargo, la involución parcial de la transformación del país se vio compensada por el hecho de que la Revolución se extendió a casi todos los rincones de Europa durante el periodo de las conquistas napoleónicas.

Consecuencias : Las transformaciones producidas por la Revolución. Una consecuencia directa de la Revolución fue la abolición de la monarquía absoluta en Francia. Asimismo, este proceso puso fin a los privilegios de la aristocracia y el clero. La servidumbre, los derechos feudales y los diezmos fueron eliminados; las propiedades se disgregaron y se introdujo el principio de distribución equitativa en el pago de impuestos. Gracias a la redistribución de la riqueza y de la propiedad de la tierra, Francia pasó a ser el país europeo con mayor proporción de pequeños propietarios independientes.

Otras de las transformaciones sociales y económicas iniciadas durante este periodo fueron la supresión de la pena de prisión por deudas, la introducción del sistema métrico y la abolición del carácter prevaleciente de la primogenitura en la herencia de la propiedad territorial.

Napoleón instituyó durante el Consulado una serie de reformas que ya habían comenzado a aplicarse en el periodo revolucionario. Fundó el Banco de Francia, que en la actualidad continúa desempeñando prácticamente la misma función: banco nacional casi independiente y representante del Estado francés en lo referente a la política monetaria, empréstitos y depósitos de fondos públicos. La implantación del sistema educativo —secular y muy centralizado—, que se halla en vigor en Francia en estos momentos, comenzó durante el Reinado del Terror y concluyó durante el gobierno de Napoleón; la Universidad de Francia y el Institut de France fueron creados también en este periodo. Todos los ciudadanos, independientemente de su origen o fortuna, podían acceder a un puesto en la enseñanza, cuya consecución dependía de exámenes de concurso. La reforma y codificación de las diversas legislaciones provinciales y locales, que quedó plasmada en el Código Napoleónico, ponía de manifiesto muchos de los principios y cambios propugnados por la Revolución: la igualdad ante la ley, el derecho de habeas corpus y disposiciones para la celebración de juicios justos. El procedimiento judicial establecía la existencia de un tribunal de jueces y un jurado en las causas penales, se respetaba la presunción de inocencia del acusado y éste recibía asistencia letrada.

La Revolución también desempeñó un importante papel en el campo de la religión. Los principios de la libertad de culto y la libertad de expresión tal y como fueron enunciados en la Declaración de Derechos del hombre y del ciudadano, pese a no aplicarse en todo momento en el periodo revolucionario, condujeron a la concesión de la libertad de conciencia y de derechos civiles para los protestantes y los judíos. La Revolución inició el camino hacia la separación de la Iglesia y el Estado.

Los ideales revolucionarios pasaron a integrar la plataforma de las reformas liberales de Francia y Europa en el siglo XIX, así como sirvieron de motor ideológico a las naciones latinoamericanas independizadas en ese mismo siglo, y continúan siendo hoy las claves de la democracia. No obstante, los historiadores revisionistas atribuyen a la Revolución unos resultados menos encomiables, tales como la aparición del Estado centralizado (en ocasiones totalitario) y los conflictos violentos que desencadenó.

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